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Madrid, cementerio de políticos
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Madrid, cementerio de políticos

 En Madrid, ser político de profesión está en horas bajas. Desde hace meses, decenas de primeros espadas de la política regional se han ido apeando -o

En Madrid, ser político de profesión está en horas bajas. Desde hace meses, decenas de primeros espadas de la política regional se han ido apeando -o han sido apartados- de sus cargos para dejar paso a savia nueva. El último en decir 'no' a la política activa ha sido Manuel Cobo, histórico del PP que no ha recogido su acta como diputado nacional por problemas de salud. Antes, tiraron la toalla, por uno u otro motivo, Alberto Ruiz-Gallardón, Juan Barranco, Ana Botella, Jaime Lissavetzky, Tomás Gómez, Ignacio González, Francisco Granados, José Ignacio Echeverría... Madrid se ha convertido en los últimos tiempos -sobre todo desde la irrupción en el panorama político de 'carmenistas', 'gabilondistas' y 'cifuencistas'-en un cementerio para políticos, donde empiezan a crecer brotes nuevos.

Manuel Cobo, el escudero de hierro

"Necesito cuidarme", Manuel Cobo dixit. Tras haber logrado un (difícil) hueco en las listas al Congreso por León, como número dos de la candidatura 'popular', Cobo renunciaba hace unos días a recoger su acta de diputado. En el PP leonés dicen a El Confidencial que "se ha intentado probar" para ver si podía llevar una actividad política intensa. Pero "no se ha visto fuerte después de una dura campaña electoral". La salud -"algún problema respiratorio"-, secuelas del grave accidente de moto que sufriera en 2011 y razones personales le han acabado retirando de la vida política después de casi toda una vida en la primera fila.

Fue vicealcalde con Alberto Ruiz-Gallardón. Dio un paso atrás en el Ayuntamiento de Madrid cuando su jefe marchó al Ministerio de Justicia y Ana Botella heredó la Alcaldía de la capital de España. Antes, Cobo había sido miembro del Gobierno de la Comunidad de Madrid y diputado en la Asamblea de Vallecas. Actualmente era secretario de Política Local en Génova.

Su lealtad con Ruiz-Gallardón siempre ha estado fuera de toda duda. Fue su 'poli malo' y su 'apisonadora', cuando hacía falta. En los tiempos en los que la relación con Esperanza Aguirre e Ignacio González eran tensos, Cobo siempre estuvo al pie del cañón -intentó rivalizar con la 'lideresa' madrileña al frente del PP local pero no le salió bien la jugada-. Su nombre apareció como uno de los personajes espiados en una presunta 'gestapillo' de la Comunidad Autónoma. Casi siempre a la sombra de Gallardón, fue su férreo escudero, en un segundo plano, sin más pretensiones que proteger a su líder. Ahora ha dicho adiós a la política activa.

Alberto Ruiz-Gallardón, el (casi) todo en uno

Secretario general de Alianza Popular, Presidente de la Comunidad de Madrid, Senador, Alcalde de Madrid, Diputado, Ministro de Justicia... Ruiz-Gallardón lo ha sido todo, o casi, en política. Le faltó pisar la moqueta de La Moncloa, y no de visita; llegar a la Presidencia del Gobierno, que siempre miró de reojo como el último escalón en una fulgurante carrera. En septiembre de 2014 le devolvió a Mariano Rajoy la cartera de Justicia y se retiró a sus cuarteles de invierno lejos de la política. "No voy a volver. Aunque digan lo contrario y haya quien no me crea, no voy a volver", se esforzaba por decir una y otra vez Ruiz-Gallardón ante la incredulidad de sus contertulios. Pero, al menos hasta hoy, ha cumplido su promesa. Sólo apariciones esporádicas en algunos actos públicos, pero sin significado político. "Me he ido de verdad".

Ganador nato en las elecciones madrileñas, fue presidente de la Comunidad y, después, alcalde. Un primer edil cuestionado, entre otras cosas, por sus obras faraónicas (la M-30 o el Palacio de Cibeles son dos ejemplos) y el elevadísimo gasto del Consistorio pero que ganaba en las urnas a la voz de 'Ya'. Aceptó ser diputado en el Congreso. Ello conllevaba convertirse en ministro. De su área, la de Justicia. No lo tuvo fácil. Algunos de sus proyectos legislativos estrella, como la reforma de la Ley el Aborto, quedaron en el cajón por orden de 'arriba': "Yo estoy tranquilo; he cumplido y he hecho mi trabajo", decía Gallardón a El Confidencial, dolido por haberse inmolado al acatar órdenes que trataban de contentar a los sectores más conservadores del PP.

Tras su salida del Ejecutivo, entró a formar parte del Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid. La política, para él, ya está al margen.

Juan Barranco, el PSOE grabado a fuego

A primeros de año, Juan Barranco arrojaba la toalla política, tras ser diputado nacional, regional, concejal del Ayuntamiento de Madrid, Teniente de Alcalde, Alcalde, diputado regional, presidente del Partido Socialista de Madrid... Su apogeo lo vivió junto a Enrique Tierno Galván, el viejo profesor que gobernó la ciudad de Madrid hasta su fallecimiento. Tras la muerte de Tierno, Barranco tomó las riendas del consistorio para, en las siguientes elecciones, ganarse el puesto con los votos. No tuvo fácil superar la imagen pública de un 'gigante' como Tierno Galván, el político que arropó 'La Movida' y que sacudió el polvo de la Casa de la Villa.

Años después, ya en la Asamblea de Madrid, Barranco, un histórico del socialismo, mostró su empatía con Tomás Gómez cuando este último era secretario general de los socialistas en la región. Gómez vivió siempre en la cuerda floja tras su salida del Ayuntamiento de Parla y Barranco tuvo que presenciar, ya desde la barrera, cómo el líder del 'tomasismo' era defenestrado por Pedro Sánchez. Juan Barranco sigue siendo hoy un referente del socialismo local por su experiencia política.

Álvarez del Manzano, de profesión, concejal

José María Álvarez del Manzano seguía ligado a la vida político-social madrileña desde que dejó la Alcaldía en 2003 hasta que el Consistorio de Manuela Carmena le destituyó hace meses como presidente de la institución ferial Ifema. Manzano siempre estuvo en las bambalinas del Ayuntamiento desde el año 79, hasta que logró el bastón de mando en 1991. Álvarez del Manzano puede que no fuese el regidor más 'vendible' por el Partido Popular, pero era una auténtica apisonadora electoral. Durante su etapa como Alcalde siempre fue un personaje cercano a los ciudadanos, al que la edad le fue dando más prestancia pública. Fue un político que aguantó en la sombra municipal el Gobierno del PSOE hasta que dio el salto al sillón de la Casa de la Villa. Sólo la aparición de Ahora Madrid logró apartarle de la vida pública.

Ana Botella, de Cibeles al 'relaxing' político

Alberto Ruiz-Gallardón llevaba las riendas del Consistorio y Ana Botella -esposa del expresidente del Gobierno, José María Aznar- era concejala. Ocupó puesto en las listas y, tras la marcha de Gallardón al Ministerio de Justicia tomó entre sus manos el bastón de mando. Fue tremendamente acosada por su salto como primera edil del Ayuntamiento de Madrid sin haber ganado unas elecciones, pese a que no dejaba de ser un movimiento normal en política. El 27 de diciembre de 2011 el pleno del Ayuntamiento la eligió para ese cometido con 31 votos de los 55 posibles.

El auténtico aluvión de críticas llego tras el accidente del 1 de noviembre de 2012 en el Madrid Arena que se cobró la vida de cinco chicas. Lagestión y su imagen pública en el suceso le asestaron un mazazo político descomunal. Su alocución, un año después, ante un centenar de miembros del COI para defender la candidatura de Madrid a los JJOO de 2020 acabó por hundirla definitivamente: su frase 'Relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor' fue objeto de burla en las redes sociales. Antes de que el PP le apartara, Botella anunció que no optaría a la reelección. Las encuestas internas de Génova siempre le dieron malos resultados, privilegiando a Cristina Cifuentes y a Esperanza Aguirre. Botella dejó Cibeles en manos de Manuela Carmena tras la derrota 'popular' en las elecciones del pasado mayo.

Jaime Lissavetzky, arrollado por Carmona

Jaime Lissavetzky quería ser el candidato del PSOE al Ayuntamiento de Madrid en las elecciones de mayo de 2015. En ello había estado trabajando durante la legislatura que pasó en la oposición sin despeinarse. Según se acercaba la fecha electoral, más se ensombrecía el panorama para el veterano político, amigo íntimo de Alfredo Pérez Rubalcaba y, como él, químico de profesión. En el horizonte apareció un dicharachero Antonio Miguel Carmona, popular por las tertulias televisivas, que se postuló a las primarias para encabezar la lista del PSOE al Ayuntamiento de Madrid. Lissavetzky montó en cólera: "Yo me voy a presentar también. Llevo cuatro años esperando para esto", decía a El Confidencial.

Días después, en septiembre de 2014, dejaba libre el camino a Carmona sin rechistar, tal vez por falta de apoyos suficientes. Lissavetzky se echó a un lado y Carmona se estrelló de frente, teniendo que conformarse con ser el sustento del Gobierno de Carmena en el Palacio de Cibeles.

Tomás Gómez, el trofeo de Pedro Sánchez

Tomás Gómez ha tenido una vida política jalada de trompicones. Tras haber sido el alcalde más votado de España en la ciudad de Parla decidió liderar el Partido Socialista de Madrid (PSM) en un ya lejano 2007. No fue rival para Esperanza Aguirre en las elecciones a la Comunidad de Madrid, quedando relegado a la oposición.

Pero los momentos más duros tardarían aún en llegar para Gómez. En febrero de 2015, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, destituia al exalcalde parleño originando un maremoto interno en una organización muy dada históricamente a la división. El exministro Ángel Gabilondo transitaba así por la alfombra roja que debiera haberse desplegado para Gómez. Desde entonces, Gómez está formalmente retirado de la política, pero él y los suyos, bajo el paraguas del 'tomasismo' trabajan para recuperar el poder regional, aunque el que se autodenominara 'Invictus' no volverá a ser la cara visible.

Ignacio González, segundo, primero... y a casa

Ignacio González estuvo siempre a la sombra de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid. Un hombre habilidoso, hizo, como Cobo con Gallardón, de 'poli malo' para la lideresa madrileña. De la noche a la mañana se vio elevado a las alturas tras la salida (en falso) de la política de Esperanza Aguirre. Desgraciadamente para él, también crecieron sus problemas (con un ático en Estepona) que le fueron acorralando siendo ya presidente del Gobierno regional. González no tuvo opciones para defender su espacio y repetir como candidato. Una arrolladora Cristina Cifuentes, exdelegada del Gobierno en Madrid, era la designada por Génova para agarrar el timón del PP en la autonomía al tiempo que González era apartado.

José Ignacio Echeverría, tráfico y alcohol

Fue concejal en el Ayuntamiento de Madrid, dipitado regional y senador. Ocupó también un puesto destacado en el Gobierno regional como consejero de Transportes, en la que tuvo algún desliz al afirmar que no existía el Metrobús. En la última legislatura, fue presidente de la Asamblea de Madrid, cargo que desempeñó hasta que volvió a presentarse en las listas del PP en las últimas elecciones, resultando elegido diputado. El 17 de diciembre pasado renunció a su escaño como consecuencia del accidente de tráfico sufrido dos días antes en el que triplicaba la tasa de alcoholemia.

Francisco Granados, de Justicia a la cárcel

Fue secretario general del PP de Madrid y consejero de Presidencia, Justicia e Interior con Esperanza Aguirre. Se mire como se mire, un cargo de confianza de la lideresa y del Partido Popular por extensión. En octubre de 2014 y en el marco de la Operación Púnica era detenido junto con otras cincuenta. Granados caía al abismo... Aún permanece en prisión pese a haber intentado obtener algún tipo de beneficio penitenciario. Hoy, Granados, 'Paco', se ha convertido en un apestado para sus excompañeros del PP.

Antonio Miguel Carmona, fallo y castigo

Antonio Miguel Carmona logró ser el candidato del PSOE al Ayuntamiento de Madrid. Era un personaje conocido por sus intervenciones en televisión, además de por su carrera política, en la última etapa en la Asamblea de Madrid. Tras sacudirse a Lissavetzky, concurrió a las elecciones de mayo de 2015, fracasando en su asalto a Cibeles. Pedro Sánchez se lo quitó de en medio, despojándole de la portavocía socialista en el Consistorio. AhoraCarmona busca el respaldo del 'tomasismo' para hacerse un hueco en la secretaría general del PSOE-M desde la que aspirar a nuevas metas. Pero los de Gómez no parecen dispuestos a brindarle el respaldo.

En Madrid, ser político de profesión está en horas bajas. Desde hace meses, decenas de primeros espadas de la política regional se han ido apeando -o han sido apartados- de sus cargos para dejar paso a savia nueva. El último en decir 'no' a la política activa ha sido Manuel Cobo, histórico del PP que no ha recogido su acta como diputado nacional por problemas de salud. Antes, tiraron la toalla, por uno u otro motivo, Alberto Ruiz-Gallardón, Juan Barranco, Ana Botella, Jaime Lissavetzky, Tomás Gómez, Ignacio González, Francisco Granados, José Ignacio Echeverría... Madrid se ha convertido en los últimos tiempos -sobre todo desde la irrupción en el panorama político de 'carmenistas', 'gabilondistas' y 'cifuencistas'-en un cementerio para políticos, donde empiezan a crecer brotes nuevos.

Ayuntamiento de Madrid Manuel Cobo Alberto Ruiz-Gallardón Ignacio González