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¿Qué atasco? Para Carmena, el último caos de tráfico fue "lo habitual en día de lluvia"
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LOS DATOS LO DESMIENTEN

¿Qué atasco? Para Carmena, el último caos de tráfico fue "lo habitual en día de lluvia"

¿Cuál fue el número de vehículos en comparación con un lunes tipo? ¿Cómo afectaron las incidencias viarias a la circulación? ¿Intervinieron los suficientes agentes de movilidad y policía?

Foto: Retenciones en los accesos a Madrid tras varias horas de atasco. (EFE)
Retenciones en los accesos a Madrid tras varias horas de atasco. (EFE)

Dos semanas después de que se registrase el primer gran atasco del otoño en Madrid, la ciudad volvió a colapsarse debido a los accidentes y la lluvia. Las retenciones kilométricas fueron las protagonistas en los accesos, sobre todo en la M-30, zona norte, el Paseo de la Castellana, de Santa María de la Cabeza, Alcalá o Marqués de Vadillo. El segundo lunes negro del tráfico, que ha mantenido a los conductores atrapados durante horas en ratoneras viales hasta que a las 11:00 comenzaron descongestionarse, pone de relieve una problemática con difícil solución. Con todo, el Gobierno de Manuela Carmena elude reconocer la situación de caos vivida este lunes, calificándola como “la habitual en un día de lluvia, aunque agravada por tres accidentes destacables”. ¿Cuál fue el número de vehículos en comparación con un lunes tipo? ¿Cómo afectaron las incidencias viarias a la circulación? ¿Cuál fue la actuación de los agentes de movilidad y Policía Municipal?

Los datos recabados por la Dirección General de Gestión y Vigilancia de la Circulación, dependiente del departamento de Medio Ambiente y Movilidad que lidera la edil Inés Sabanés, muestran que a partir de las 8:00 se produjo un aumento progresivo de los atascos en la M-30 con respecto a un lunes tipo. El promedio de la intensidad circulatoria fue un 9% menor respecto a la media. Este porcentaje se traduce en que, debido a la congestión, en lugar de pasar 79.000 coches (por una sección de calzada en un intervalo de tiempo determinado para la medición), como es habitual, lo hicieron menos de 70.000.

La comparativa muestra que la hora más drástica para el tráfico se registró a las nueve en punto. Esto significa que en lugar de haber una densidad de 91.000 vehículos/hora, como es habitual, el efecto de la congestión produjo que en el mismo periodo de tiempo solo pudiesen circular 69.973 (supone una diferencia en la intensidad de un -23%). Como consecuencia de esta situación, una hora después, a las 10:00, la intensidad era todavía de 65.035 vehículos/hora frente a los 79.181 de un lunes tipo (un -18%). ¿El atasco se corresponde con “un lunes habitual”, como califican desde el Ayuntamiento? Según los propios datos que maneja Gestión y Vigilancia de la Circulación, la respuesta es que no, a no ser que se comparen con lo de hace 15 días, cuando saltaron las alarmas.

El Ayuntamiento dio por normalizada la situación a partir de las 11 de la mañana, coincidiendo con la hora en que se pone fin a la última incidencia registrada. En total se contabilizaron tres destacables en la zona norte de Calle 30 y 13 menores, que provocaron cortes de carril y retenciones importantes. Los problemas de tráfico comenzaron poco después de las 6.00 con tres accidentes producidos en un lapso de tiempo aproximado de 15 minutos. Desde entonces, el colapso comenzó a ser notorio en las vías de acceso. ¿Los accidentes encadenados en la M-30 y las numerosas averías en otros puntos de circulación fueron solo “agravantes” para la congestión de un lunes habitual de lluvia? Quizás algo más. Otra cuestión es la función de los agentes de movilidad, criticada por conductores atrapados en los atascos desde las redes sociales y puesta en duda por la oposición.

Desde el departamento de Movilidad rechazan calificar lo ocurrido en la jornada de ayer de caos, ni siquiera de problema, sino que lo describen como la “gestión de una situación complicada”, de la que valoran la buena coordinación para resolverla. Todos los efectivos de movilidad trabajaron durante la mañana, según aseguran, al igual que contribuyeron con 94 agentes de la policía municipal, a los que se pidió refuerzo para hacer frente a la situación.

Al mismo tiempo se produjo una coordinación con la Dirección General de Tráfico con el fin de que en los paneles de mensaje variable se ofreciera información de la congestión y que se propusieran desvíos alternativos. Sin embargo, y según la propia cuenta de Twitter del Centro Integral de Formación de Seguridad y Emergencias, al menos una quincena de agentes de movilidad participaban en un curso de actualización, reciclaje y formación”. Además, los recortes han provocado que la plantilla no alcance el número idóneo de agentes para desempeñar esta función.

El problema del tráfico es si cabe una de las herencias del Gobierno de Manuela Carmena más difíciles de solucionar. El uso del vehículo privado va en aumento, las radiales están desiertas y los carrilles busVao, por ejemplo, son soluciones que no han tenido desarrollo. A pesar de todas estas limitaciones, el no reconocimiento de esta situación hace casi imposible que se pueda combatir con medidas de choque a corto plazo. Ni están ni se las esperan, más allá de seguir concienciando a la población para que haga uso de un transporte público encarecido, con menos frecuencias y con numerosos transbordos si se acude al centro desde la periferia.

Las soluciones a medio y largo plazo pasan por la implantación de un plan de movilidad, que en estos momentos está siendo diseñado en colaboración con el departamento de Desarrollo Urbano Sostenible, que dirige José Manuel Calvo, pero que todavía se encuentra en una fase embrionaria. La oposición no ha tardado en salir en tromba para criticar los atascos, si bien son una problemática que han compartido y dejado sin resolver los anteriores gobiernos, sin distinción ideológica.

Este martes volverá a ser lluvioso, y el jueves está convocada una huelga de Metro para protestar por la falta de personal y el mal servicio que la Comunidad de Madrid está ofreciendo en este transporte. Como rezan los carteles de los autobuses de la EMT, con más deseo que convicción: “Comienza una semana lluviosa. ¡Muévete en bus!”.

Dos semanas después de que se registrase el primer gran atasco del otoño en Madrid, la ciudad volvió a colapsarse debido a los accidentes y la lluvia. Las retenciones kilométricas fueron las protagonistas en los accesos, sobre todo en la M-30, zona norte, el Paseo de la Castellana, de Santa María de la Cabeza, Alcalá o Marqués de Vadillo. El segundo lunes negro del tráfico, que ha mantenido a los conductores atrapados durante horas en ratoneras viales hasta que a las 11:00 comenzaron descongestionarse, pone de relieve una problemática con difícil solución. Con todo, el Gobierno de Manuela Carmena elude reconocer la situación de caos vivida este lunes, calificándola como “la habitual en un día de lluvia, aunque agravada por tres accidentes destacables”. ¿Cuál fue el número de vehículos en comparación con un lunes tipo? ¿Cómo afectaron las incidencias viarias a la circulación? ¿Cuál fue la actuación de los agentes de movilidad y Policía Municipal?

Manuela Carmena
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