Desahucio por partida doble: les echan de su casa y les quitan la vivienda de sus padres

"Encima de caerte, te pisan". Así resumen Manuel y Almudena el doble desahucio que van a sufrir en las próximas semanas. La pareja ha marcado en el calendario este miércoles 14 de octubre. El Banco Santander saca a subasta sus dos pisos: en el que viven y el que tienen alquilado. Tras ir a juicio, la Audiencia Provincial ha rechazado sus recursos y ha puesto sus dos viviendas como garantía de la deuda de 133.000 euros que tienen con la entidad financiera. Si hoy los dos pisos encuentran comprador, tendrán que marcharse. Ellos y los inquilinos que tienen arrendados en la otra vivienda.

La historia de Manuel Hildalgo, 45 años, y Almudena Ferri, de 46, es sangrante. "Es simplemente injusta", dice ella. El matrimonio vive en Fuenlabrada con sus dos hijos, un chaval de 17 años y una chica de 24. Como pasó con mucha gente, el estallido de la burbuja inmobiliaria se llevó por delante el empleo de Manuel. Tenía una hormigonera, era autónomo, y el negocio le empezó a ir mal. "Tuve que pedir un préstamo, que se juntó al que teníamos por la casa". No sirvió de mucho. Algunas empresas le debían 9.000 euros, no salía trabajo y al final tuvo que vender su camión por 6.000 euros. "Por mucho menos de lo que valía".

Manuel, camionero, lleva muchos años en el paro; Almudena ha combinado trabajos precarios con largas etapas también de desempleo

A Almudena tampoco le iba mucho mejor. Ama de casa, alternaba trabajos precarios, el último 12 horas semanales en un supermercado, con largos periodos en el paro. Como las desgracias no vienen solas, en tres años Almudena perdió a sus padres y a su hermana. Y heredó la casa de su familia en Villaverde, un distrito del sur de Madrid. "El director de nuestra sucursal, en la calle Portugal del Fuenlabrada, nos engañó. Me dijo que este segundo piso podría servir como aval de la hipoteca del primero, en el que vivimos".

Empezó entonces una carrera contrarreloj. Sin trabajo ni prestación por desempleo, la hipoteca mensual de unos 1.200 euros se convirtió en una dura losa. "Era pagarla o dar de comer a nuestros hijos. Sin olvidar los gastos de luz, agua, comunidad, impuestos... imposible", explica Manuel. Ni siquiera les llegaba con los 450 euros que reciben por el alquiler de la casa de Villaverde. "Intentamos la dación en pago, refinanciar la deuda, pero todo fueron trabas. Nos llamaban en nombre del banco a horas intempestivas, incluso en festivos, para que pagáramos. Fue tan horrible que incluso tuvimos que dar de baja el teléfono", señala Almudena.

60% del valor de escritura

El 5 de mayo de 2014 un juzgado de Fuenlabrada dio la razón al banco y aprobó el desahucio. A pesar de que recurrieron, la Audiencia Provincial desestimó sus alegaciones en septiembre de este año y el Santander ha puesto en marcha toda su maquinaria para quedarse con los pisos. "Aquí viene lo injusto, lo escandaloso", afirma Almudena. En el proceso para intentar llegar a un acuerdo, el banco les obligó a tasar los dos pisos, "gastos que obviamente pagamos nosotros, 377 euros por tasación".

El de Fuenlabrada se valoró en 99.600 euros, el de Villaverde en 133.300 euros. En total, 233.000 euros, en principio dinero suficiente para saldar la deuda de 133.000 euros. Pero no les llega porque el banco, y el juez, ha valorado los pisos en el 60% del valor de escritura. "El de Fuenlabrada era protegido cuando se escrituró, ahora no lo es, por lo que vale mucho menos. Y el de Villaverde mi padre lo escrituró en 1950. Es decir, ya nos han dicho que seguramente con la subasta no llegaremos a saldar los 133.000 euros que debemos, por lo que nos quedamos sin dos pisos y seguramente aún deberemos dinero al banco", asegura Almudena.

La pareja se siente estafada. "No hay plan B. No tenemos plan B. Tenemos que decirle a la pareja que tenemos alquilada que se tienen que ir. Almudena está sola. No tiene familia. Y mis padres, pensionistas, viven en Alicante y ya nos han ayudado todo lo que han podido", señala Manuel. El horizonte es negro. Manuel cobra una prestación de 420 euros que acaba en enero, y Almudena tiene ahora un empleo en los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Fuenlabrada que finaliza en octubre y por el que cobra 589 euros. Su hija busca trabajo y el hijo tiene reconocida una minusvalía del 33%.

"Nos negaron hasta la Justicia gratuita. Y encima una vez que el banco aprueba el desahucio nos manda una carta de buenas voluntades con todas las labores sociales que hacen. Y ahora ni cogen el teléfono de nuestro abogado. Esto es una vergüenza".