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CONTAMINACIÓN ACÚSTICA

Madrid, capital del ruido

Vivir o trabajar cerca de la estación de Atocha o del paseo de la Castellana puede provocar estrés. Los cerca de 70 decibelios registrados en esos puntos superan los 55 decibelios recomendados por la UE

Foto: Tráfico denso en el paseo de la Castellana, una de las zonas más ruidosas de la capital madrileña. (EFE)
Tráfico denso en el paseo de la Castellana, una de las zonas más ruidosas de la capital madrileña. (EFE)

Una aspiradora encendida provoca un sonido que ronda los 70 decibelios (dB). Los vecinos de Atocha próximos a la glorieta de Carlos V o cualquier transeúnte que pasee por las proximidades del museo Reina Sofía soporta ese ruido durante gran parte del día. Un nivel acústico que, según el umbral de 55 dB recomendado por la Agencia Europea de Medio Ambiente, es perjudicial para la salud al exponerse de manera continuada.

De las treinta estaciones de medición de ruido que gestiona el Ayuntamiento de Madrid, la de la glorieta de Carlos V es la que registró el nivel de sonido más elevado de la capital el pasado mes de julio, por encima de los 71 decibelios. Le siguen los alrededores del metro de Concha Espina junto al parque Berlín, con 70,9 decibelios. Otros zonas dentro del mismo rango de ruido son el paseo de la Castellana, a la altura del metro de Gregorio Marañón, y el paseo de Recoletos [descargue aquí los datos]. Para contrarrestar estos niveles y los de contaminación atmosférica, el equipo de Manuela Carmena está barajando la opción de ampliar las zonas de restricción de tráfico rodado en el centro de Madrid.

Por su parte, la Casa de Campo fue el lugar menos ruidoso en julio, con 48,3 decibelios de media. Otro de los pulmones de la capital, El Pardo, muestra unos niveles similares. Ambas zonas coinciden en ser lugares alejados de la gran ciudad y con espacios naturales.

En los últimos quince años, el momento de más ruido en Madrid se registró en julio de 2001 en la estación acústica situada en Escuelas Aguirre, sede de la Casa Árabe junto al parque del Retiro, al superar los 86 decibelios. En su portal de datos abiertos, el consistorio madrileño explica esta anormalidad por las obras de limpieza con chorro de arena a presión que se realizaron en el edificio. La estación de medición acústica de Farolillo registró unos niveles similares en septiembre de 2002 debido, ésta vez, al tráfico.

Según el umbral acústico de 55 dB establecido por la Unión Europea, 27 de los 29 puntos de medición activos durante el pasado mes superaban el límite recomendado. Según el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Enfermedades derivadas del ruido, la contaminación acústica puede provocar alteraciones en el bienestar personal al ser la segunda causa de estrés, sólo por detrás de los problemas del día a día.

En declaraciones a El Confidencial, el experto en ruido de la Agencia Europea de Medio Ambiente, Colin Nugent, subraya que el estrés provocado por la exposición al ruido de manera prolongada puede derivar en hipertensión o enfermedades coronarias. Por ello, recomienda actuar contra las fuentes emisoras de ruido ya que, desde su punto de vista, es “el único modo de mejorar el bienestar de las personas en la ciudad”. “Los lugares con más ruido son las zonas cercanas a las carreteras, vías de ferrocarril, industrias o aeropuertos”, puntualiza Nugent.

El dilema del umbral

Si bien la Agencia Europea de Medio Ambiente recomienda en una directiva aprobada en 2002 no superar los 55 dB por ser dañino para la salud, el Ayuntamiento de Madrid sitúa este umbral en los 65 dB durante el día en áreas residenciales. Esta diferencia de criterios se debe a que las directivas europeas son objetivos marcados por la UE, pero que cada país ejecuta de manera individual.

Susana Rodríguez, subdirectora de disciplina ambiental del Ayuntamiento de Madrid, asegura que el umbral nocturno (de las 23 horas a las 7 horas) es de 55 dB. Por su parte, el organismo europeo sugiere que en el período nocturno no se deberían superar lo 50 dB. Según el límite municipal, 6 de los 29 puntos de medición activos durante julio estarían por encima del umbral.

placeholder Estación de Medición en Embajada (Foto: Ayuntamiento de Madrid)
Estación de Medición en Embajada (Foto: Ayuntamiento de Madrid)

Los umbrales marcados por la Unión Europea y el Ayuntamiento de Madrid son equivalentes al sonido que produce un aparato de aire acondicionado y una conversación grupal en tono normal, respectivamente.

La directiva de la Unión Europea recomienda como objetivo reducir el sonido a los 55 dB. Madrid está lejos de cumplir este punto. Durante este año, sólo 14 de los 216 registros publicados hasta la fecha cumplen con el umbral marcado por la UE. Aun así, la tendencia de los últimos tres años ha sido la reducción de la contaminación acústica en Madrid.

Nugent, el experto de la Unión Europea, subraya que el mejor método para reducir el ruido es “acabar con las fuentes emisoras de raíz”. Algunas soluciones que propone son “disminuir el ruido de los vehículos, construir circunvalaciones y carreteras principales alejadas de zonas con mucha población o usar métodos alternativos de transporte”. Por último, Nugent considera que las medidas relacionadas con el receptor del sonido como “instalar barreras contra el ruido en las carreteras o aislar las ventanas” son alternativas “menos efectivas”.

Una aspiradora encendida provoca un sonido que ronda los 70 decibelios (dB). Los vecinos de Atocha próximos a la glorieta de Carlos V o cualquier transeúnte que pasee por las proximidades del museo Reina Sofía soporta ese ruido durante gran parte del día. Un nivel acústico que, según el umbral de 55 dB recomendado por la Agencia Europea de Medio Ambiente, es perjudicial para la salud al exponerse de manera continuada.

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