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Los patriotas del Hogar Social Madrid se van a Chamberí: "La inmigración no es buena"
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OKUPAN LA ANTIGUA SEDE DE FÓRUM FILATÉLICO

Los patriotas del Hogar Social Madrid se van a Chamberí: "La inmigración no es buena"

Hace tres semanas okuparon la antigua sede del Fórum Filatélico, un edificio de 10 plantas en la calle José Abascal de Madrid. Dan cobijo y alimentos a 120 familias. ¿La condición? Que sean españolas

"No somos neonazis ni racistas. O, por lo menos, no en el sentido peyorativo. Somos patriotas y luchamos contra las injusticias". Son las chocantes palabras de Melissa, una de las portavoces del denominado Hogar Social Madrid Ramiro Ledesma, a las puertas del impresionante palacio de diez plantas en la calle José Abascal de Madrid, que ahora okupan sus integrantes. La nueva sede del grupo de extrema derecha, en pleno barrio de Chamberí, se parece muy poco al antiguo edificio del Ministerio de Trabajo donde estuvieron unos meses hasta que la Policía los desalojó, y menos aún a su verdadero origen en el barrio de Tetuán. (Vea aquí las imágenes del edificio.)

Hacia las dos de la tarde, cuando el sol de junio aprieta, pasan cerca de la verja exterior que rodea el edificio varios hombres trajeados, maletín en mano, que probablemente acuden a una comida de trabajo. Van con prisa y hablando por teléfono. Ninguno se para a leer el cartel que asoma por una de las puertas: "Recogemos libros, juguetes, alimentos no perecederos, colchones... para familias españolas en situación de necesidad. ¡Ayúdanos a ayudar". Lo de "españolas" va muy en serio. Los integrantes de Hogar Social Madrid lo tienen claro: sólo recogen alimentos y dan cobijo a españoles. Y Melissa insiste: "No tengo ningún problema con los extranjeros. Todas las personas tenemos los mismos derechos. Pero no somos todos iguales".

La nueva localización, que era la sede del Fórum Filatélico, tiene "sus cosas buenas y sus cosas malas". Llevan sólo tres semanas instalados y aún están haciendo la 'mudanza', pero ya notan que hay menos grupos de extrema izquierda "que vienen a reventarles" recogidas de alimentos o se acercan hasta las puerta a armar bronca. "En Tetuán era continuo. Ahora la cosa va mejor", cuenta. Eso sí, "la gente es menos solidaria", a pesar de estar en 'zona bien'. "Los vecinos de Tetuán se implican de verdad. No colaboran con nosotros por limpiar su conciencia y hacer la obra caritativa del día. Están involucrados en la causa", asiente la estudiante de Filosofía y tertuliana ocasional en Radio Inter.

La nueva 'casa okupa' tiene un significado importante para los integrantes de Hogar Social Madrid. No es precisamente azar. Cuando fueron desalojados de la calle Bretón de los Herreros pensaron qué edificio asaltarían. Se decidieron por el antiguo Fórum Filatélico por la "buena relación" que mantienen con los afectados del caso Afinsa, uno de los mayores fraudes económicos de la historia de nuestro país, entre los que hay algún militante de la organización que lleva por nombre a Ramiro Ledesma. "Es otro ejemplo de una injusticia", interviene Melissa. "Y este caso es aún peor porque la mayoría son personas muy mayores que ya no tienen fuerzas para protestar". De hecho, este mismo fin de semana celebran en el edificio okupado una conferencia sobre "la verdad de la intervención de Fórum y Afinsa" en la que pretenden explicar "las mentiras y los interrogantes del caso". Y esta no es la primera conferencia que celebra el grupo. Ya han organizado debates tan dispares como la situación entre Ucrania y Rusia o una charla informativo sobre las sicavs.

Sitio no les falta para las actividades en la nueva sede. Son diez pisos en total y los tienen bien distribuidos. En la planta baja amontonan los alimentos no perecederos. Los que se pueden echar a perder los conservan en frigoríficos de un mercado municipal. Cientos de paquetes de pasta, arroz, garbanzos, lentejas... al fondo una bandera de España preside un mostrador. Cada domingo se hace el reparto de comida en función de los miembros de cada familia. "Muchos son cinco, padres con sus hijos. A ellos siempre hay que darles los paquetes más grandes, de dos kilos", cuenta la portavoz del centro antes de encenderse un cigarrillo.

En la segunda y tercera planta están situadas las habitaciones. Además del reparto de comida, tienen acogidas a siete familias indefinidamente. Algunas fueron desahuciadas y otras se quedaron en la calle al perder su trabajo. También hay dormitorios 'de paso' para personas que piden quedarse una o dos noches. Rosa, por ejemplo, es fija y vive con ellos. Perdió la sidrería que regentaba y de un día para otro se vio en la calle. Su cuarto de José Abascal tiene una cama individual adornada con una colcha negra de pelos y un par de cojines a juego. Escritorio, silla, espejo y hasta un pequeño ventilador. No tiene mucho que envidiar a una habitación de IKEA. Otra de las plantas está dedicada a juguetes y cuentos para niños. Allí pasan largos ratos, especialmente durante las recogidas de alimentos, en las que intentan evitar que los chavales vean a sus padres llenar el saco de pasta dura y legumbres.

Hogar Social Madrid da apoyo a un total de 120 familias y entrega semanalmente un carrito de alimentos a 70-80 de ellas. Sólo españolas. Hace unos días vino en busca de ayuda una ciudadana sudamericana. Los integrantes le explicaron que no podían ayudarla y le dijeron a qué asociaciones para inmigrantes podía acudir. Su filosofía, otra vez sobre la mesa: "Somos patriotas y hay que ayudar a los españoles en momentos de necesidad, especialmente a aquellos que no reciben ayudas del Estado". Melissa comenta indignada que existan tantas ayudas específicas para comunidades extranjeras. "Los gobiernos deben ocuparse lo primero de sus ciudadanos y nos parece mal que los fondos públicos españoles se destinen a los inmigrantes", insiste. Y eso, dice la joven de 26 años, "no es de derechas ni de izquierdas ni de nada. Es justicia". En la misma línea se pronuncia sobre los movimientos migratorios. "¿Que la inmigración es buena? Eso según se mire", afirma. "Será buena para empresarios que quieran enriquecerse pagando mano de obra barata mientras ciudadanos españoles se quedan sin nada". Lo tiene claro: "Cada país debería ocuparse de sus habitantes, estén aquí o allí".

Las causas justas, dice la filosofía de los integrantes del grupo, "están por encima de cualquier ideología y la nuestra es en un 80% de justicia social". Son conscientes de que sus ideas están llenas de utopía, pero se apoyan en un ejemplo para defenderlo: "Mira el comunismo. Mira a Podemos, también son utópicos y ahí los tienes", bromean. Melissa cree que la peor combinación posible para el futuro gobierno de Madrid es el que más papeletas tiene en este momento de salir: Cristina Cifuentes, "que ha sido la jefa de la Policía", al frente de la Comunidad y Manuela Carmena, en el Ayuntamiento. Y eso, que con Ana Botella las cosas no les han ido nada bien. "Carmena nos lo va a poner más difícil. Aunque sea antidesahucios y parece que tengamos cosas en común. A ella sí le va a importar la ideología. Vamos a ver si nos ceden el espacio como dice que hará a los del Patio Maravillas", anticipa con cierta sorna.

Hogar Social Madrid confía en aguantar más tiempo en su nueva sede que en los anteriores sitios que ha okupado. Aunque aseguran que el antiguo edificio de Fórum Filatélico ya no pertenece al Estado y ha sido vendido, porque ya han sido denunciados por el propietario ante un juzgado de Madrid y el proceso de desalojo se ha activado. El tiempo que puedan quedarse dependerá de si la causa se desarrolla por vía penal o administrativa (más lenta). Mientras tanto, afirma, seguirán recogiendo alimentos, "dando techo a los sintecho" y defendiendo a los "ciudadanos españoles necesitados", haciendo la labor propia del Robin Hood más patriota, aunque selectivo.

"No somos neonazis ni racistas. O, por lo menos, no en el sentido peyorativo. Somos patriotas y luchamos contra las injusticias". Son las chocantes palabras de Melissa, una de las portavoces del denominado Hogar Social Madrid Ramiro Ledesma, a las puertas del impresionante palacio de diez plantas en la calle José Abascal de Madrid, que ahora okupan sus integrantes. La nueva sede del grupo de extrema derecha, en pleno barrio de Chamberí, se parece muy poco al antiguo edificio del Ministerio de Trabajo donde estuvieron unos meses hasta que la Policía los desalojó, y menos aún a su verdadero origen en el barrio de Tetuán. (Vea aquí las imágenes del edificio.)

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