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El cuento de nunca acabar de las marquesinas del Ayuntamiento de Madrid
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DEBERÍAN HABER ESTADO INSTALADAS EN OCTUBRE

El cuento de nunca acabar de las marquesinas del Ayuntamiento de Madrid

A cuatro meses de las elecciones municipales, Botella aún tiene varios retos pendientes por delante. Uno de ellos, finalizar un contrato que acabó hace tres meses

Foto: Una de las más de 4.000 marquesinas que hay en Madrid. (Efe)
Una de las más de 4.000 marquesinas que hay en Madrid. (Efe)

A cuatro meses de las elecciones municipales, Ana Botella aún tiene varios retos pendientes por delante. La ‘boina’ de contaminación que ha cubierto la capital en los últimos días no solo le ha dado la bienvenida en 2015, sino que ha dejado en evidencia su nula gestión en este ámbito después de que se superasen los niveles de polución por dióxido de nitrógeno autorizados para un año en apenas una semana. A esto hay que sumar una nuevo problema en el que las prisas le han jugado una mala pasada: las marquesinas de autobús.

Tres meses después de que concluyera el plazo para finalizar la sustitución de las 4.212 paradas que hay en la capital, varios son los barrios donde aún no hay recambio. El contrato, adjudicado a la UTE (Unión Temporal de Empresas) Cemusa y JCDecaux, establecía que la renovación debía finalizar el pasado 12 de octubre -6 meses después de su inicio el pasado mes de abril-, sin embargo el plazo de demora se alarga.

Este lunes, 12 de enero, se cumplían tres meses desde que finalizaran los plazos y el panorama que hay en algunas calles de Madrid es el mismo que antes de que comenzaran su sustitución. Marquesinas que conviven con otras de la ‘nueva hornada’ a escasos metros de distancia y carteles anunciando su cambio con fecha de hace varias semanas son ejemplos de una gestión improvisada.

Ya hay fecha de finalización

El Confidencial se ha puesto en contacto con la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT), dependiente del Ayuntamiento, que ha confirmado que aún no se completado la instalación de las marquesinas. “En estos momentos está pendiente la sustitución, aproximadamente, del 15% de las marquesinas”, ha asegurado el ente público, que coincide con la información que ha facilitado a este medio el Área de Medioambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid. A finales del pasado mes de noviembre, la cifra ascendía al 50%, por lo que el ritmo de trabajo en los últimos tres meses es inferior a los seis anteriores.

Si bien EMT tenía previsto que la finalización tuviera lugar a principios de este mes de enero, finalmente no será hasta el próximo cuando haya una homogeneización total de las marquesinas. “Está previsto que la instalación finalice el 15 de febrero”, comentan desde la EMT advirtiendo de que “depende exclusivamente del ritmo de trabajo del concesionario. Es su responsabilidad finalizar en la mayor brevedad posible”, apuntan. “Se les viene instando a ello desde que finalizó oficialmente el plazo estipulado en el contrato”.

Sanciones de casi tres millones de euros

La respuesta de la empresa adjudicataria no ha sido otra que el silencio. Además, la UTE Cemusa y JCDecaux es la encargada de decidir cuándo y dónde se instalan las casi 700 marquesinas que quedan por colocar. “Desde la EMT no se ha establecido prioridad ni orden geográfico de ningún tipo en el cambio de las marquesinas dejando libertad a la concesionaria”, aseguran, una decisión que pone en evidencia la falta de planificación por ambas partes y que se traduce en cambios de marquesinas aleatorios que obligan a movilizar a un equipo de técnicos y operarios dos veces a la misma zona, pues a veces no se completa el cambio en una misma calle o distrito.

Debido a que no se ha cumplido el plazo de seis meses estipulado en el contrato, el Ayuntamiento de Madrid podrá sancionar a la UTE. “Prevemos, obviamente, un régimen de penalizaciones al adjudicatario para casos de incumplimiento o retrasos”, apuntan desde la EMT. Este régimen de penalizaciones se aplica según lo previsto en el pliego de condiciones, en el que las sanciones para los incumplimientos muy graves oscilan entre los 2.501 y 3.500 euros y los graves entre 1.501 y 2.500. Sin embargo, esa cifra podría ser mucho más elevada si la Administración Local aplica el punto 4 del artículo 212 de la Ley de Contratos del Sector Público. De ser así, el Ayuntamiento podría ingresar hasta tres millones de euros.

El Ayuntamiento ingresará 150 millones de euros

Fue el pasado mes de marzo cuando la Empresa Municipal de Transportes, dependiente del Ayuntamiento de Madrid, adjudicó a Cemusa-JCDecaux el diseño, la instalación, el mantenimiento y la explotación de las marquesinas a través de un concurso público al que esta UTE se presentó en solitario.

El contrato, que tiene una duración de 13 años y medio prorrogables a 6 más, servirá no solo para dar un cambio que muchos consideran innecesario a las marquesinas de Madrid -que, argumentan, estaban en buen estado-, sino también para llenar sus arcas, ya que el Ayuntamiento se embolsará cerca de 151 millones de euros, a razón de 12 millones anuales. A esto hay que sumar los ingresos publicitarios, pues al consistorio le corresponde un porcentaje de los ingresos que obtenga JCDecaux, una de las mayores empresas de publicidad a nivel mundial.

Se trata de un respiro para EMT, que lleva tres ejercicios consecutivos cerrando con pérdidas, y que se llevó más de 24 millones de euros que la Administración Local le inyectó el pasado mes de diciembre. En 2015, se prevé que le aporte 15.

Las otras necesidades que tiene Madrid

Si bien el cambio de marquesinas no ha costado ni un solo euro a las arcas del Ayuntamiento, su instalación no está entre las prioridades que los madrileños, las asociaciones de vecinos y de usuarios del transporte público llevan años reclamando. “Es cierto que no nos ha costado nada a los ciudadanos, pero el impacto está ahí y podría haberse evitado añadiendo una cláusula de subrogación al contrato anterior para evitar esto”, asegura Adrián Fernández, del portal Ecomovilidad.

Madrid necesita otras cosas. Desde una integración de tarifas y billetes que permitan cambiar de medio de transporte sin tener que comprar obligatoriamente otro billete, a la reducción de coches por el centro de Madrid y el fomento del uso de la bicicleta”, continúa. De hecho, de estas iniciativas han tomado nota varios partidos políticos, que las han incluido en su programa electoral para los próximos cuatro años. “Veremos si se aplican”, apuntilla.

A cuatro meses de las elecciones municipales, Ana Botella aún tiene varios retos pendientes por delante. La ‘boina’ de contaminación que ha cubierto la capital en los últimos días no solo le ha dado la bienvenida en 2015, sino que ha dejado en evidencia su nula gestión en este ámbito después de que se superasen los niveles de polución por dióxido de nitrógeno autorizados para un año en apenas una semana. A esto hay que sumar una nuevo problema en el que las prisas le han jugado una mala pasada: las marquesinas de autobús.

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