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Urkullu complica el último cartucho de Feijóo para suceder a Rajoy
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los comicios vascos serán el 25 de septiembre

Urkullu complica el último cartucho de Feijóo para suceder a Rajoy

El presidente de la Xunta debe decidir en las próximas horas si hace coincidir las elecciones gallegas con las vascas, lo que le alejaría definitivamente de La Moncloa

Foto: Iñigo Urkullu (d), recibe al candidato a la presidencia de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo. (EFE)
Iñigo Urkullu (d), recibe al candidato a la presidencia de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo. (EFE)

Como le viene ocurriendo desde hace un año, el calendario conspira contra las aspiraciones de Feijóo de suceder a Rajoy. Esta vez ha sido Iñigo Urkullu quien ha puesto el reloj en marcha antes de tiempo, al convocar para el 25 de septiembre las elecciones vascas de forma inesperada. Feijóo prefería octubre, lo que le daba cierto margen ante una improbable pero posible caída del presidente en funciones. Debe elegir entre cumplir con su anuncio de convocar para el décimo mes del año o con la tradición de sincronizarse con el País Vasco, como ocurrió en 2009 y 2012. Si apuesta por esto último, dirá adiós definitivamente a La Moncloa.

La decisión no se puede demorar. Para que los gallegos acudan a votar el 25 de septiembre, el presidente de la Xunta debe reunir a su Gobierno y firmar el decreto de disolución del Parlamento este mismo lunes. La fecha elegida por el lehendakari es solo cinco días antes del comienzo de octubre, pero a Feijóo le gustaba más la idea de apurar hasta final de ese mes. Ahora es la única opción que le queda si descarta que las gallegas coincidan con las vascas, que por lógica deben distanciarse en varias semanas. Esperar a finales de octubre sería en todo caso una decisión políticamente de difícil explicación, ya que el calendario electoral está mucho más saturado ahora que en 2012, cuando el presidente gallego adelantó la votación con el argumento de evitar la reiteración de citas con las urnas.

Feijóo se ha tomado el fin de semana para reflexionar sobre la fecha de las elecciones. La fecha escogida por Urkullu también presenta ventajas para el presidente de la Xunta, que se enfrenta a rivales que llevan con gran retraso el proceso electoral. Es el caso del PSOE, que solo ha escogido recientemente a su aspirante a presidir la Xunta, Xoaquín Fernández Leiceaga, quien dispone de muy escaso margen de tiempo para darse a conocer y lanzar su candidatura. Pero sobre todo, es el caso de En Marea, un proceso que han activado no sin problemas este mismo fin de semana los alcaldes de A Coruña, Santiago y Ferrol y que aún no cuenta con el respaldo de Podemos, que estos días vota si va en coalición con el resto de fuerzas de izquierda o concurre por separado. Por no tener, este movimiento a la izquierda del PSOE carece hasta de candidato.

"En mi idea sobre la fecha, he dicho que serían en octubre y también he defendido que debíamos procurar que se celebrasen con las vascas. Una y otra cosa a la vez ya no es posible y, dentro de este nuevo contexto, tomaré la decisión que entiendo que es más consecuente con lo que defiendo y más responsable", avanzó Feijóo este fin de semana a 'Europa Press'. En su entorno, esperan que las anticipe al 25 de septiembre, aunque Feijóo ya tuvo ocasión de hacer coincidir las gallegas con las últimas generales y desoyó a los que le recomendaban coger a la oposición a contrapié. Entonces pesaron en su decisión los mejores resultados que obtiene el PP en Galicia en las autonómicas, pero también sus opciones sucesorias.

Si finalmente decide acompasar el calendario electoral gallego con el vasco, este lunes deberá reunir a su Gobierno en un Consello extraordinario de la Xunta

Feijóo solo empezó a hablar de octubre como mes adecuado para las gallegas muy recientemente, después de venir anunciándolas genéricamente para otoño. La fecha más probable era el 23 de octubre, muy cerca del 21 en que llamó a las urnas en 2012, cuando sumó su segunda mayoría absoluta consecutiva.

Si finalmente decide acompasar el calendario electoral gallego con el del País Vasco, este mismo lunes deberá reunir a su Gobierno en un Consello extraordinario de la Xunta para comunicarle la decisión, para firmar a continuación el decreto de disolución del Parlamento y convocatoria electoral, y anunciarlo posteriormente en rueda de prensa. El decreto sería publicado al día siguiente, 2 de agosto y entraría en vigor el miércoles 3 de agosto, 54 días antes de la cita con las urnas, plazo mínimo que establece la ley. Con este calendario, la campaña empezaría el 9 de septiembre y duraría hasta el viernes 23.

Este calendario conllevaría un agosto agitado, con la presentación de listas entre los días 17 y 22. Sería sobre todo una mala noticia para En Marea y Podemos, que son de largo las opciones políticas que han activado su maquinaria electoral con mayor retraso. Feijóo tiene en su agenda para la mañana de este lunes una visita a una escuela infantil en A Coruña a las 10 de la mañana y otra a un centro de Salud en Arteixo a las 11:30h. Son dos citas compatibles con una eventual reunión de su Gobierno y la firma del decreto de disolución.

Como le viene ocurriendo desde hace un año, el calendario conspira contra las aspiraciones de Feijóo de suceder a Rajoy. Esta vez ha sido Iñigo Urkullu quien ha puesto el reloj en marcha antes de tiempo, al convocar para el 25 de septiembre las elecciones vascas de forma inesperada. Feijóo prefería octubre, lo que le daba cierto margen ante una improbable pero posible caída del presidente en funciones. Debe elegir entre cumplir con su anuncio de convocar para el décimo mes del año o con la tradición de sincronizarse con el País Vasco, como ocurrió en 2009 y 2012. Si apuesta por esto último, dirá adiós definitivamente a La Moncloa.

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