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El PP sube, Compromís baja y Puig aguanta en el día grande de la Valencia 'postcorrupta'
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festividad del 9 d'Octubre

El PP sube, Compromís baja y Puig aguanta en el día grande de la Valencia 'postcorrupta'

La Comunidad Valenciana celebra su festividad con un espíritu de desafección hacia la Administración central. "Somos gente de paz pero nunca bajaremos los brazos", dice el 'president'

Foto: Ximo Puig, en su intervención de este domingo en el acto de conmemoración del 9 d'Octubre. (GVA)
Ximo Puig, en su intervención de este domingo en el acto de conmemoración del 9 d'Octubre. (GVA)

¿Es la Comunidad Valenciana una autonomía protosoberanista? La pregunta puede parecer una solemne estupidez por la sencilla razón de que aventurerismos independentistas como el de su vecino del norte son sociológicamente imposibles en una sociedad como la valenciana. Sin embargo, esto no quiere decir que la actual fotografía política de la autonomía no contengaalgunos elementos en común con la Cataluña de hace una década, cuando el 'president' socialista, José Montilla, denunciaba en 2007 el "maltrato inversor" del Estado y advertía de la "desafección hacia España". Hoy, no hay dirigente político o empresario, de derechas, de centro o de izquierdas, que no reconozca, en público o en privado, que Valencia tiene un problema de interlocución, atención, sintonía y resolución de conflictos con Madrid y las estructuras de poder centralizadas en la capital de España.

Foto: Dirigentes políticos y agentes sociales y empresariales en el acto del Círculo de Bellas Artes.

Cómo los catalanes han ido resolviendo ese desamor es de sobra conocido. La ausencia de empatía capitalina y la presión del soberanismo han empujado al territorio más ricode España a un callejón de difícil salida. Cataluña esta hoy atascada en un bucle melancólico, atrapada en su propio laberinto.

placeholder El Salón de Cortes del Palau de la Generalitat en el que se ha celebrado el acto. (GVA)
El Salón de Cortes del Palau de la Generalitat en el que se ha celebrado el acto. (GVA)

Esto está muy lejos de ocurrir en la Comunidad Valenciana, que suele demostrar ser mucho más pragmática y abierta.Pero esa desafección también está presente en el ecosistema local, con una autoestima castigada también por la sucesión de casos de corrupción de la etapa de gobiernos del Partido Popular y el escarnio recibido que ello ha supuesto. Esa necesidad de cariño, esa reivindicación del "orgullo valenciano"es alimentadodía sí, día también, por el bipartito gobernante, ante la falta de respuesta del actual Gobierno de Mariano Rajoy."¿Cómo hacer frente al paro, la exclusión social y el agotamiento del modelo productivo con infrafinanciación e infrainversión? (…)Somos gente de paz, gente de diálogo y de afectos, pero nunca bajaremos los brazos", ha señalado este domingo por la mañana el 'president' socialista Ximo Puig, en el acto de conmemoración y entrega de las altas distinciones con motivode la festividad autonómica del Nou d'Octubre, Día de la Comunidad Valenciana.

No hay dirigente político o empresario, de derechas o de izquierdas, que no reconozca que Valencia tiene un problema de interlocución con Madrid

Pero pese a los esfuerzos del tándem Ximo Puig-Mónica Oltra (Compromís) por tratar de construir un nuevo relato, la fotografía política en el día grande de la Valencia 'postcorrupta' refleja un mapa fragmentado en el que sólo el Partido Popular recupera posiciones,aunque lejos de las mayorías absolutas estratosféricas de antaño. El centro-derecha regional ha comenzado a soñar conregresar al poder en 2019, apoyado en Ciudadanos, que no logra consolidarse como alternativa a la derecha tradicional. Y lo hace sin moverse, sin apenas haber realizado un ejercicio profundode regeneración interna.

Son los propios errores del gobierno bipartito respaldadopor Podemos en las Cortes los que le impiden anclarse sólidamente. Una gestión compartimentada por familias, que hace que Los Verdes (Compromís) puedan tumbar sin despeinarse un proyecto como Puerto Mediterráneo (y su promesa de puestos de trabajo e inversión foránea), lanza el mensaje de que el Consell es una jaula de grillos. Un sálvese quien pueda en el que cada protagonista trata de que no le salpiquen mucho las aventurasde su vecino de 'conselleria'sin poder hacer nada por evitarlo.

placeholder En la entrega de altas distinciones de la Generalitat (GVA)
En la entrega de altas distinciones de la Generalitat (GVA)

Son este tipo de mensajes y la falta de coordinación los que explican que, pese a que la Comunidad Valenciana se ha situado a la cabeza en crecimiento económico (venía de muy abajo) en España, el Partido Popular recupereposiciones y parte del respaldo perdido en las elecciones de 2015. Así lo refleja la única encuesta publicada ayer con motivo del Nou d'Octubre, elaborada por Invest Group para Levante-EMV. La formación que lidera Isabel Bonig de forma interina recuperaría hasta doce puntos (38%) en unas hipotéticas autonómicas; Compromís sufriría el desgaste del poder al bajar más de dos puntos (15,6%) y Ximo Puig y el PSPV-PSOE lograrían capitalizar algo la figura de la presidencia, al pasar del 20,8% de mayo de 2015 a un presentable 24%.

Ximo Puig y Mónica Oltra tendrán ahora que reflexionar si la apelación constante al pasado corrupto y el discurso reivindicativo son suficientes

El ascenso del PP sería insuficiente, por los pelos,para desbancar a la izquierda del poder, porque lo que ganan los populares lo pierde Ciudadanos, que se quedaría con apenas un 7,6% frente al 12,6% de hace año y medio. Podemos mantendría también su tendencia a la baja (8,7%).

Lo que arroja este sondeo es una situación política de empatetécnico, un aviso para los actuales inquilinos del Palau de la Generalitat y un acicate para Bonig, que puede correr el riesgo de conformarse y no acometer la regeneración en profundidad que necesita su partido.Por su parte,Ximo Puig y Mónica Oltra tendrán que reflexionar si la apelación constante al pasado corrupto y el discurso reivindicativo son suficientes para revalidar su proyecto en 2019.

Quizás ha llegado el momento de ofrecer algo más ilusionante a los valencianos.

¿Es la Comunidad Valenciana una autonomía protosoberanista? La pregunta puede parecer una solemne estupidez por la sencilla razón de que aventurerismos independentistas como el de su vecino del norte son sociológicamente imposibles en una sociedad como la valenciana. Sin embargo, esto no quiere decir que la actual fotografía política de la autonomía no contengaalgunos elementos en común con la Cataluña de hace una década, cuando el 'president' socialista, José Montilla, denunciaba en 2007 el "maltrato inversor" del Estado y advertía de la "desafección hacia España". Hoy, no hay dirigente político o empresario, de derechas, de centro o de izquierdas, que no reconozca, en público o en privado, que Valencia tiene un problema de interlocución, atención, sintonía y resolución de conflictos con Madrid y las estructuras de poder centralizadas en la capital de España.

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