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El 26-J amarga el cumpleaños del Gobierno a la valenciana: Ximo Puig prepara cambios
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El 26-J amarga el cumpleaños del Gobierno a la valenciana: Ximo Puig prepara cambios

Una crisis del Gobierno sobrevuela la Generalitat, pero los equilibrios internos entre PSPV y Compromís limitan su alcance. Podemos deja entrever de nuevo que quiere tocar poder

Foto: Oltra y Puig, en la comparecencia conjunta de hoy en la que han hecho balance de un año de Gobierno. (EFE)
Oltra y Puig, en la comparecencia conjunta de hoy en la que han hecho balance de un año de Gobierno. (EFE)

El pasado 25 de junio, en plena jornada de reflexión antes de las segundas elecciones generales en medio año, se cumplió el primer aniversario de la designación del socialista Ximo Puig como presidente de la Generalitat valenciana en virtud del acuerdo suscrito con Compromís y Podemos. El cumpleaños no ha podido ser más amargo. Su partido, el PSOE, no solo tiene nulas posibilidades de formar Gobierno, sino que enfrente tendrá de nuevo casi seguro un Ejecutivo comandado por el Partido Popular, con el que ha mantenido una relación de tensión y enfrentamiento.

En clave autonómica, el resultado del 26-J refleja que el centro-derecha ha recuperado posiciones (PP y Ciudadanos sumarían mayoría absoluta en caso de traslación del resultado) y ha puesto en alerta a los integrantes del Pacto del Botánico. Al igual que ocurrió el 20-D, cuando el Consell valenciano en pleno se 'retiró' un fin de semana entero a Morella, los 'consellers' y sus equipos se concentrarán en Torrevieja los días 8, 9 y 10 de julio. Puig prepara cambios en el Gobierno con la intención de recuperar iniciativa tras el verano. Sin embargo, no lo tiene fácil. Cualquier reorganización o baile de nombres requiere del consenso con la lideresa de Compromís, Mónica Oltra, que a su vez está atada de manos los equilibrios internos de su coalición. En el Consell del Botánico, Puig no tiene potestad para cesar un director general que no sea del PSPV-PSOE. Esa es su capacidad de maniobra. Ambos han comparecido este miércoles para hacer balance de un año en el poder y han defendido su gestión. "Ha sido un año marcado por la estabilidad, el trabajo y la honradez", ha manifestado el 'president'. Los juegos de poder podrían complicarse más todavía: el líder autonómico de Podemos, Antonio Montiel, empieza a mostrar abiertamente su deseo de entrar en el Consell.

Foto: Mónica Oltra sigue el escrutinio en el cuartel general de Compromís. (EFE)

Lo que ha sucedido en la Comunidad Valenciana en estos últimos 12 meses es un fenómeno digno de estudio para George Lakoff de cara a su próximo libro para, en lugar de titularlo 'No pienses en un elefante', llamarlo 'No pienses en una gaviota'. Un cambio de marco discursivo a lo bestia, un choque cultural acelerado. Estas 12 imágenes y su correspondiente descripción pretenden resumir, dentro de lo posible, los ejes más relevantes del primer ejercicio de la nueva etapa política valenciana:

1) El hundimiento

placeholder Fabra y Barberá, la noche electoral del 24-M de 2015, cuando perdieron Generalitat y alcaldía. (Biel Aliño)
Fabra y Barberá, la noche electoral del 24-M de 2015, cuando perdieron Generalitat y alcaldía. (Biel Aliño)

Veinte años menos 40 días después de que Eduardo Zaplana pusiese un pie en el Palau de la Generalitat para inaugurar una nueva era, el 24 de mayo de 2015 todo se volvió de color oscuro en las filas del Partido Popular de la Comunidad Valenciana. “¡Qué hostia, qué hostia!”, fue la gráfica descripción de la aún alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, abrazada a Serafín Castellano, el ‘conseller’ de Gobernación que pocos meses después sería detenido por su relación con el llamado 'cártel del fuego'. De una tacada, los populares se habían dejado más de veinte puntos de respaldo popular con respecto a las anteriores autonómicas y municipales y la correlación de fuerzas imposibilitaba los pactos con Ciudadanos. La Generalitat, las tres capitales de provincia y los principales gobiernos municipales estaban perdidos. La corrupción y el hastío de los electores de una forma de hacer política cada vez más alejada de la realidad social despacharon de un plumazo la era de la gaviota. Ni las “líneas rojas” de Alberto Fabra, ni los esfuerzos de su último Consell por poner orden en los excesos en la gestión pudieron evitarlo.

2) El Pacto del Botánico: Ximo, ‘president’

placeholder El día de la firma del Pacto del Botánico, primer acuerdo de contenido político previo a la negociación del nuevo Consell. (EFE)
El día de la firma del Pacto del Botánico, primer acuerdo de contenido político previo a la negociación del nuevo Consell. (EFE)

Fue un acuerdo gestionado desde la tensión. Consensuar las bases del pacto político de contenidos firmado el 11 de junio (el qué) resultó mucho más fácil que el de las personas y el reparto de sillas (el quién). Mónica Oltra amagó con reclamar la presidencia de la Generalitat haciendo valer como propios los escaños de Compromís y Podemos. Los socialistas del PSPV-PSOE aguantaron la presión y llegaron a acercarse a Ciudadanos para pactar la presidencia de las Cortes Valencianas, lo que obligó a valencianistas y podemistas a ceder y aceptar un acuerdo a tres con Ximo Puig de presidente y Oltra de vicepresidenta. El resultado fue un Consell bipartito de socialistas y Compromís con Podemos como muleta parlamentaria. Entre las primeras medidas aplicadas figuran la universalización de la sanidad (que el Gobierno central ha llevado al Constitucional) o la eliminación de copagos en farmacia y dependencia, además de iniciativas de trasparencia en la gestión pública. Algunas promesas o no se han cumplido aún, o lo hacen a cámara lenta como, por ejemplo, la eliminación de barracones en los colegios.

3) Del 20-D al 26-J: el ‘sorpasso’ de Mónica Oltra

placeholder Ángela Ballester (Podemos), Mónica Oltra y Joan Baldoví (Compromís), la noche del 20-D. (EFE)
Ángela Ballester (Podemos), Mónica Oltra y Joan Baldoví (Compromís), la noche del 20-D. (EFE)

El acuerdo electoral entre Compromís y Podemos rebasó al PSOE tanto el 20-D como el 26-J, lo que ha alimentado la especulación sobre una nueva alianza de cara a las autonómicas en 2019 para intentar aupar a Mónica Oltra a la presidencia. Este mismo mes de junio, la única encuesta conocida hasta ahora, elaborada por Invest Group y publicada por Levante-EMV, señala a Compromís como gran capitalizador del pacto, pues superaría holgadamente como segunda fuerza a los socialistas y quedaría a poca distancia del PP. Hay una frase con maldad que corre entre algunos dirigentes del PSPV para describir la situación: “No ha pasado un año y Ximo ya es expresidente”. Puig, no obstante, es el preferido para las élites económicas y empresariales de la autonomía. En el Consell del Botánico, los socialistas gestionan y en Compromís se apuntan los tantos políticos. Sin embargo, los resultados del 26-J demuestran que en estos tiempos de zozobra política los expertos demoscópicos son una especie condenada a la cuarentena durante una buena temporada y que el PP es un gigante dormido en la Comunidad Valenciana.

4) Taula: el 'yonqui del dinero' tira de la manta

placeholder Marcos Benavent, en las dependencias de la Guardia Civil. Su testimonio es clave en la operación Taula. (EFE)
Marcos Benavent, en las dependencias de la Guardia Civil. Su testimonio es clave en la operación Taula. (EFE)

El 26 de enero, agentes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil y los fiscales Anticorrupción irrumpieron en la Diputación de Valencia y los domicilios de destacados dirigentes del PP de Valencia, como su expresidente provincial, Alfonso Rus. La llamada Operación Taula, en referencia a la histórica Taula de Canvis, puso al descubierto una presunta trama de mordidas en las administraciones provincial, regional y locales que alcanzaba incluso a la empresa responsable de la construcción de colegios (Ciegsa). Más cien personas están siendo investigadas y de la causa quedan todavía por conocer importantes detalles, pues la mayor parte de las piezas está bajo secreto de sumario. De nuevo, la figura del 'yonqui del dinero', Marcos Benavent, emergió como la del gran delator, el arrepentido ‘hippy’ que ha dejado al PP valenciano a los pies de los caballos.

5) Rita Barberá o la caída de un mito

placeholder La senadora, Rita Barberá, en la primera comparecencia que hizo para negar su implicación en la trama de blanqueo de su grupo municipal. (EFE)
La senadora, Rita Barberá, en la primera comparecencia que hizo para negar su implicación en la trama de blanqueo de su grupo municipal. (EFE)

Entre las piezas de la operación Taula hay una que investiga un caso de blanqueo de capitales por parte la práctica totalidad del grupo municipal del PP en Valencia. Según los investigadores, personas de confianza de Rita Barberá como Carmen García Fuster conminaron a concejales y asesores a donar 1.000 euros a la campaña de las municipales de 2015 para después devolvérselos vía billetes de 500 euros de procedencia oscura. El caso puede que sea el de menor cuantía de las piezas que componen la operación Taula, pero ha puesto al descubierto dinámicas ilícitas y dinero de extraña procedencia en la rama del PP controlada por Barberá. El juez ha remitido al Tribunal Supremo una exposición razonada en la que pide que se investigue a la senadora, que niega conocer las irregularidades, ha resistido las presiones (incluso de su propio partido) y mantiene el cargo y, con él, el aforamiento.

6) Montoro en la diana: la batalla por la financiación

placeholder Cristóbal Montoro y Ximo Puig, en el encuentro que mantuvieron en el mes de noviembre para desatascar pagos del FLA. (EFE)
Cristóbal Montoro y Ximo Puig, en el encuentro que mantuvieron en el mes de noviembre para desatascar pagos del FLA. (EFE)

A estas alturas, ya nadie niega el hecho incontrovertible de que la Comunidad Valenciana sufre un déficit de financiación que penaliza sus cuentas públicas y, con ello, su capacidad de mejorar la prestación de servicios básicos. Hasta el asesor de cabecera del ministro Cristóbal Montoro, en materia de reparto territorial de recursos, el director de Fedea, Ángel de la Fuente, admite esa insuficiencia en sus estudios. A la espera de un cambio en el sistema que no llega a producirse, los doce meses de gestión del bipartito han estado marcados por el choque entre Ximo Puig y su 'conseller' de Hacienda, Vicente Soler, con Montoro a cuenta del reparto del Fondo de Liquidez Autonómica, el anticipo de las trasferencias o las medidas de ajuste de un déficit público incontenible. El último episodio de esa tensa relación se vivió hace tres semanas cuando el Ministerio de Hacienda, a través del secretario de Estado, Antonio Beteta, reclamó al Consell valenciano los intereses y el pago de una multa de 19 millones impuesta a España por ocultación de facturas por parte de los gobiernos autonómicos de Francisco Camps y Alberto Fabra. Puig ha tratado de buscar alianzas con Murcia, Baleares o Cataluña en las negociaciones con el Gobierno central. Montoro ha tenido que visitar Valencia en campaña para contrarrestar el argumentario del bipartito. Que aprovechase un acto de partido con empresarios para publicitar un inminente reparto de FLA a cuatro días del 26-J también le provocó importantes críticas.

7) Ajuste de cuentas: Camps no pide perdón y Cotino, a juicio

placeholder Camps, el día en que compareció en la comisión de investigación de las Cortes sobre el accidente del metro. (EFE)
Camps, el día en que compareció en la comisión de investigación de las Cortes sobre el accidente del metro. (EFE)

El primer año sin el PP en la Generalitat ha sido también el del levantamiento de alfombras y algunos ajustes de cuentas vía comisiones de investigación parlamentaria y tribunales. El pasado 16 de mayo, Francisco Camps tuvo que explicar por primera vez en las Cortes Valencianas la gestión de su Consell en el accidente del metro que costó la vida a 43 personas en 2006. Lejos de hacer acto de contrición, no admitió errores y evitó pedir perdón a las familias por la ocultación de responsabilidades. También Juan Cotino tuvo que comparecer. El expresidente de las Cortes Valenciana es otro de los ángeles caídos del PP valenciano. La Audiencia Nacional decretó en mayo la apertura de juicio oral contra él, la excúpula de Canal 9 y Francisco Correa y sus compinches por el saqueo de dinero público en la visita del Papa Benedicto XVI a Valencia. También irán a juicio otros ex altos cargos como Vicente Rambla, Ricardo Costa o David Serra, en su caso por presunta financiación ilegal del partido de la gaviota. Hay muchos otros casos pendientes

8) Tensiones internas y un 'Señor Lobo'

placeholder El director del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), Manuel Illueca, el 'Señor Lobo' del Consell de Ximo Puig. (EFE)
El director del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), Manuel Illueca, el 'Señor Lobo' del Consell de Ximo Puig. (EFE)

La convivencia en el seno del bipartito del Botánico no es idílica. Ha habido roces entre 'consellers' y secretarios autonómicos de Compromís y del PSPV, aunque la relación entre Oltra y Puig es estable. Las discrepancias y batalla por las competencias han sido más evidentes en el área económica, entre el ‘conseller’ de Economía, Rafael Climent, de Compromís (ala nacionalista del Bloc) y el área ‘socialista’ de Hacienda, en especial con el director del Instituto Valenciano de Finanzas, Manuel Illueca, el verdadero ‘Señor Lobo’ o solucionador de marrones de la Generalitat. A Illueca le ha tocado buscar salidas a problemas enquistados muy sensibles para el universo patronal como el futuro de Feria Valencia. También ha redefinido el IVF como una suerte de banco público (como contemplaba el Pacto del Botánico) de desarrollo empresarial (aunque sin ficha bancaria) y ahora quiere impulsar una oficina de captación de inversiones. Todos estos movimientos, han generado recelos en Climent y su equipo que interpretan cada iniciativa como una intromisión en sus competencias, aunque tampoco plantean alternativas. El también exalcalde de Alcoi es el 'conseller' más cuestionado del Consell del Botánico.

Foto: Mònica Cucarella, en el centro, en una visita a una fábrica en Ibi. (GVA)

Debilita todavía más su posición su defensa en las últimas semanas de la directora general de Internacionalización, Mónica Cucarella. Su participación en una gasolinera familiar denunciada por contaminar el subsuelo cuya limpieza va a asumir la Generalitat por la negativa de los propietarios a acometerla la ha puesto en la picota. También es conocida la relación tensa que mantienen Oltra y la 'consellera' de Sanidad, Carmén Montón, o la percepción que hay en los cuadros medios del PSPV de que la vicepresidenta capitaliza todos los éxitos del Gobierno autonómico. Se da por hecho que en pocas semanas habrá cambios tanto en Economía como en Sanidad.

9) Los empresarios, lejos de Madrid… y de Compromís

placeholder Reunión de la cúpula de la Asociación Valenciana de Empresarios para reclamar el Corredor Mediterráneo. Juan Roig, en el centro, y Vicente Boluda a su derecha. (EFE)
Reunión de la cúpula de la Asociación Valenciana de Empresarios para reclamar el Corredor Mediterráneo. Juan Roig, en el centro, y Vicente Boluda a su derecha. (EFE)

Este primer año de cambio político también ha tenido un efecto sobre los empresarios y las distintas organizaciones patronales de la Comunidad Valenciana. La percepción de que el Gobierno central no atienda sus reivindicaciones (financiación, mejora de las infraestructuras, etc) ha ido en aumento y la desafección con la gestión de Mariano Rajoy ha crecido. El último capítulo ha sido la negativa de Sepides a financiar la terminación de Parc Sagunt, un parque logístico que debe dar servicios a las instalaciones de la Autoridad Portuaria de Valencia y que lleva años bloqueado. Sepides sostiene que se han rechazado sus alternativas y que no quiere "seguir enterrando” dinero en el proyecto. En paralelo, el respaldo de Fomento al Puerto de Barcelona ha caldeado más el ambiente. Las críticas han sido muy duras por parte del presidente de la patronal valenciana, Salvador Navarro, y del presidente del influyente ‘lobby’ Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), Vicente Boluda. Los dos son consejeros del Puerto de Valencia. En cuanto a la relación con el Consell del Botánico, los empresarios han tejido muchas más complicidades con Puig que con Oltra y los consejeros de Compromís. La batalla de los valencianistas contra la libertad de horarios y las grandes superficies comerciales o la presión sobre las concesiones sanitarias son los dos puntos calientes y de mayor fricción entre el poder económico y el poder político valencianos.

10) La concertada, primera crisis social de Puig

placeholder Manifestación en Valencia en mayo a favor de los centros educativos concertados convocada por organizaciones de enseñanza católica. (EFE)
Manifestación en Valencia en mayo a favor de los centros educativos concertados convocada por organizaciones de enseñanza católica. (EFE)

Hasta mayo del año pasado, en la Comunidad Valenciana la calle era territorio comanche para el PP y los sectores conservadores. Sin embargo, el cambio político también ha modificado los hábitos a la hora de canalizar opiniones. La primera gran protesta contra la gestión del bipartito se produjo el 10 de mayo en Alicante, cuando miles de personas salieron a la calle para exigir al 'conseller' de Educación, el nacionalista Vicent Marzà, que mantenga el sistema de conciertos educativos que durante años extendió el Partido Popular. La marcha tuvo continuidad días después en Valencia y reveló que miles de familias temen un cambio en las reglas del juego educativo que, realmente, todavía no se ha producido. La movilización ha lanzado un mensaje claro a las posibles intenciones de Puig y Oltra. Patronales y asociaciones de padres de colegios concertados, principalmente católicos, han constituido una Mesa por la Educación en Libertad de la que forma parte también el PPCV, que no ha dudado en apuntarse y tratar de capitalizar la protesta, mucho más que Ciudadanos.

11) Cañizares como síntoma o la protesta católica

placeholder El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares (centro), en el acto de desagravio a la Virgen de los Desamparados que el jueves convocó a 4.000 personas en Valencia. (EFE)
El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares (centro), en el acto de desagravio a la Virgen de los Desamparados que el jueves convocó a 4.000 personas en Valencia. (EFE)

Hace apenas dos semanas se produjo también una concentración con unas cuatro mil personas en la Plaza de la Virgen de Valencia convocada por el arzobispo Antonio Cañizares como acto de desagravio a la patrona de la ciudad. Un provocador cartel de un colectivo minoritario de izquierdas (Endavant), mostrando a la Virgen de los Desamparados y a la Moreneta (patrona de Cataluña) besándose en actitud lésbica con el lema “Contra las normas sagradas, ama como quieras”, ha servido a Cañizares para agitar a los sectores más conservadores y católicos de la ciudad de Valencia en su particular cruzada contra “el imperio gay” y “la ideología de género”. Las protestas son la evidencia del distanciamiento entre la jerarquía católica local y el nuevo gobierno autonómico, la mejor muestra del choque cultural que ha supuesto el cambio político. Atrás han quedado años de clara sintonía entre las posiciones y gestión del PP y los intereses de la Iglesia local, una relación especialmente estrecha en la etapa de Francisco Camps.

12) 26-J, ¿un nuevo escenario?

placeholder Mariano Rajoy y Ximo Puig, en el encuentro que mantuvieron en noviembre en La Moncloa. (EFE)
Mariano Rajoy y Ximo Puig, en el encuentro que mantuvieron en noviembre en La Moncloa. (EFE)

Es probable que una reedición de la presidencia de Mariano Rajoy propicie nuevos enfrentamientos y una política de barricada entre administraciones, especialmente si no se acelera la reforma del sistema de financiación. Pese a que hay quien opina que el victimismo beneficia políticamente al bipartito, la realidad es que tanto el líder de los socialistas valencianos como la lideresa de la formación valencianista deseaban un cambio de inquilino en La Moncloa que les garantizase respaldo y nuevos recursos para tapar los agujeros de la Generalitat, los económicos y los de su propia gestión. A su favor tienen que la ausencia de mayoría absoluta obligará al PP a negociar gran parte de su acción de gobierno y los propios presupuestos. El PSOE puede tener un papel clave en reformas como la del sistema de financiación. Es ahí donde Puig tendrá que influir.

El pasado 25 de junio, en plena jornada de reflexión antes de las segundas elecciones generales en medio año, se cumplió el primer aniversario de la designación del socialista Ximo Puig como presidente de la Generalitat valenciana en virtud del acuerdo suscrito con Compromís y Podemos. El cumpleaños no ha podido ser más amargo. Su partido, el PSOE, no solo tiene nulas posibilidades de formar Gobierno, sino que enfrente tendrá de nuevo casi seguro un Ejecutivo comandado por el Partido Popular, con el que ha mantenido una relación de tensión y enfrentamiento.

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