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La operación Mestalla, atascada: Lim necesita 100 millones para consumar el 'pelotazo'
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Fútbol y especulación inmobiliaria

La operación Mestalla, atascada: Lim necesita 100 millones para consumar el 'pelotazo'

La falta de financiación impide acabar el nuevo estadio en el que el Valencia CF ha gastado ya 125 millones. Lay Hoon Chan tiene la solución y la desvelará este viernes a los socios

Foto: Fotografía de archivo de las obras del nuevo estadio de Mestalla. (EFE)
Fotografía de archivo de las obras del nuevo estadio de Mestalla. (EFE)

Al inversor asiático Peter Lim le está costando consumar el 'pelotazo' urbanístico que Rodrigo Rato ya trató de dar con los terrenos del viejo estadio de Mestalla. El nuevo propietario del club necesita al menos 100 millones para terminar las obras del nuevo coliseo del Valencia CF, liberar el antiguo recinto y poner los céntricos terrenos sobre los que se asienta en el mercado inmobiliario para recuperar parte de la inversión realizada y obtener plusvalías.

La operación Mestalla es el eterno cuento de la lechera que planea desde hace una década sobre la vida social, económica y deportiva del Valencia CF. Con las obras paralizadas desde 2009 como consecuencia del pinchazo de la burbuja inmobiliaria y la sequía de fondos de la sociedad deportiva, el pretendido proyecto de salvamento es por ahora un gigantesco 'elefante blanco' (el esqueleto del nuevo estadio en la Avenida de las Cortes Valencianas) y la revelación de oscuros intereses y sospechas de enriquecimiento por parte de muchos de quienes tuvieron en sus manos la responsabilidad de su ejecución (como la solución Newcoval).

Se trata de un esquema especulativo clásico que oficialmente tenía como objetivo liberar de deudas y sanear el club valencianista. El Ayuntamiento de Valencia aprobó en 2007, con el único respaldo del Partido Popular de Rita Barberá, las modificaciones del planeamiento urbanístico pertinentes para reclasificar 85.000 metros cuadrados de suelo actualmente ocupados por el viejo Mestalla y permitir la edificación de nueve torres de 16 alturas con capacidad para albergar 630 viviendas, además de un colegio, un centro de salud y un parque en el centro. Además, se cedía al Valencia CF suelo de propiedad municipal destinado a dotaciones deportivas para construir el nuevo estadio a cambio de la permuta de una serie de solares dispersos que estaban a nombre del club.

Desde el principio, y en pleno 'boom' inmobiliario, la idea era vender la parcela del antiguo recinto deportivo para obtener dinero suficiente para cubrir el coste del nuevo y además amortizar la multimillonaria deuda (casi 300 millones de euros, principalmente con Bankia) que lastra los balances de la sociedad anónima deportiva. Hasta la paralización de las obras, el club lleva gastados algo más de 125 millones de euros (como revelan las propias cuentas del Valencia CF de 2014) en el nuevo estadio y necesita al menos otros 100 millones de euros para terminarlo, según admiten fuentes conocedoras del proyecto.

Algunas voces, como la del expresidente de la Fundación Valencia CF y actual presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia, Aurelio Martínez, han insinuado incluso la opción de derribar el esqueleto inacabado para construir otro recinto más pequeño y más barato. El proyecto actual, ya modificado a la baja por el arquitecto Mark Fenwick en 2013, contempla un aforo para 61.000 espectadores.

El empresario de Singapur tiene contactos “constantes“ con inversores para vender las parcelas de viejo Mestalla, pero las ofertas no le convencen

La elevada deuda acumulada impide obtener la financiación necesaria para reanudar los trabajos, y las ofertas recibidas por las antiguas parcelas no cumplen las expectativas de Peter Lim. Desde el Valencia CF se admiten contactos “constantes” de grupos inversores interesados en comprar los terrenos, pero sus ofertas económicas están muy lejos de cubrir las necesidades de su propietario y la sociedad anónima deportiva, según se afirma.

Ampliación de capital para pedir financiación

Este viernes, la junta de accionistas controlada por Meriton Holding, el instrumento inversor de Peter Lim, aprueba una operación para capitalizar los cerca de 100 millones de euros que el empresario de Singapur había comprometido con el club en forma de préstamos. La operación elevará a más de 150 millones el capital social. La inyección en fondos propios debería servir para mejorar los equilibrios patrimoniales del club y poder acceder a nueva financiación. La presidenta del Valencia CF y brazo derecho de Lim en este proyecto deportivo, Lay Hoon Chan, tiene previsto explicar a los socios que uno de los objetivos de la ampliación es precisamente elevar el patrimonio neto para concurrir a los mercados financieros. Del mismo modo, desvelará los planes sobre el proyecto arquitectónico del estadio y los elementos que lo rodean (aparcamiento, zona comercial, hoteles, etc.).

Lim y su equipo, ahora bajo la lupa de la afición por la ausencia de buenos resultados deportivos, se han comprometido a tener listo el Nuevo Mestalla en 2019 (temporada 2019-2020), el año del centenario del Valencia CF, por lo que no es probable que las obras se reanuden antes de 2017. Esto también amplía el margen del empresario asiático a la espera de una mayor reactivación del mercado inmobiliario y una recuperación de los precios de los activos. Actualmente, la sociedad deportiva valora en sus balances el viejo estadio y los terrenos sobre los que se asienta en 144 millones de euros. Esta cantidad está muy lejos de cubrir el coste de construcción del nuevo estadio, que superará de largo los 225 millones de euros, por lo que el presunto 'pelotazo' está todavía lejos de producirse.

Bankia y Caixabank aprietan las tuercas

Hay que tener en cuenta que todos esos activos, tanto el viejo como el nuevo Mestalla, están ahora bajo la lupa de la banca acreedora. Bankia tiene una hipoteca sobre el antiguo estadio en concepto de garantía de pago de préstamos por importe de 200 millones de euros. Hay otra hipoteca en favor de Caixabank sobre los terrenos por valor de 25,6 millones de euros, procedentes de un crédito del Banco de Valencia heredado por la entidad que preside Isidre Fainé. La presión de los acreedores es de tal nivel que, por ejemplo, el préstamo de Bankia tiene cedidos en garantía los derechos de retransmisión audiovisual. Por cada cobro que recibe el Valencia CF, el banco que preside José Ignacio Goirigolzarri se queda el 43,3%. El porcentaje alcanza el 92,6% en el caso de la publicidad estática.

Al inversor asiático Peter Lim le está costando consumar el 'pelotazo' urbanístico que Rodrigo Rato ya trató de dar con los terrenos del viejo estadio de Mestalla. El nuevo propietario del club necesita al menos 100 millones para terminar las obras del nuevo coliseo del Valencia CF, liberar el antiguo recinto y poner los céntricos terrenos sobre los que se asienta en el mercado inmobiliario para recuperar parte de la inversión realizada y obtener plusvalías.

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