Los empresarios de ERC esperaban ganar un millón el primer año con el Goffin Bank

“Se ha acordado un contrato de compraventa para la adquisición del 100% de un banco europeo”. Así consta en un documento distribuido entre algunos empresarios ‘amigos’ susceptibles de participar en la compra del Goffin Bank belga hace algo más de un lustro. Esta operación serviría para contar con un apoyo financiero con el que financiar una hipotética independencia de Cataluña. En el mismo documento, se afirma que “para la adquisición de este banco se ha conseguido la autorización del Banco Central del país”.

En la operación deberían participar un puñado de empresarios independentistas que estuviesen dispuestos a apoyar a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), la única formación parlamentaria que, en aquellos momentos, apostaba abiertamente por la independencia.

La documentación entregada a los posibles participantes en la compra detallaba las particularidades de la entidad que se quería comprar. Entre otras cosas, afirmaba que “la optimización de sus capacidades, juntamente con una política comercial más activa ya llevaría a un resultado de explotación de un millón de euros aproximadamente”.

“El banco no tiene filiales o sociedades participadas y se presenta como una oportunidad de inversión única por la sencillez de la adquisición en un entorno como el del sistema bancario en el que es cada vez más difícil conseguir autorizaciones de apertura de nuevos establecimientos”, rezaba uno de los postulados con que se vendían las excelencias de la operación.

Señalaba, asimismo, que el Goffin había instalado “un nuevo sistema de información de banca que le permite la potenciación de su canal de banca directa” y, por último, pontificaba: “Está especializado y centrado en la concesión de préstamos hipotecarios en los que mantiene un amplio margen, superior a los 200 puntos básicos, con una cartera total de unos 90 millones de euros”.

Los 181 millones de fondos del primer año se convertían ya en casi 500 millones al tercer año. Es decir, casi triplicarían los fondos

La documentación entregada a los empresarios señalaba que el Goffin Bank “es una entidad que mantiene una innegable tradición y reconocimiento de su entorno”. En aquellos momentos, el banco estaba en manos de un reducido grupo de accionistas belgas y subrayaba que “mantiene una buena implantación en la parte flamenca del país, teniendo abierta una oficina al público en Gent y un total de unos 70 agentes que trabajan con acceso a los sistemas informáticos en tiempo real”.

El negocio se triplica

También se apoyaban los dirigentes de ERC que movían el asunto en las saneadas cuentas de explotación. Tanto era así que se hizo una extrapolación de las cuentas del Goffin para los siguientes cinco años. Y los 181 millones de fondos del primer año se convertían ya en casi 500 millones al tercer año. Es decir, casi triplicarían los fondos.

De ahí que en uno de los postulados se indicase textualmente:”La adquisición de este banco es una oportunidad por el hecho de que hay muchos recursos infrautilizados”.

No daban puntada sin hilo, puesto que afirmaban que “el grupo que ha negociado la compra ha preparado un business plan que complementa la actual actividad de otorgamientos de créditos hipotecarios con una banca de comisiones (venta de depósitos estructurados, seguros, fondos de inversión…). Según este plan que se desarrollará, los resultados previstos y los fondos propios necesarios son los que se adjuntan. Y zanjaba: “Estos resultados se incrementarán favorablemente a medida que se vayan incorporando los nuevos proyectos de los socios”.

Según manifestaron a El Confidencial fuentes de los empresarios que participaban en la operación, en el grupo “negociador” de la compra participaba un miembro de la dirección de ERC. Fuentes de este partido, sin embargo, tratan de desligar a la formación de la compra. “Lo que hizo ese dirigente de Esquerra lo hizo a título personal, no en nombre del partido”, insisten las fuentes consultadas.

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