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Puigdemont y el PDeCAT, presos de ERC: solo habrá lista conjunta si manda Esquerra

Tienen 48 horas y los antiguos convergentes están en manos de los republicanos: sin lista unitaria, caerán a la quinta posición el 21-D y solo habrá esa candidatura si se entregan a ERC

Foto: El PDeCAt quiere que Puigdemont encabece una lista unitaria el 21-D. (EFE)
El PDeCAt quiere que Puigdemont encabece una lista unitaria el 21-D. (EFE)

El ofrecimiento desde Bruselas de Carles Puigdemont de liderar una lista de unidad en las próximas elecciones autonómicas catalanas del 21 de diciembre no despierta muchas simpatías entre sus socios políticos. A menos de 48 horas del plazo para decidir si se van a hacer coaliciones electorales, el PDecAT quiere poner toda la carne en el asador y agarrarse a un clavo ardiendo para evitar concurrir en solitario a los comicios, que pueden relegar al otrora primer partido catalán a la quinta posición.

En este contexto, el consejo nacional del PDeCAT aprobó este domingo aceptar el autoofrecimiento de Puigdemont para seguir liderando el ‘procés’. Quieren que lidere “una gran lista unitaria y transversal de país”, en la que también estarían integrados el resto de consejeros encarcelados y miembros de la Mesa del Parlamento investigados. “Es la hora de ponernos de acuerdo porque hemos de preservar la libertad del país y de las personas encarceladas. Solo desde la suma, si lo hacemos juntos, con generosidad, podremos plantar cara a un Estado español que practica del ‘derecho de conquista”, dijo Marta Pascal, coordinadora general del PDeCAT, al término de la reunión. Son solo palabras vacías, que despiertan recelos incluso entre sus socios.

Foto: La coordinadora general del PDeCat, Marta Pascal. (EFE)

Porque el nombre de Puigdemont no contenta a nadie. Las bases de ERC, en su mayoría, prefieren una lista individual de cada partido, aunque puedan llevar ciertos rasgos comunes. Según una fuente interna de Esquerra, presentándose cada fuerza por separado se lograrán más votos que en una lista conjunta. “¿Con qué se pesca más: con una red de 30 metros o con tres redes de 10 metros? Evidentemente, con tres redes, porque puedes echarlas en los diferentes bancos de peces”. Es una parábola, pero es el sentir mayoritario de los republicanos.

Las razones de Esquerra

Esquerra tiene varios motivos para apostar por ir solos: en primer lugar, las encuestas le confieren el rango de candidatura ganadora, claramente destacada del resto de partidos. El tope de diputados que puede alcanzar es de 45. No es mucho, porque necesita alianzas para llegar a los 68 de la mayoría absoluta. Desde el PDeCAT se ve ese resultado muy exiguo. “No es determinante. Hasta los 55 escaños no es un resultado de calidad. Es una locura afrontar unas elecciones con una perspectiva de solo 45 diputados”, admitía hace poco un dirigente del PDeCAT a El Confidencial. Y esa es una de las razones que los convergentes esgrimirán ante sus socios para convencerles de la necesidad de ir juntos.

Pero ERC tiene más razones para preferir concurrir en solitario. Por ejemplo, en Junts pel Sí (JxS) han tenido las manos atadas y lo que quieren los republicanos es mando en plaza. Quieren poder de decisión, ser los protagonistas de las grandes decisiones y no ser solo la muleta del PDeCAT, como hasta ahora.

El PDeCAT elige a Puigdemont para encabezar su candidatura

Por último, también están hartos de apoyar ciegamente a sus socios. En los últimos tres años, en los juzgados se han acumulado casos de corrupción contra Convergència Democràtica, el actual PDeCAT. El partido cambió de nombre, cambió de sede y cambió parte de su cúpula. Pero sigue bajo sospecha. Tiene 13 sedes embargadas y varios sumarios abiertos, tiene al expresidente honorífico (Jordi Pujol) inmerso en un escándalo; a su exsecretario general (Oriol Pujol) inmerso en otro, el denominado caso ITV, y tiene el caso 3%, que provocó el registro judicial de la sede del partido, de su fundación y la detención de altos cargos, entre ellos los últimos tesoreros. “Parece que seamos nosotros los que estamos interesados en tapar la corrupción del PDeCAT y no es así. Queremos que se haga limpieza”, admitía una fuente republicana a este diario. ¿Y pueden aflorar escándalos económicos que afecten al propio Puigdemont en un futuro cercano? Sí. De hecho, la propia CUP le denunció por un escándalo durante su etapa de alcalde de Girona, después de haberlo publicado este diario. Pero pueden aparecer ahora otras informaciones relacionadas con sus socios o con su esposa. El único modo de librarse de ese vía crucis es separarse del PDeCAT y acudir a las elecciones en solitario.

Las razones de los convergentes

Pero los exconvergentes se oponen a ese divorcio. De hecho, están dispuestos a jurar amor y lealtad eterna siempre y cuando haya una lista única. Para salvar a Puigdemont (al que algunos ya apelan ‘Fuigdemont’, una palabra que hace referencia a su huida, ‘fugida’) y para salvar al partido de la hecatombe, porque pasar de primero de la lista a quinto es un auténtico desastre y a alguien habrá que pedir responsabilidades. Saben que esa lista es imposible, pero lo intentarán hasta el último momento. El ‘expresident’ Artur Mas se verá con la secretaria general de ERC, Marta Rovira, en pocas horas. Han de atar cabos, cerrar las condiciones de la lista unitaria. Es a Artur Mas a quien más le interesa hallar una salida negociada porque, al fin y al cabo, él fue el ‘enterrador’ de Convergència y el ‘padre’ del PDeCAT. Él liquidó al principal partido catalán.

placeholder La diputada por Junts pel Sí Marta Pascal.(EFE)
La diputada por Junts pel Sí Marta Pascal.(EFE)

Hay una cosa cierta: en estos momentos, Puigdemont y el PDeCAT están en manos de Esquerra. Los convergentes tienen preparada una batería de ataques a sus socios si no les echan un cable. Les acusarán de no trabajar “por el país”, de ser insolidarios, de no haber puesto toda la carne en el asador y de dejarles en la estacada. Y les acusarán de abandonar Cataluña en manos de España por no haber aceptado una lista unitaria, aunque la dinámica electoral aconseje concurrir por separado. Las elecciones pueden encumbrar a ERC y dejar las vergüenzas del PDeCAT al descubierto, y eso es lo que da pánico a los convergentes.

Marta Pascal señaló este domingo, tras la reunión del consejo, que su lista unitaria “ha de apostar por defender la libertad de Cataluña, por un Estado en forma de república, por la amnistía de los presos políticos y finalmente por la recuperación de las instituciones catalanas”. Todos conceptos etéreos y épicos, calcados de las arengas del Artur Mas de la última época. Y finalizaba: “Hemos de canalizar la tristeza con una potencia extraordinaria para hacer que el día 21 las urnas estén llenas de dignidad. Que nuestra respuesta sea pacífica, rotunda, serena y democrática para preservar aquello que da sentido a una nación: un solo pueblo”. Demasiado envoltorio para tan poco contenido.

La cruda realidad... la CUP

Pero el artificio de la lista unitaria y transversal no deja de ser un eufemismo: la CUP reunirá a su asamblea general el próximo sábado, cuando el plazo para presentar las coaliciones finaliza este martes. Los ‘cuperos’, por tanto, no entrarán en esa gran lista unitaria. Otra cosa es que, al final y como mal menor, decidan no concurrir a las elecciones y pidan el voto para la lista unitaria, aunque de momento esa es una opción con pocas posibilidades de salir.

El 22 de diciembre, dependiendo de los resultados, Cataluña puede retroceder dos años

Lo que queda, pues, es la cruda realidad: una reedición de Junts pel Sí (JxS) pero con ERC al mando. Solo habrán de cambiarle el nombre. En ella, concurrirán, además de ERC y PDeCAT, los partidos minoritarios Demòcrates de Catalunya (escindido de UDC), Moviment d’Esquerra Socialista (MES, escindido del PSC) e independientes. La única novedad que puede tener la lista es la incorporación del hasta ahora hombre fuerte de Podem Catalunya, Albano Dante Fachin.

Sería, por tanto, la segunda oportunidad de la plataforma que se presentó el 27 de septiembre de 2015 a las elecciones y que convirtió la autonomía en ingobernable. El 22 de diciembre, dependiendo de los resultados, Cataluña puede retroceder dos años. Los independentistas ponen en la palestra una pregunta: “¿Aceptarán los partidos constitucionalistas los resultados electorales?”. la respuesta es que hasta ahora nunca se han puesto en duda los resultados electorales. Lo que no contestan es a la otra pregunta clave: “¿Aceptarán los independentistas, si ganan, dejar de vulnerar la ley?”. Si no lo hacen, se volverá a repetir la historia.

El ofrecimiento desde Bruselas de Carles Puigdemont de liderar una lista de unidad en las próximas elecciones autonómicas catalanas del 21 de diciembre no despierta muchas simpatías entre sus socios políticos. A menos de 48 horas del plazo para decidir si se van a hacer coaliciones electorales, el PDecAT quiere poner toda la carne en el asador y agarrarse a un clavo ardiendo para evitar concurrir en solitario a los comicios, que pueden relegar al otrora primer partido catalán a la quinta posición.

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