Qué es el Pacto Nacional por el Referéndum y por qué es tan importante para Ada Colau

Sin fecha ni pregunta para laconsulta soberanista, el que podría ser el último escollo antes de anunciar 'el cuándo y el qué' tendrá lugar este martes por la tarde. El Govern se reunirá a partir de las 17:30 horas con el Pacto Nacional por el Referéndum (PNR) para hablar sobre cuál es el escenario que se presenta ante la negativa del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a pactar el referéndum.

Esta reunión no es casual. Aunque estaba prevista, se ha puesto fecha cuanto antes a exigencia de los 'comuns' de Ada Colau y Xavier Domènech, que consideran que abordar cualquier escenario que se refiera al futuro sobre el referéndum debe de hacerse con este foro y no en reuniones en la Generalitat, en referencia a la organizada 'in extremis' por Puigdemont la semana pasada a la que estaban llamados todos los partidos favorables al referéndum y de la que se ausentó Catalunya En Comú.

Pero, ¿en qué consiste el PNR?

Los 'comunes' ha reiterado en varias ocasiones que no se van a sentar en la mesa para negociar un referéndum si antes el Govern no escucha las peticiones del PNR. Pero, ¿qué es esto? A propuesta del Parlamento de Cataluña e impulsado por el Govern, el 23 de diciembre de 2016 se constituye esta iniciativa que agrupa a un nutrido número de entidades sociales, culturales y políticas partidarias de la celebración deun referéndum.Entre sus objetivos está impulsar un pacto entre el Gobierno central y el de la Generalitat para que la consulta sea "eficaz y vinculante" y para demostrar que existe transversalidad. Es decir, para dejar claro que el PNR no está formado por único partido que capitaliza el tema del referéndum.

Su comité ejecutivo está formado por ocho personas, siendo el coordinador de esta iniciativa el exdiputado del PSC Joan Ignasi Elena, que nunca ha ocultado su apoyo a la celebración de un referéndum. Tras ser Primer Secretario de la Juventudes Socialistas de Cataluña entre 1991 y1993, dio el salto al Parlament, se hizo después con la alcaldía de Vilanova i la Geltrú y formó parte de la ejecutiva del PSC en la etapa de Pere Navarro. Pero todo cambió en enero de 2014 cuando junto a otros compañeros de partido votó en el Parlament a favor de pedir al Congreso de los Diputados la potestad para hacer una consulta sobre la independencia de Cataluña rompiendo así con la disciplina de voto. Ocho meses después, abandonó el PSC y el Parlament, formó el movimiento político -Avancem- hasta que a finales de 2016 fue elegido coordinador del Pacto Nacional por el Referéndum. Además de Ignasi, al frente de esta iniciativa hay varios militantes y dirigentes del PSC, como la exsenadora Maite Arqué. También miembros de ERC, ICV o la antigua Convergencia.

Sindicatos, partidos políticos...

Entorno al PNR se aglutinan decenas de entidades. Desde las ya conocidas Òmnium Cultural o la ANC, hasta asociaciones vecinales y culturales de distintos puntos de Cataluña. Desde su creación y puesta en marcha de su página web, su actividad no ha cesado y ha elaborado un manifiesto a favor de la consulta a la que ya se han adherido más de 4.000 entidades, entre ellas los partidos secesionistas y sindicatos como UGT y CCOO, y más de 400.000 personas.

En el texto, se insta "a los Gobiernos de Cataluña y del Estado español a supera las dificultades políticas y los apriorismos, y a alcanzar finalmente el acuerdo que establezca las condiciones y las garantías justas y necesarias para la celebración de un referéndum reconocido por la comunidad internacional, y cuyo resultado habrá de ser políticamente vinculante y efectivo". Por tanto, se apuesta por un referéndum pactado aunque esta consideración se ha diluido en las últimas semanas ya que entidades como la ANC, Ònmium y la Asociación de Municipios por la Independencia -que presidió Puigdemont- apuestan por la vía unilateral para declarar la independencia y han exigido ya al Govern que anuncie fecha y pregunta cuanto antes.

Iglesias, FC Barcelona... apoyan su manifiesto

El manifiesto, que se lanzó en febrero, ha recabado importantes apoyos. Entre ellos el de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. Ambos aseguraban por aquella fecha que su deseo era un referéndum "con garantías" y "efectivo".

También se han unido otros representantes políticos y sociales de Cataluña como el primer teniente de alcalde de Barcelona, Gerardo Pisarello, la presidenta del Parlament, Carme Forcadell o el diputado de En Comú Podem, Xavier Domènech. Como cabía de esperar, tanto miembros de ERC, la CUP como del PDeCAT lo han firmado: Oriol Junqueras, la 'cupera' Mireia Boya, Josep Rull, Jordi Trull... Otra polémica adhesión al Pacto Nacional por el Referéndum ha sido la del FC Barcelona.

¿Por qué son tan importantes para Colau?

Catalunya En Comú, el partido de Colau y Domènech, no tiene una posición fijada sobre el referéndum. Aunque ambos han defendido de manera individual que apuestan por una solución pactada con el Gobierno, como entidad política no se han pronunciado. De ahí la importancia que tiene para ellos el PNR, cuyo manifiesto ambos firmaron y siempre han defendido por ser la representación de decenas de entidades de toda índole más allá del Parlamento de Cataluña.

Precisamente no será hasta la primera semana de julio cuando Catalunya en Comú dirima esta cuestión, en la que cuatro son las 'exigencias' que pondrán sobre la mesa: negociación con el Gobierno, reconocimiento internacional de la consulta, que tenga efectos jurídicos y la protección de los trabajadores públicos. La formación se ha negado hasta ahora a participar de las negociaciones para la celebración la consulta si éstas no se hacían dentro del PNR y después de haber agotado las vías de diálogo con el Estado.

¿Al borde de la disolución?

Una de las cuestiones que está sobre la mesa es que si el PNR, que ha abogado por un referéndum pactado con el Gobierno central, mantiene su vigencia o se apuesta por su disolución, después de que el Gobierno central haya rechazado negociar la consulta.

Los 'comuns' defienden que debe mantener sus trabajos, mientras que en las filas independentistas hay división de opiniones: algunos abogan por su final y otros por mantenerlo, aunque con menos protagonismo que hasta ahora.