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Puigdemont viaja en secreto a EEUU para hacerse una foto con Jimmy Carter
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LA QUIERE UTILIZAR en favor de LA INDEPENDENCIA

Puigdemont viaja en secreto a EEUU para hacerse una foto con Jimmy Carter

Puigdemont cogió el avión con destino a Estados Unidos para poder vender la imagen de que Jimmy Carter está a favor de la independencia de Cataluña... aunque no es así

Foto: El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, habla con el vicepresidente, Oriol Junqueras. (EFE)
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, habla con el vicepresidente, Oriol Junqueras. (EFE)

Una foto es una foto y además vale más una imagen que mil palabras. Eso es lo que debió pensar el presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, que este viernes cogió el avión con destino a Estados Unidos para poder vender la imagen de que el expresidente norteamericano, Jimmy Carter, está a favor de la independencia de Cataluña. La cosa no es así, pero la imagen pretende transmitir esa sensación.


Puigdemont acaba de regresar precisamente de Estados Unidos, donde ha protagonizado un largo periplo de casi una semana para dar conferencias ('Hacer pedagogía', en el argot independentista) a favor de la secesión. Y ahora, con la promesa de una fotografía junto a Carter, vuelve a cruzar el charco. Pero, eso sí, se hizo acompañar de una periodista de 'TV3' para dejar constancia del encuentro y 'venderlo' ante la opinión pública como el mayor apoyo que ha tenido hasta el momento el 'procés'. Los gastos para la foto de marras, por supuesto, corren a cargo de todos los ciudadanos. Porque más allá de la foto, no hay nada.

Foto: Puigdemont comenzó este lunes un viaje de cinco días por cuatro ciudades de EEUU. (El Confidencial)

El pasado 30 de marzo, Carles Puigdemont se reunía en Washington con los congresistas republicanos Ileana Ros-Lehtinen, Mario Díaz-Balart y Carlos Curbelo. Los mismos con los que se había entrevistado Artur Mas cuando todavía era 'president' en 2015. Y son también congresistas que han dado suculentos contratos a la multinacional catalana Grifols -la ley norteamericana obliga a una transparencia total en los contratos y los consecuentes donativos económicos para las campañas-. Tras la reunión de marzo, el presidente catalán aseguró que "hay un interés en saber lo que pasa en Cataluña". Su objetivo, añadió, era "explicar nuestro planteamiento, el derecho a decidir, que es un derecho que nadie ha cuestionado, sino al contrario, de manera que no nos ha costado nada explicarnos".

Para este domingo, Puigdemont también ha invitado a cenar en el Palau de la Generalitat de Barcelona a Dana Rohrabacher y Brian Higgins. El primero es congresista republicano por California y presidente del Subcomité de Europa de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. Con él ya se había visto el pasado 29 de marzo en Estados Unidos. Higgins es miembro del mismo subcomité y participó en el proceso de paz de Irlanda hace una década. Ambos harán una parada en Barcelona mientras se dirigen a Alemania para participar en un congreso sobre marihuana.

La importancia de la internacionalización

A la cena también asistirá el responsable de asuntos políticos del consulado norteamericano en Barcelona, Adam Smith, el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, el consejero de Asuntos y Relaciones Institucionales y Exteriores, Raül Romeva, y el 'embajador' catalán en Estados Unidos, Andrew Davis. Es poco más que un acto protocolario, pero el tema será divulgado a gran escala por el Gobierno catalán, necesitado de visualizar encuentros internacionales para animar a unas cansadas y cada vez más decepcionadas huestes independentistas.

En la última etapa del 'procés', como ya estaba previsto en las hojas de ruta de Junts pel Sí (JxS), de la CUP o de entidades cívicas como la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural, el nudo gordiano será su internacionalización. Su importancia es tal que Artur Mas, en la primera legislatura encargó un informe sobre la internacionalización al Consejo Asesor para la Transición Nacional (CATN), que presidía el jurista Carles Viver Pi i Sunyer.

En ese informe, los expertos aconsejaban 'vender' la independencia en el exterior con tres premisas básicas: denunciar que es un proceso democrático al que el Gobierno español no da solución, subrayar que es pacífico y renunciar "a cualquier referencia a la Europa de los pueblos". Y advertía que "el Gobierno de la Generalitat tendría que desplegar un plan ejecutivo para explicar el proceso de Cataluña, para rebatir posiciones negativas y, si es factible, para crear amigos o aliados". Esta hoja de ruta está siendo seguida al pie de letra por el Gobierno catalán.

La estrategia, aconsejaban los expertos, pasaría por "reforzar institucionalmente" la estrategia de internacionalización (lo que ya se hizo con la creación de una consejería ad hoc), la creación de un grupo de expertos (que ya está constituido y encuadrado en el Diplocat, el organismo que concentra la diplomacia de la Generalitat), y la intensificación de contactos y comunicación, actividad en la que se está volcando Puigdemont. Esta misma semana, aprovechó la feria del libro de Bolonia y viajó a Italia, donde visitó al expresidente italiano Romano Prodi.

Lo mismo intenta ahora con Jimmy Carter: plasmar en la retina ciudadana una imagen similar a la de Prodi. Pero, en realidad, no deja de ser una anécdota: hasta ahora, el Gobierno catalán no ha logrado reunirse con ningún representante de ningún Gobierno. Por eso tira de fotografías con 'ex', que en casi todos los casos se encuentran ya muy alejados de la política. Pero como vale más una imagen que mil palabras, Puigdemont no quiere perder baza, cueste lo que cueste. Total, los viajes los pagan todos los ciudadanos...

Una foto es una foto y además vale más una imagen que mil palabras. Eso es lo que debió pensar el presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, que este viernes cogió el avión con destino a Estados Unidos para poder vender la imagen de que el expresidente norteamericano, Jimmy Carter, está a favor de la independencia de Cataluña. La cosa no es así, pero la imagen pretende transmitir esa sensación.

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