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La quema de banderas de la CUP incendia a sus socios de Junts Pel Sí: “Daña al 'procés”
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críticas por su "infantilismo"

La quema de banderas de la CUP incendia a sus socios de Junts Pel Sí: “Daña al 'procés”

La hoja de ruta de los radicales 'cuperos' ha enfadado hasta a sus propios socios catalanes, que tachan de "infaltil" su empeño en protagonizar portadas

Foto: Concentración de solidaridad con los investigados por quemar fotos del Rey. (EFE)
Concentración de solidaridad con los investigados por quemar fotos del Rey. (EFE)

La estrategia de la CUP indigna hasta a sus socios. La formación antisistema tiene sus propios valores y su propia hoja de ruta, en la que una de las piezas clave es la confrontación con el Estado español. La visualización del choque de trenes es una de las principales bazas con las que cuenta, e incluso lo explica detalladamente en los documentos internos de esta organización: se ha de llevar la tensión a la calle.

El episodio de la quema de banderas y de la ruptura de fotos de Felipe VI es, pues, sencillamente, un instrumento más para mantener la tensión de cara a la ciudadanía. Pero en las filas de Junts Pel Sí (JxS), las cosas se ven de diferente manera y se acusa a la CUP de “infantilismo”, al tiempo que se comienza a apuntar que actitudes como esas pueden causar ‘daños’ al proceso. “Es la provocación pura y dura, sin mayores réditos políticos. No es una provocación para conseguir algo tangible”, argumentan desde JxS. Desde las filas radicales, se responde con sarcasmo. “Quienes lo rechazan son los señores de Convergència, los que no salen del despacho, los antiguos burgueses, que siempre se han regido por las normas conservadoras. Como son ‘gente de orden’, rechazan la movilización de la calle. Pero es en la calle donde reside la fuerza del ‘procés”.

En la concentración de esta mañana ante la Audiencia Nacional se encontraban no solo diputados de la CUP, sino también de ERC y de Podemos. Pero desde las filas republicanas se deja claro: “Nuestra estrategia es diferente. No porque nosotros no protagonicemos anécdotas similares somos menos independentistas. Evidentemente, defendemos el derecho a la libertad de expresión y nos parece una aberración que se acuse a alguien por quemar una bandera o romper una fotografía. Rechazamos esa clase de persecución, pero nuestra estrategia es totalmente diferente. La presencia en apoyo de los cinco acusados ante la Audiencia Nacional ha de entenderse bajo esas premisas”. Así lo explicaba a El Confidencial una fuente republicana.

La Policía detiene a dos miembros de la CUP

En las filas de la antigua Convergència, las críticas son peores. “No hace falta provocar un delito para salir en la foto”, dice una fuente convergente. La batalla entre anticapitalistas y el resto de independentistas también ha saltado a la red.

Porque la mayoría del independentismo está que trina por la actitud de máximos de la CUP. “Muy bonito e irresponsable quemar fotos para luego echarle la culpa a los Mossos y al Govern”, escribía este lunes uno de los foreros de mayor eco. Su razonamiento: “Nuestras fuerzas de seguridad están aquí para cumplir las leyes españolas. Es muy complicado y frustrante saltarse las leyes del Estado opresor y pretender que la policía catalana participe en ello. Es más, si hicieran eso, ya sería como declarar una independencia 'de facto”. Y continúa: “Incluso para que Cataluña no sea un territorio sin justicia, cuando se declare la independencia habrá una ley catalana de transicionalidad [sic] en la que las leyes españolas seguirán vigentes hasta que se elaboren unas nuevas. Por eso, que salgan hoy los de la CUP con su actitud infantil nos deja estupefactos, más que nada porque no tiene nada de infantil ir a Madrid a declarar (…) Los Mossos están aquí para que se cumpla la ley (…) Pero lo de la CUP es tan esperpéntico como culpabilizar a la guillotina por las cabezas cortadas. Todo esto está haciendo daño al ‘procés’… Más fuego amigo. Y los periódicos unionistas ya tienen munición para sus portadas de mañana”.

La indefinición del Gobierno catalán

La propia portavoz del Gobierno catalán, Neus Munté, tras la reunión del Ejecutivo autonómico este mediodía, criticó veladamente la actitud de la CUP, aunque sin grandes aspavientos, porque el Gobierno del que forma parte existe gracias a la CUP. Sus andanadas, pues, estuvieron compuestas de muchas salvas y poca pólvora. En vez de apuntar contra la CUP, que la mantiene con sus votos, dirigió sus reflexiones hacia una cuestión secundaria: “”Es un error y una equivocación situar al cuerpo de los Mossos d’Esquadra como un problema. Son una policía judicial que funciona como tal”, dijo, desviando la atención del enfrentamiento JxS-CUP hacia la petición de los radicales de que dimita el consejero de Interior, Jordi Jané. “El consejero y los Mossos tienen el apoyo del Gobierno. No es momento de plantear dimisiones ni ceses”.

A continuación, desvió aún más la atención rechazando las pintadas amenazadoras que puedan existir. Nadie se lo había preguntado, pero a lo largo de su comparecencia sacó el tema cada vez que le preguntaban por la declaración de los cinco imputados en la Audiencia Nacional. Y es que su partido, el PDECat, amaneció hoy con dos sedes con pintadas en las que se pedía la dimisión del consejero. Y aprovechó para reivindicar “la libertad de expresión” como un capote a los detenidos y un guiño a la CUP. ¡Qué remedio! Atacó al delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, porque este “rompió un papel del Gobierno catalán que contenía nuestras reivindicaciones”. A juicio de la portavoz del Gobierno, “aunque con el Código Penal en la mano, la quema de banderas y de fotos es delito, lo que debería haber hecho es no denunciar esos hechos”. Otro capote a la CUP.

Munté aseguró, no obstante, que el actual roce entre JxS y la CUP “no se vincula al pacto de estabilidad que hemos firmado. La hoja de ruta sigue adelante y esta es plenamente compartida, no unilateral. Estamos inmersos en una cadena de confianzas que se mantendrá en el trámite parlamentario de los Presupuestos para el año que viene, que entrarán en la Cámara la semana próxima”, subrayó.

Las veladas amenazas

Advirtió, eso sí, de que “si hay alguna inhabilitación, se reunirá a las fuerzas políticas y sociales para ver qué hacemos”. ¿Es una amenaza? Que cada quien se lo tome como quiera: si la presidenta del Parlamento, Carme Forcadell, es inhabilitada, es posible que el ‘procés’ se acelere y se adelante el referéndum. Pero no hay nada seguro. De momento, la hoja de ruta es la que es y el referéndum será en la segunda quincena de septiembre de 2017.

Aprovechó también para asegurar: “Desde el Gobierno catalán, confiamos en la estabilidad parlamentaria [o sea, que el Gobierno podrá seguir contando con los votos de la CUP y de JxS] y ahora debemos mantener los acuerdos suscritos, preparar las estructuras de Estado y aprobar los Presupuestos necesarios. Todo eso, en una situación muy difícil, con una ‘operación diálogo’ del Gobierno español que no se sustenta en nada, con una desinversión en infraestructuras que se muestra como una decisión desacertada e injusta y en medio de una actitud del Estado muy virulenta”. Como ejemplo, puso que ayer, lunes, se reunieron el presidente catalán, Carles Puigdemont, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, para “sumar esfuerzos en transportes, mientras el Gobierno español anunciaba el rescate de las radiales en Madrid. Eso representa 5.500 millones de euros, el presupuesto de Educación y Universidades de Cataluña. Por si fuera poco, tenemos que gestionar esta situación paralelamente a la judicialización y criminalización de cargos electos”.

La estrategia de la CUP indigna hasta a sus socios. La formación antisistema tiene sus propios valores y su propia hoja de ruta, en la que una de las piezas clave es la confrontación con el Estado español. La visualización del choque de trenes es una de las principales bazas con las que cuenta, e incluso lo explica detalladamente en los documentos internos de esta organización: se ha de llevar la tensión a la calle.

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