Puigdemont se desmarca del populismo pese a mantener su plan independentista

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha marcado distancia de Podemos y sus socios catalanes en un momento de fuerte presión a que el proyecto de Junts pel Sí confluya con el de la alcaldesa Ada Colau en Cataluña, en especial alrededor del eje del referéndum que quiere impulsar la Generalitat. Lo ha hecho en la sesión inaugural de la XXI Encuentro de Economía de S’Agaró, con un público no especialmente favorable a su proyecto independentista. Pero Puigdemont ha mantenido sus planes, eso sí, deslizando fuerte críticas a las dinámicas populistas, de las que ha desmarcado a sí mismo, a su partido y a su proyecto político.

“La deriva populista lesiona las posibilidades de diálogo de la sociedad, genera grupos enfrentados, con apriorismos como el de la casta”, ha asegurado Puigdemont. La ironía es que lo dice un presidente cuyo partido llegó al gobierno prometiendo la independencia en 18 meses, lo que se denominó “la hoja de ruta”. A los ideólogos de una confluencia de Junts pel Sí con lo que en Cataluña se denomina “los comunes” –Podemos, ICV y Colau– Puigdemont arrojó ayer un jarro de agua fría. Los defensores de este acuerdo son los que alegan que todavía no hay mayoría suficiente para llegar a la independencia, como muestra el CEO de hoy.

Para el presidente catalán, en otro ataque al populismo “en este período ha habido un desplazamiento de los espacios propios del periodismo hacia la propaganda” y ha puesto de ejemplo de cristalización de estos procesos el Brexit o la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos.

“Hay que respetar siempre el resultado, aunque no nos guste. No hacerlos sería cruzar una línea muy peligrosa. Y hay que escuchar los que la gente nos está diciendo: que las instituciones les han fallado a las personas o que ya no les sirven. El sistema les ha fallado y esta gente está reclamando cambios o incluso liderando estos cambios”, prácticamente, un aviso a navegantes a los empresarios presentes en la jornada sobre sus planes para separarse del resto de España.

Para casar la crítica al populismo con un proyecto como el independentismo catalán que ha pactado con la CUP porque, a juico de Puigdemont “la apelación a la estabilidad es un acto de nostalgia. Pero bienvenidos a la era de la inestabilidad. Pero esta es la era de los cambios. O cambias o te cambian”.

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“El cambio da miedo porque genera incertidumbre. Pero el cambio es progreso, como los drones, las impresoras 3D o las vídeo conferencias” y Pugidemont no lo ha dicho pero estaba muy claro que estaba pensando en la independencia. “Hay una reclamación democrática de mucha gente, una parte importante, que quiere votar”, ha insistido Puigdemont.

“La negociación de fondo es la manera en que los catalanes puedan votar. Y esto se puede pactar con el Estado”, ha insistido este viernes Puidemont para quien “creo que nos hemos ganado ser escuchados y sentarnos en una mesa”.

Regañina pública

La presidenta de la Fundación Olof Palme y organizadora del evento Anna Balletbó ha reñido en público a Puigdemont, no por ser independentista, sino porque no acudirá a la Conferencia de Presidentes Autonómicos donde se van a sentar las bases del nuevo sistema de financiación “Debería ir, como mínimo para obtener un reconocimiento de deuda”, ha argüido la ex diputada del PSOE en el Congreso.

Puigdemont ha justificado su ausencia porque “la experiencia dice que acudir a la Conferencia de Presidentes no aporta nada y si hay acuerdos perjudicarán a Cataluña. Y para no caer en el Día de la Marmota no iremos. Nos hemos ganado ser tratados de manera bilateral. Porque lo que ha pasado en Cataluña no ha pasado en ninguna otra CCAA”

“Técnicamente estamos ayudando a Baleares y valencianos a negociar el problema de la financiación autonómica pero no lo vamos a liderar. Estaremos atentos porque es nuestro dinero. Pero no vamos a impulsar nada porque luego si Cataluña consigue algo se generaliza para toda España y hace insostenible el sistema.

Campo contrario

Puigdemont ha acudido a un foro de lo que queda de la Cataluña de orden: con asistentes como el ex presidente catalán, José Montilla; el presidente de Freixenet, José Luis Bonet; el presidente de Comsa, Jordi Miarnau; el ex presidente de Laboratorios Estve, Antoni Esteve; el ex director general del FC Barcelona, Xavier Pérez-Farguell; el ex secretario de Infraesctructuras con José Luis Rodríguez Zapatero, Isaías Taboas; el presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls; o el director de La Vanguardia, Marius Carol. En el foro el independentismo se encontraba en clara minoría con el secretario de Economía de la Generalitat, Pere Aragonés (ERC), aguantando el chaparrón con cara de circunstancias.

Hasta Marius Carol se ha permitido deslizar una sutil crítica: “no siempre los cambios son positivos”. El presidente catalán estaba jugando en campo contrario. Sin embargo, Carles Puigdemont no se arredró y tiró de ironía para replicar a Balletbó: “me ha sorprendido tantos elogios del pacto del Majestic por parte de una socialista histórica”.