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El PP busca tener con el PSOE una 'excepción catalana' que frene el independentismo
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Los dos partidos junto a C’s suman una mayoría cualificada de 250 diputados

El PP busca tener con el PSOE una 'excepción catalana' que frene el independentismo

Fuentes populares han reconocido contactos informales a tres bandas para que el PSOE se sume al frente de PP y C’s contra el separatismo en Cataluña pese a discrepar en lo demás

Foto: Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

El PP busca crear con el PSOE un espacio de diálogo al margen del clima de enfrentamiento que se vive en el Congreso por la negativa a investir presidente a Mariano Rajoy. Fuentes populares han reconocido contactos informales a tres bandas para que el PSOE se sume al frente de PP y C’s en un solo tema: frenar los planes independentistas del presidente catalán, Carles Puigdemont, y la mayoría secesionista en el Parlament. Sería “la excepción catalana”.

El objetivo de esta triple alianza es que el Gobierno, pese a estar en funciones, pueda afrontar con garantía de éxito el reto independentista, aunque este tendrá lugar en un mes de septiembre fatídico en términos de calendario político. Así, el 11 de septiembre, la Assemblea Nacional de Catalunya (ANC) intentará movilizar de nuevo a millones de catalanes a favor de la independencia aprovechando la celebración de la Diada. El 25 de septiembre, se celebrarán elecciones gallegas y vascas. Y tres días después, el 28 de septiembre, Carles Puigdemont se someterá a una cuestión de confianza. El clima electoral en Galicia y Euskadi no ayuda ni a investir a Rajoy ni a frenar los planes independentistas catalanes.

Por ello, se quiere crear un “espacio de excepcionalidad catalana”. Igual que con el terrorismo y los pactos de Ajuria Enea a finales de los ochenta. Un espacio en que, pese a no estar de acuerdo en nada, PP, C’s y PSOE se den apoyo para frenar a Puigdemont.

Populares, socialistas y la formación de Albert Rivera suman 250 diputados. Más del 70% de los escaños del Congreso, una mayoría cualificada de tres quintas partes para avalar decisiones administrativas con una suficiente cobertura democrática. En especial, frente a la Unión Europea.

Este espacio ya ha dado dos señales de vida: el 1 de agosto se apoyó la decisión del Tribunal Constitucional de suspender la resolución de desconexión del Parlament, amenazando a su presidenta, Carme Forcadell, con la vía penal o con multas de hasta 30.000 euros. El TC lo hizo por unanimidad, para lo cual era imprescindible el apoyo del PSOE.

Foto: Carme Forcadell en un mitin independentista. (Foto: Reuters)

Al día siguiente, el dos de agosto, la abstención conjunta del PP y el PSOE dejó a la antigua CDC, ahora PDC, sin grupo parlamentario en el Congreso y sin tres millones de euros. Dos días y dos maneras de aplicar la excepción catalana pese al clima de guerra abierta entre populares y socialistas.

Preservar el espíritu de agosto

Los planes del PP ahora pasan por mantener este “espíritu de agosto” durante el tenso septiembre de elecciones autonómicas. ¿Desacuerdos con el PSOE? Todos, incluyendo la investidura de Rajoy. ¿La intención desde la calle Génova? Que las diferencias sean todas menos una: la independencia de Cataluña. Por muchas cosas que separen a Rajoy de Pedro Sánchez, se quiere preservar un puente: el puente catalán, el puente que mantendrá unida Cataluña con el resto de España.

El termómetro de que dicho puente sigue en pie será la unanimidad del Tribunal Constitucional, señalan fuentes del PP. Y ya se augura que será difícil precisamente porque el clima electoral en Euskadi y Galicia implicará en un mes políticamente complicado generosidad y visión de Estado por parte de las tres formaciones implicadas en mantener la unidad.

Frenar el RUI

El TC será clave. Si, como se espera, Puigdemont intenta vincular un referéndum unilateral de independencia (RUI) a su cuestión de confianza el día 28 de septiembre, la firmeza institucional resultará fundamental. El RUI implica decisión política para que estamentos de la Generalitat se salten la ley y organicen una consulta que se pretenderá vinculante, pese a llevarse a cabo al margen del Gobierno central. Justo todo lo que quiso evitar Artur Mas en la anterior consulta del 9-N.

Por tanto, el objetivo es que aunque el Gobierno se encuentre en funciones, se tomen las decisiones necesarias para frenar el envite secesionista. Haya o no terceras elecciones. Pase lo que pase, el objetivo es mantener la unidad única y exclusivamente para la cuestión catalana.

El papel del PSC

El PSC es medular porque, como partido catalán, tiene diputados tanto en el Congreso (ocho) como en el Parlament (15). Aunque formalmente se ha abierto a un referéndum, según ha declarado su secretario general, Miquel Iceta, esta propuesta estaría muy lejos del RUI. El referéndum por el que apostarían los socialistas catalanes, como el que propugna Podemos, sería pactado con el Estado. Aquí la palabra clave es 'unilateral', eufemismo de 'ilegal' o 'al margen de la ley española'. Mientras el PSC siga en su postura actual, el puente que busca el PP podrá mantenerse en pie.

El PP busca crear con el PSOE un espacio de diálogo al margen del clima de enfrentamiento que se vive en el Congreso por la negativa a investir presidente a Mariano Rajoy. Fuentes populares han reconocido contactos informales a tres bandas para que el PSOE se sume al frente de PP y C’s en un solo tema: frenar los planes independentistas del presidente catalán, Carles Puigdemont, y la mayoría secesionista en el Parlament. Sería “la excepción catalana”.

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