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Un concurso de autobuses desangra al PSC en una guerra interna desde hace dos años
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Colau acabará haciendo de árbitro en septiembre entre Alsa y Tusgsal

Un concurso de autobuses desangra al PSC en una guerra interna desde hace dos años

El conflicto de la adjudicación del servicio de los autobuses nocturnos del área de Barcelona, conocido como NitBus, está desgastando de manera larvada al PSC y enfrenta dos facciones

Foto: Autobuses nocturnos de Barcelona. (Foto: tusgsal.cat)
Autobuses nocturnos de Barcelona. (Foto: tusgsal.cat)

Los tiempos han cambiado tanto que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, acabará haciendo de árbitro en un conflicto que de una manera larvada desangra al PSC desde hace dos años. Se trata de la adjudicación del servicio de los autobuses nocturnos del área de Barcelona, el conocido como NitBus, un contrato de más de 20 millones de euros que se adjudicó a Alsa hace dos años pero cuyo servicio sigue ejerciendo Tusgsal, una pequeña empresa de Badalona, que está luchando por la nulidad de la adjudicación.

Esta semana el Área Metropolitana de Barcelona, organismo que preside Ada Colau pero donde tiene mayoría el PSC, decidió aparcar el punto del orden del día en el que se instaba a entregar la concesión a Alsa y se votaba por solicitar un análisis jurídico externo para ver qué se hace con esta cuestión. Hasta ahora, Colau ha optado por no mojarse, puesto que se trata de una batalla ajena que se incubó previamente a su llegada como alcaldesa. Pero en septiembre tendrá que pronunciarse, dada la división interna que arrastra el PSC.

La situación en los socialistas catalanes es tan tensa que hasta trabajadores de Tusgsal se encerraron en la calle Nicaragua, sede de los socialistas catalanes para protestar y que se repita el concurso. Gran parte de la plantilla de Tusgsal, una sociedad anónima laboral, está vinculada a la UGT. Fuentes de Tusgsal han declinado hacer declaraciones.

Por su parte, desde Alsa aseguran que permanecen ajenos a toda controversia política sobre este proceso, y siguen confiando plenamente en que se cumpla la legalidad, tras los pronunciamientos favorables de dos tribunales distintos, y los informes de los servicios jurídicos y de contratación de AMB también favorables, tal y como figuraban en el orden del día de la reunión del Consell de AMB celebrada el pasado martes.

"Tras un proceso que ya se ha prolongado indebidamente más de dos años, esperamos que una pronta decisión de AMB ajustada a derecho ponga fin a los perjuicios que esta situación está causando a los ciudadanos del Área Metropolitana, quienes no se están beneficiando de una oferta de más calidad y, tanto económica como técnicamente, mejor que la actual y, por tanto, de los ahorros que la misma genera", declaran portavoces de esta multinacional.

En el PSC, el choque es entre la vieja guardia del Baix Llobregat, que encabeza el montillista Antoni Balmón, alcalde de Cornellà; y los nuevos cuadros en el área metropolitana al norte de Barcelona. No es casual que fuese Núria Parlón, alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet quien el pasado martes propuso al pleno del Área Metropolitana que pospusiese la aprobación de la entrega de la concesión a Alsa, según explican fuentes socialistas conocedoras de los entresijos del debate.

La Generalitat, por la nulidad

Había razones para no precipitarse. La Junta Consultiva de Contratación Administrativa de la Generalitat emitió el pasado 28 de junio un informe al que ha accedido El Confidencial que considera que el concurso podría ser invalidado de pleno derecho al haberse incumplido una directiva de la UE que obliga a informar previamente del concurso, y que considera “un trámite esencial”.

Pero la Generalitat no puede ser la que anule el concurso y deje a Alsa sin el contrato, tal y como quieren los trabajadores de Tusgsal. Ha de ser el Área Metropolitana y por eso el papel de Colau será tan fundamental el próximo mes de septiembre.

El que Tusgsal quedase excluida del concurso por una cuestión técnica ha generado sensación de indefensión y anuncia nuevas batallas jurídicas

De hecho, concurso como tal no ha habido. El contrato se ha adjudicado a Alsa sin abrir la oferta de Tusgsal, que fue “excluida” al considerar que los terrenos que ofrecía para unas cocheras en Sant Adrià del Besòs no eran los adecuados. Por tanto, Alsa resultó ganadora por la exclusión del otro competidor, algo por lo que Tusgsal y sus trabajadores-accionistas se han sentido indefensos.

Geografía y tensiones

Que tenga que venir Colau a pacificar lo que no ha podido apaciguar el secretario general del PSC, Miquel Iceta, en dos años dice mucho de la situación del PSC. Y de cómo Cataluña tiene gran facilidad en enredarse con los concursos públicos.

Este pulso no trata solo de jóvenes contra viejos, de Parlón contra Balmón. Tras la sorda crisis en el servicio de NitBus también hay una historia de David contra Goliat. Alsa es la primera multinacional del sector de transporte de viajeros por carretera. Alsa factura 698 millones de euros, contra los 100 millones de Tusgsal, que se define como una empresa de economía social. Pero Alsa nunca ha podido crecer más en Cataluña más allá de tener las líneas de Alsina-Graells en Lleida. Los 170 trabajadores que ahora tiene Tusgsal en ese servicio nocturno se subrogarían a Alsa, pero con la condiciones del convenio provincial, un 30% más bajas que las que tienen ahora, con lo que la oposición sindical es grande. Y las cocheras que propone Alsa estarían en Zona Franca, en el área de influencia del Baix Llobregat, mientras que Tusgsal opera desde el norte, en la zona de Badalona. Así que la tensión no es solo por el servicio, sino por la geografía. Norte contra sur. Viejos cuadros contra personalidades emergentes. El autobús nocturno como síntoma y síntesis de los muchos problemas que afronta el socialismo catalán.

Los tiempos han cambiado tanto que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, acabará haciendo de árbitro en un conflicto que de una manera larvada desangra al PSC desde hace dos años. Se trata de la adjudicación del servicio de los autobuses nocturnos del área de Barcelona, el conocido como NitBus, un contrato de más de 20 millones de euros que se adjudicó a Alsa hace dos años pero cuyo servicio sigue ejerciendo Tusgsal, una pequeña empresa de Badalona, que está luchando por la nulidad de la adjudicación.

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