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Sentencia del CAC: quemar la Constitución es una "expresión artística"
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​DEFIENDE A UNA COLABORADORA DE TV3

Sentencia del CAC: quemar la Constitución es una "expresión artística"

El organismo que 'vela' por el contenido audiovisual en Cataluña dice que quemar la Constitución es arte: para el veredicto, ha necesitado el voto de calidad de su presidente

Foto: La periodista Empar Moliner quema una Constitución en directo.
La periodista Empar Moliner quema una Constitución en directo.

Quemar la Constitución es un ejercicio de “libertad de expresión” y “una forma de expresión artística y de crítica social”. Así lo entiende el Comité del Audiovisual de Cataluña (CAC), que ayer emitió un informe sobre el ‘affaire’ de Empar Moliner, una colaboradora de TV3 que el pasado 11 de abril quemó un ejemplar de la Constitución en directo dentro de un miniespacio que tiene en la cadena pública.

Moliner protestaba, así, por una sentencia del Tribunal Constitucional que anulaba dos puntos del Código de Consumo de Cataluña porque invadía competencias de la Administración central. Con ello, se dejaba sin efecto el llamado decreto de pobreza energética, que el Gobierno catalán había dictado meses antes. El alud de críticas fue tal que TV3 retiró el vídeo del programa y pidió disculpas públicas. Dos días más tarde, sin embargo, emitió un espacio muy similar, aunque sin la quema de la Constitución.

En su informe, cerrado el jueves, el CAC considera que la periodista no incurrió en un discurso del odio porque “del análisis de los hechos cometidos, tanto desde el punto de vista oral como de la escenificación que acompaña a las opiniones de Empar Moliner, se constata en la acción comunicativa la ausencia de cualquier pretendida exclusión de la vida pública de un sector social o de personas determinadas”. Y añade: “El discurso y la escenificación se sitúa, a nuestro parecer, en el marco de la opinión que ampara el ejercicio de la libertad de expresión, en un contexto satírico, dirigido a instituciones públicas y personas individuales que, por su condición de sujetos políticos, quedan sometidas en su actividad al escrutinio y a la crítica de la opinión pública”.

"La escenificación se sitúa, a nuestro parecer, en el marco de la opinión que ampara el ejercicio de la libertad de expresión, en un contexto satírico"

El CAC señala, asimismo, que el espacio es “una sección satírica en la que la periodista opina, en tono irónico y humorístico, sobre temáticas que, habitualmente, se han publicado en la prensa escrita”. Y ello, aduce, es “una forma de expresión artística y crítica social que, con un contenido inherente de exageración y distorsión de la realidad, persigue, naturalmente, la provocación y la agitación”, tal y como recoge una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Y zanja finalmente que, “visto el análisis de los contenidos emitidos, se observa que las manifestaciones efectuadas no tienen una finalidad de menospreciar, por lo que entendemos que es necesario situarlas en el marco del ámbito protegido por la libertad de expresión”.

Ganó el voto de calidad

El informe obtuvo tres votos a favor y tres votos en contra (el órgano de dirección tiene seis miembros) y solo salió adelante por el voto de calidad de su presidente, Roger Lopacher. En cambio, votaron en contra los consejeros Daniel Sirera, Carme Figueras y Eva Parera, que emitieron un voto particular conjunto.

En este voto, comienzan señalando que el acuerdo del CAC define el espacio como “una sección satírica”, cuando la propia web del programa lo define como un espacio donde se informa y opina sobre un tema de actualidad. Y lo mismo dijo la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) en respuesta parlamentaria a las interpelaciones de la oposición. “Por tanto, si entendemos que el espacio analizado no se enmarca dentro de la sátira, sus comentarios tampoco se pueden amparar bajo los principios aplicables a este género y han de ser analizados bajo un prisma totalmente diferente”.

Los discrepantes echan mano del libro de estilo de TV3 y aducen luego que, “tanto del análisis de la intervención de Empar Moliner en el programa del 11 de abril como de las imágenes utilizadas, podemos concluir, sin ninguna duda, que la información que se da es tergiversada, manipulada y dramatizada para trasladar a la persona espectadora la sensación de la existencia de un organismo perseguidor de los catalanes, como es el Tribunal Constitucional, que actúa bajo las directrices de determinados intereses políticos a los cuales no se duda en señalar, utilizando estratégicamente imágenes de recurso de diputados del Parlamento de Cataluña, a los que culpabiliza de permitir que muchas familias no tengan luz ni calefacción”.

En el espacio, la periodista criticaba con dureza el posicionamiento del Gobierno central y daba a entender que todo era un ataque a Cataluña desde Madrid, mientras arrancaba páginas de la Constitución y las iba tirando a un bidón al que luego prendió fuego. Y no se cortaba al acusar a Inés Arrimadas (Ciutadans), Lluís Rabell (CSQEP) o Xavier García Albiol (PP), a los que citó por su nombre, de permitir que 859 familias catalanas “no tengan luz ni calefacción”, mientras a su espalda, en una gran pantalla, se emitían imágenes del Parlamento catalán.

Se retira el vídeo… y se repite el programa

Pero no solo es eso: los consejeros discrepantes denuncian también que el 13 de abril, dos días después, “en el mismo programa y con el mismo formato, Empar Moliner retoma la noticia ante el alud de críticas emitidas tanto en los medios de comunicación como en las redes sociales”. Hay que recordar que el 12 de abril, ante las críticas sociales, la dirección de TV3 retiró el vídeo del espacio de su web.

Los discrepantes echan mano del libro de estilo de TV3 y aducen que "la información que se da es tergiversada, manipulada y dramatizada"

Los tres diputados quieren dejar constancia, mediante el voto particular, “de nuestra preocupación por el hecho de que un medio público articule y ampare cualquier manipulación informativa, permitiendo que se haga espectáculo (…). Asimismo, consideramos insuficiente el hecho de que la CCMA haya retirado el vídeo si al día siguiente permite la emisión de otra intervención de Empar Moliner en el mismo sentido y con contenido similar”.

Finalmente, lamentan “que en una televisión pública se permita la quema de libros, sean los que sean, cuando lo que ha de hacer un medio público es promover la cultura, tal y como establecen las misiones de servicio público que le son encomendadas”.

Quemar la Constitución es un ejercicio de “libertad de expresión” y “una forma de expresión artística y de crítica social”. Así lo entiende el Comité del Audiovisual de Cataluña (CAC), que ayer emitió un informe sobre el ‘affaire’ de Empar Moliner, una colaboradora de TV3 que el pasado 11 de abril quemó un ejemplar de la Constitución en directo dentro de un miniespacio que tiene en la cadena pública.

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