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Una auditoría de Adif hizo desaparecer un puente en Barcelona cuya obra no licitó
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solo ese proyecto infló el coste en 30 millones

Una auditoría de Adif hizo desaparecer un puente en Barcelona cuya obra no licitó

El caso de los sobrecostes del AVE en Barcelona ha destapado toda una serie de irregularidades en las licitaciones y en las auditorías que borraban obras 'imprevistas'

Foto: Vista de la zona de la estación del AVE de La Sagrera, con el centenario Puente del Trabajo Digno.
Vista de la zona de la estación del AVE de La Sagrera, con el centenario Puente del Trabajo Digno.

Una auditoría interna de Adif que es la base de la investigación de un juzgado sobre supuestos sobrecostes en la construcción de la estación del AVE de La Sagrera, en Barcelona, ha hecho desaparecer misteriosamente una obra que costó nada más y nada menos que 30 millones de euros: se trata del derribo del centenario Puente del Trabajo y la construcción de un puente alternativo para no dejar incomunicada la zona sur y la zona norte en la mitad oriental de la ciudad. La auditoría arrojaba dudas sobre las obras realizadas y apuntaba a que se habían facturado unos 82 millones de euros más. O sea, que se habían pagado obras que no existían o se habían hinchado los precios de las obras ejecutadas hasta ahora. De ahí que se produjera la detención, este martes, de 13 personas en Madrid y Barcelona, casi todas técnicos de la propia Adif.

El sobrecoste de 82 millones detectado, que demostraba que alguien se había forrado, literalmente, sin embargo no se corresponde con la realidad, puesto que en la auditoría no se tenían en cuenta obras que fueron realizadas pero que no constaban en la planificación inicial. Por ejemplo, el derribo del citado puente y la construcción de un vial alternativo. O diversas obras en las cercanías por otros 20 millones de euros.

Pero ¿cómo es posible que a la Administración española le ‘desaparezcan’ dos puentes (uno que se derriba y otro que se construye)? Sencillamente, porque si se consignaban las obras realmente construidas y para las que no se había seguido un criterio de contratación normal, alguien hubiese tenido que dar muchas explicaciones que comprometerían seriamente al organismo estatal, puesto que su contratación no había sido ‘normal’. En otras palabras: hubiesen tenido que reconocer que se habían realizado obras que no salieron a concurso. Es el secreto del Puente Viejo de Adif.

Lo cierto es que el desbarajuste en la licitación y adjudicación de las obras fue enorme. Cuando se planificaron los grandes contratos del Estado (que ascienden a más de 800 millones de euros repartidos en cuatro contratos), el caso más llamativo del desbarajuste fue el hecho de que se planificó la ubicación de la gran estación del AVE sin tener en cuenta que existía un puente, el centenario Puente del Trabajo (luego rebautizado como Puente del Trabajo Digno), uno de cuyos pontones se plantaba, precisamente, en el mismísimo trazado de los raíles del tren, que debía ir por en medio de las vías de los trenes convencionales.

Un posible retraso y un ridículo espantoso

Nadie se había dado cuenta de este ‘pequeño’ detalle, por lo que los ingenieros de las constructoras adjudicatarias alertaron a Adif del problema: había que anular los concursos y redactar otro para el derribo del puente y la construcción de otro puente provisional para evitar que la zona oriental de Barcelona quedase partida por la mitad y sin posibilidad de comunicación entre la zona de mar y la zona de montaña (ya que solo quedaría en esa área el llamado Puente Calatrava para unir el norte con el sur de la ciudad desde el Clot hasta Sant Andreu, puesto que entre estos barrios la urbe está partida en dos por las vías del tren).

Sin embargo, la anulación de los concursos y la convocatoria de otro más para hacer esta obra significaban un retraso “de al menos dos años y urgía conectar el AVE urgentemente con Europa”, señalan a El Confidencial fuentes cercanas a la construcción de las obras. Eso y el ridículo espantoso, claro, que supondría que los ingenieros de Adif no se percatasen de algo tan evidente.

Varias actas recogen las reuniones de los técnicos de Adif con los de las constructoras de las obras, y en ellas se recoge que el ente estatal dio prioridad a la urgencia de la obra y se comprometió a ir compensando a las empresas constructoras a cambio de que derribasen el Puente del Trabajo y construyesen otro alternativo que no supusiese un estorbo para las nuevas vías. La obra, además, tuvo que hacerse 'en caliente', es decir, sin opción a cortar la circulación de los trenes ni de los vehículos, por lo que la mayor parte de los trabajos se hicieron de noche.

Una obra que jamás fue licitada

Por tanto, el derribo del Puente del Trabajo y la construcción del nuevo vial es una obra que jamás fue licitada, aunque hay rastro de ella. Pero una nota oficial de Adif del 20 de enero de 2012 da buena cuenta de que se estaban ejecutando los trabajos para la puesta en servicio del nuevo puente que se abriría al tráfico el 29 de enero de aquel año. Las obras, decía la nota, “permitirán llevar a cabo la demolición del actual Puente del Trabajo Digno con el objetivo de completar la construcción del trazado de la Línea de Alta Velocidad en este sector y proseguir con la ejecución de la estructura y accesos de la estación de La Sagrera”. A las obras propias del puente, había que añadir el acondicionamiento de varias calles adyacentes y el traslado de varias paradas de autobús.

Nada decía del coste de la obra, aunque en uno de los párrafos hablaba de que el coste de la línea del AVE había sido sufragado con el Fondo de Cohesión y la ayuda había ascendido a 3.389,3 millones de euros. También señalaba que la inversión en el tramo de Barcelona a la frontera francesa sería de 4.200 millones de euros. Y luego concretaba el coste de otras obras en diferentes tramos ferroviarios, también sufragado con las ayudas RTE-T (Redes Transeuropeas de Transporte).

Socavones, derrumbes y sobrecostes en 20 años de AVE

En la auditoría que Adif envió al juzgado, los técnicos obvian que el Puente del Trabajo Digno ya no existe. Y obvian también que se construyó un puente alternativo. Los 30 millones que costó este proyecto (así como otros gastos por decenas de millones de euros de obras similares) fueron valorados como sobrecostes de las obras y santas pascuas.

Según ha podido conocer El Confidencial, los investigadores se quedaron de piedra al conocer algunos de los detalles de los pretendidos ‘sobrecostes’. Que los responsables de Adif lo hicieron rematadamente mal, parece fuera de toda duda. Ahora, las pesquisas se encaminan a conocer si todos los sobrecostes denunciados en la auditoría se pueden justificar o si verdaderamente hubo algunas partidas que simple y llanamente se hincharon por la cara y sirvieron para que algunos avispados metiesen mano en la caja del dinero público.

Una auditoría interna de Adif que es la base de la investigación de un juzgado sobre supuestos sobrecostes en la construcción de la estación del AVE de La Sagrera, en Barcelona, ha hecho desaparecer misteriosamente una obra que costó nada más y nada menos que 30 millones de euros: se trata del derribo del centenario Puente del Trabajo y la construcción de un puente alternativo para no dejar incomunicada la zona sur y la zona norte en la mitad oriental de la ciudad. La auditoría arrojaba dudas sobre las obras realizadas y apuntaba a que se habían facturado unos 82 millones de euros más. O sea, que se habían pagado obras que no existían o se habían hinchado los precios de las obras ejecutadas hasta ahora. De ahí que se produjera la detención, este martes, de 13 personas en Madrid y Barcelona, casi todas técnicos de la propia Adif.

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