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El independentismo toma la calle para que el 'procés' no decaiga
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ANC SE AUTOPROPONE PARA VIGILAR LOS PASOS DE LA RUPTURA

El independentismo toma la calle para que el 'procés' no decaiga

La hoja de ruta de la Asamblea Nacional Catalana señala que si la independencia es impulsada por la sociedad civil, "parece lógico" que el proceso constituyente tenga "la máxima participación popular"

Foto: Movilización de la ANC en noviembre para apoyar a las instituciones catalanas ante el inicio del proceso independentista y reclamar "unidad" a Junts pel Sí y la CUP. (EFE)
Movilización de la ANC en noviembre para apoyar a las instituciones catalanas ante el inicio del proceso independentista y reclamar "unidad" a Junts pel Sí y la CUP. (EFE)

El independentismo toma de nuevo la calle. No será en manifestaciones masivas, sino en multitud de concentraciones por actos muy concretos para que se visualice el “apoyo al proceso” y no permitir la relajación en las reivindicaciones secesionistas. El ya expresidente catalán, Artur Mas, advirtió antes de irse de que ahora le tocará a la sociedad civil presionar.

Y esa ‘sociedad civil’ no le defrauda. No fueron sólo las concentraciones “de baja intensidad” de apoyo al recién nombrado presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, tanto en la investidura como en su toma de posesión. Durante los últimos días, la ANC convocó concentraciones de presión hacia la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, para que esta mantenga abierto el Born Centre Cultural, una iniciativa que se quiere presentar como el símbolo del independentismo. Se trata de la conversión del antiguo mercado del Born en un Centro Cultural donde se muestra el 11 de septiembre de 1714 como el día en que los catalanes perdieron su independencia. Ante la escasa afluencia de personas, el Ayuntamiento se está planteando qué hacer con este espacio, que ha costado al erario público casi un centenar de millones de euros.

El día 31, la entidad antiindependentista Sociedad Civil Catalana (SCC) tiene programada una concentración en la plaza de Sant Jaume de Barcelona para protestar contra la hoja de ruta adoptada por Puigdemont. SCC sostiene que el nuevo president quiere seguir adelante con un “proceso de ruptura democrática ilegítimo e ilegal”. Pero el día antes, la ANC ha programado ya un acto en el recinto de Fira de Cornellà “para presentar las líneas de trabajo que se abren para la sociedad civil durante estos 18 meses intensos y emocionantes que nos esperan y en los cuales construiremos una nueva República”. Se refiere la ANC a los 18 meses de plazo durante los cuales, supuestamente, Puigdemont ultimará las estructuras de Estado que le faltan para ser un Estado independiente y habrá redactado ya una Constitución catalana. Se trataría, tal y como se define en un comunicado emitido por la entidad, de “un acto para demostrar la unidad, la fuerza y la determinación del independentismo”.

En la hoja de ruta que se ha trazado la ANC se señala que “si el proceso de independencia ahora es impulsado por la sociedad civil, parece lógico que el proceso constituyente que acabará definiendo las estructuras del nuevo Estado tenga la máxima participación popular”. Uno de los puntos es “el ejercicio gradual de la soberanía. O sea, “la declaración del inicio del proceso de constitución del nuevo Estado independiente [la resolución del 9 de noviembre, anulada por el TC] ha de ir seguida de actos de ejercicio de soberanía que, en la práctica, hagan visible la capacidad del país de tener un funcionamiento ordinario plenamente independiente, soberano”.

Todos a una

En esta etapa, se han de combinar iniciativas del “Parlamento, del Govern y de la sociedad civil, de manera que la acción de una parte acompañe, justifique y consolide la acción de las otras partes. La ANC, en sus campañas para ampliar el apoyo a la independencia, introducirá propuestas y acciones coordinadas con los actos de soberanía que haga el Parlamento”.

La etapa culminará con la “proclamación de la independencia”, que será “el momento decisivo de todo el proceso, a partir del cual el país, su gente y sus representantes políticos han roto las últimas dependencias del Estado español y comienzan a funcionar como un Estado independiente. Será un acto oficial del Parlamento del país y, por tanto, el día que ha de ser recordado como el Día de la Independencia”.

La ANC será una especie de 'guardiana' del proceso y apoyará a las autoridades para "evitar cualquier acción que perturbe el funcionamiento normal"

Señala la ANC también que “la visualización pública de que todo el país funciona con normalidad el mismo día de la proclamación de la independencia y en los días posteriores ha de ser claramente percibida por la ciudadanía y ha de concretarse en elementos como el control real y efectivo, por parte de las autoridades, de las grandes infraestructuras y fronteras (puertos, aeropuertos…) , la seguridad pública, las comunicaciones, etcétera”.

El elemento clave para ejercer la independencia, subraya, será “la recaudación de todos los impuestos. La Administración habrá de legislar para asegurarse de que esta recaudación se produce efectivamente y actuar en el supuesto de que haya algún incumplimiento”. El papel reservado a la ANC será el de ser una especie de ‘guardiana’ del proceso y “apoyar a las autoridades del país con el fin de evitar cualquier acción que perturbe el funcionamiento normal”.

En el último punto del proceso, el “reconocimiento internacional”, la ANC se reserva también un protagonismo singular y su misión es impulsar “proyectos basados en diversos ejes que tienen como finalidad promover el conocimiento de la situación del proceso de independencia de Cataluña por parte de la opinión pública mundial, en general, y en particular de las clases dirigentes y de los creadores de opinión de los países considerados claves para el reconocimiento”. De ahí que sea precisa “una verdadera unidad de acción entre las asambleas exteriores de la ANC, la acción exterior de la Generalitat de Cataluña, el Diplocat (organismo de Exteriores del Govern), los partidos políticos y las organizaciones de catalanes en el extranjero”.

El independentismo toma de nuevo la calle. No será en manifestaciones masivas, sino en multitud de concentraciones por actos muy concretos para que se visualice el “apoyo al proceso” y no permitir la relajación en las reivindicaciones secesionistas. El ya expresidente catalán, Artur Mas, advirtió antes de irse de que ahora le tocará a la sociedad civil presionar.

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