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Puigdemont se pliega a la CUP: 18 meses sin prórroga para abrir "las puertas de un nuevo Estado"
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Puigdemont se pliega a la CUP: 18 meses sin prórroga para abrir "las puertas de un nuevo Estado"

Tras rebajar hace días el plazo de 18 meses impuesto por la CUP para lograr la independencia, ha confirmado que la hoja de ruta se llevará a cabo en año y medio sin ninguna fisura. Dice que la nueva Cataluña de funcionar mejor que cualquier otro Estado

Foto: El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, en una imagen de archivo. (Efe)
El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, en una imagen de archivo. (Efe)

Si hace menos de una semana el 'president' de la Generalitat, Carles Puigdemont, relajaba el plazo de 18 meses impuesto por la CUP para hacer de Cataluña un nuevo Estado, este miércoles ha confirmado que la hoja de ruta se llevará a cabo en año y medio sin ningún tipo de fisuras.

Durante su intervención en el Parlament para explicar la composición del Govern así como sus principales objetivos, Puigdemont ha prometido a los catalanes llevarles "a las puertas de un nuevo Estado" en un plazo irrenunciable que llevará consigo la formación de una "república independiente". De esta manera, Puigdemont sigue adelante con los planes de Junts Pel Sí aunque evitando hablar de plazos para llegar a la independencia y evitando "improvisaciones".

Otro de los compromisos que ha adquirido ha sido mantener "intactos" los servicios que son competencia de la Generalitat de Cataluña para defender a los catalanes "ante la crisis económica". "Que nadie tenga ninguna duda de que su Ejecutivo aprovechará hasta la última coma, el último punto y la última letra de todas las competencias", ha afirmado con la esperanza de "hacer posible todo el trabajo" en una legislatura de un año y medio y sin perder el apoyo de la CUP, con quien pactó un plan de choque social.

"internacionalización" del 'procès'

Con un breve Govern basado en la "planificación, el diseño y la ejecución" del mandato "democrático claro, nítido e indiscutible" de las elecciones del 27 de septiembre, Puigdemont considera que el nuevo Estado catalán "debe funcionar mejor" que cualquier otro Estado o autonomía recordando que Junts Pel Sí tiene una mayoría parlamentaria "incontestable" que le permite declarar una nueva Cataluña "con todas las garantías" pero advirtiendo de que no habrá "pasos en falso".

Para abrir las puertas de ese nuevo Estado, Puigdemont ha establecido tres ejes. El primero de ellos es construir un "país más justo, saludable, seguro y culto", el segundo consolidar la recuperación económica creando "empleo estable y de calidad" y, por último, hacer de Cataluña un país de "alta calidad democrática" y un referente en transparencia y participación. Todo ello encaminado a culminar un "proceso constituyente" en el que será clave diseñar las estructuras del Estado necesarias para la independencia, con organismos que difícilmente tienen encaje en la legislación, como la Agencia Catalana de la Seguridad Social o la Hacienda propia, y con leyes que pretenden sustituir y anular la legislación española.

Cómo hará esto sin pisar terreno ilegal es el gran misterio que nadie del Gobierno ni de los partidos que le apoyan quiere -o sabe- aclarar. ¿Es posible hacer todo eso sin cometer ilegalidades? Ni los consejeros ni la propia portavoz del Gobierno quieren contestar directamente a esta pregunta y se limitan a repetir que “todo se hará dentro de la legalidad”.

Composición del nuevo Govern

Puigdemont explicó la nueva composición del Gobierno catalán, con tres grandes áreas: la económica, con un vicepresidente de peso, como el republicano Oriol Junqueras, la de políticas sociales, con la vicepresidenta Neus Munté, y la de Exteriores y Transparencia, con el execosocialista Raül Romeva. El objetivo, aseguró, es “dar el mejor servicio a los ciudadanos”. A lo largo de su discurso, Puigdemont puso por delante “a las personas” y a su bienestar, pero para eso considera imprescindible su hoja de ruta rupturista.

Sobre la creación de la polémica área de Exteriores, donde está previsto multiplicar las ‘embajadas’, el presidente catalán afirmó que “se trata de explicar el proceso que está viviendo nuestro país”. De hecho, la última fase de la larga marcha hacia la independencia es la “plena internacionalización del proceso”, para lo que necesitará en el exterior una sólida estructura de la que en estos momentos carece.

Abierto a pactos con otras fuerzas

Por lo demás, pocos cambios en el horizonte: prometió que habrá una nueva Ley Electoral Catalana (Cataluña es la única autonomía sin ley electoral propia) que incorpore el voto electrónico, reducir las listas de espera, solucionar el problema de Cercanías debido a los continuos percances porque “es un problema endémico que afecta a los derechos básicos, de movilidad e incluso de compatibilidad de la vida laboral con la familiar”. Y añadió a la cesta de la compra una nueva Ley del Cambio Climático y una Ley del Mecenazgo. “Lo que da sentido a nuestro programa son las personas y su bienestar”, subrayó en varias ocasiones, al tiempo que dejó caer que “esperamos que los ciudadanos lo sientan muy cerca de sus anhelos [al Govern]”.

Eso sí, admitió que hay un acuerdo con la CUP pero no encasillará a su Gobierno en ese pacto. “No nos conformamos ni nos autolimitados”, enfatizó. O sea, está abierto a pactos con otras fuerzas y, de hecho, ha dado órdenes a sus consejeros de que se abran al diálogo con todos los partidos, un “diálogo permanente sin excepción”.

Si hace menos de una semana el 'president' de la Generalitat, Carles Puigdemont, relajaba el plazo de 18 meses impuesto por la CUP para hacer de Cataluña un nuevo Estado, este miércoles ha confirmado que la hoja de ruta se llevará a cabo en año y medio sin ningún tipo de fisuras.

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