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Barones de CDC esperan plantar batalla a Artur Mas en el mes de abril
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CreeN QUE EL PACTO CON LA CUP HA SIDO SU GRAN ERROR

Barones de CDC esperan plantar batalla a Artur Mas en el mes de abril

No habrá, sin embargo, rebelión a bordo, al menos de momento. "Queremos que nuestras posiciones ganen en los órganos internos del partido y reconducir la situación"

Foto: Artur Mas, en el Parlament. (EFE)
Artur Mas, en el Parlament. (EFE)

Luz roja en Convergència Democràtica de Catalunya (CDC). No está el horno para bollos: un sondeo secreto que tiene la formación convergente vaticina que, en unas elecciones autonómicas que se celebrasen mañana mismo, una lista de este partido en solitario, aunque fuese encabezada por el propio Artur Mas, podría caer por debajo de los 20 diputados. Una hecatombe de dimensiones gigantescas, el mayor descalabro de un partido desde la extinta UCD. Convergència pasaría de ser el principal partido catalán a ser el tercero o el cuarto. Este hecho fue tenido en cuenta en una reunión mantenida entre Artur Mas y la cúpula del partido a la hora de tomar la decisión de abandonar y no convocar elecciones. El ‘president’ no puede someterse a una muestra pública de ridículo como ese castigo en las urnas. Por mucho que diga, Artur Mas tiene miedo a las urnas.

Ante esta probabilidad, Mas está trenzando su estrategia para recomponer Convergència. Una parte de su formación está muy comprometida con el ‘procés’, pero otra parte importante quiere deslindarse de él, esencialmente tras haber pactado con la Coordinadora d’Unitat Popular (CUP). Hay barones convergentes que consideran que ese es “el principal error de Artur Mas en los últimos tiempos”.

De hecho, ha habido reuniones de barones convergentes en las últimas semanas para diseñar una estrategia de oposición a Artur Mas. “Tenemos muchos grupos para poder pactar con ellos y hemos tenido que ir a parar a manos de los antisistema. Es inadmisible. Con esta gente no puede haber estabilidad”, dice a El Confidencial una de las personas que han participado en esas reuniones.

No pasaron ni 24 horas desde que Artur Mas decidiese abandonar el Palau de la Generalitat para que se reavivasen movimientos dentro de su partido. Cada uno toma posiciones, porque se acercan tiempos convulsos en los que habrá recomposiciones de lugar y pulsos internos a consecuencia de la hoja de ruta asumida. ¿Puede haber ruptura? De momento, no. “Hay margen para el diálogo, pero la gente está comenzando a cansarse”, explicita un ex alto dirigente de Convergència a este diario.

Las iras de los barones no se dirigen estrictamente hacia la persona del ya expresidente, sino “hacia su entorno”. Los dardos van, especialmente, hacia Francesc Homs, hoy por hoy jefe del grupo parlamentario de Democràcia i Llibertat (DiL), el sucedáneo de Convergència, en el Congreso de los Diputados. Los históricos de CDC consideran que Homs fue el verdadero instigador de la deriva independentista de Artur Mas.

Decepción del electorado

“El ‘president’, contrariamente a lo que muchos dicen, todavía tiene mucho tirón. Que nadie le dé por muerto. Las últimas negociaciones han dejado la imagen de la CUP muy tocada y Mas ha aparecido como una víctima. Y a este país le gustan las víctimas”, dice a El Confidencial otra fuente interna de Convergència. Estas fuentes también apuntan a que “el descalabro que dicen que habrá en CDC no es tal. Pero sí que habrá un importante bajón de la CUP, que puede perder entre tres y cinco diputados en las próximas elecciones”, añaden estas fuentes. Convergència, afirman, se recuperará, pero para ello hay que dar un volantazo, “recuperar la centralidad política”.

Vídeo: Mas ovacionado a su llegada al debate.

Otro alto dirigente de Convergència es crítico con el devenir de su partido. “Hemos decepcionado a nuestro electorado tradicional y nos hemos situado en un extremo. Tenemos que volver a la centralidad, porque hay una gran masa de catalanes que no son independentistas y que aún nos votan. Si seguimos en esta deriva, toda esta gente votará otras opciones y luego ya no los podremos recuperar”, señalan.

Los barones han discutido internamente la situación, llegando a la conclusión de que durante el proceso de negociación para la investidura no podían tensar la cuerda porque había riesgo de fracturar CDC. Pero ahora reservan sus fuerzas para el congreso que la formación de Mas celebrará en abril.

[Así le hemos contado el debate de investidura]

De ahí que en su comparecencia del sábado, tras renunciar a la investidura, Mas asegurase que su prioridad ahora es dedicarse a recomponer Convergència. “Sabe que corre el riesgo de fractura interna. Hay una parte del partido muy enfadada por la estrategia llevada a cabo los últimos años y porque CDC ya no es ni sombra de lo que era. Hemos de recuperar el espacio que teníamos”, señala una de las fuentes consultadas.

No habrá, sin embargo, rebelión a bordo, al menos de momento. “Queremos que nuestras posiciones ganen en los órganos internos del partido y reconducir la situación. En el Parlamento, teníamos otras fuerzas con las que poder pactar a cambio de algunas concesiones, como, por ejemplo, el PSC. Pero nos hemos situado en posiciones inasumibles, muy difíciles. Lo que queremos es tratar de rectificar esa deriva”, dice un dirigente con peso específico dentro del partido. Y otro, más crítico, añade que “todos sabemos que la independencia es inviable. La militancia de CDC está dormida, en casa. Y si se despierta, la actual dirección no tiene ninguna posibilidad”.

Las iras de los barones no se dirigen hacia la persona del ya expresidente, sino “hacia su entorno”. Los dardos se dirigen hacia Francesc Homs

La misión de Mas, pues, es dominar de nuevo el partido y llegar al mes de abril con la fuerza suficiente como para imponer sus tesis y que nadie se le enfrente, cosa harto difícil, porque los movimientos internos que se han puesto en marcha ya no tienen vuelta atrás. O Artur Mas controla a sus barones o estos le devorarán, aunque sus intenciones, aseguran, no es borrarlo del mapa, sino mantenerlo como presidente pero que “deje hacer” a los otros.

De hecho, los propios barones reconocen que “Artur Mas es la única persona que hoy por hoy controla todos los resortes de Convergència, pero eso no quita que se pueda llevar alguna sorpresa”. Y es verdad: nadie puede plantarle cara en estos momentos. El expresidente es el principal activo que tiene CDC. Él lo sabe. Y los barones, también. En otros tiempos, habían tenido mucha ascendencia nombres como Felip Puig o Lluís Corominas. Incluso Oriol Pujol. Pero en la actualidad ya no controlan ningún resorte. Ni siquiera Josep Rull, coordinador general del partido. De momento, el timonel de CDC no tiene quien le haga sombra.

Luz roja en Convergència Democràtica de Catalunya (CDC). No está el horno para bollos: un sondeo secreto que tiene la formación convergente vaticina que, en unas elecciones autonómicas que se celebrasen mañana mismo, una lista de este partido en solitario, aunque fuese encabezada por el propio Artur Mas, podría caer por debajo de los 20 diputados. Una hecatombe de dimensiones gigantescas, el mayor descalabro de un partido desde la extinta UCD. Convergència pasaría de ser el principal partido catalán a ser el tercero o el cuarto. Este hecho fue tenido en cuenta en una reunión mantenida entre Artur Mas y la cúpula del partido a la hora de tomar la decisión de abandonar y no convocar elecciones. El ‘president’ no puede someterse a una muestra pública de ridículo como ese castigo en las urnas. Por mucho que diga, Artur Mas tiene miedo a las urnas.

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