Es noticia
Artur Mas: “Lo que no nos dieron las urnas lo corregimos con la negociación”
  1. España
  2. Cataluña
EL ‘PRESIDENT’ CASTIGA PÚBLICAMENTE A LOS RADICALES

Artur Mas: “Lo que no nos dieron las urnas lo corregimos con la negociación”

Convocatoria de urgencia para dar una noticia "no prevista hace 24 horas". Artur Mas daba a conocer en comparecencia pública las claves que han permitido desbloquear la investidura

Foto: Artur Mas, durante su comparecencia pública. (Reuters)
Artur Mas, durante su comparecencia pública. (Reuters)

Artur Mas se va pero haciendo daño: tras ceder y dejar paso a otro candidato a ‘president’, ha logrado nombrar como sucesor a una persona de su “total confianza” y ha castigado públicamente a la CUP obligándola a cederle dos diputados a su grupo parlamentario y a que cesen varios diputados del sector duro para ser sustituidos por otros menos combativos con sus ideas. Eso es, al menos, lo que ‘vendió’ el propio Mas tras conocerse su renuncia a ser investido presidente.

El ‘president’ afirmó que el acuerdo entre Junts pel Sí (JxS) y la Candidatura d’Unitat Popular (CUP) “tiene costes, tanto políticos como personales, pero también muchos beneficios”. Aseguró que durante las últimas 24 horas, él, junto a “una persona de la sociedad civil y representante de una importante entidad independentista” se encargó de buscar un nombre para que le sustituyera y así llegó a Carles Puigdemont, convergente de pro, alcalde de Gerona y presidente de la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI).

Artur Mas da un paso a un lado y deja paso a Puigdemont

Mas quiso quedar en buen lugar para asegurar que a pesar de que siempre había mantenido que él sería el único candidato de JxS, no ha cedido ante la CUP: “No hay concesión a la CUP. Tomo una decisión política que podía no haber tomado. Yo podía ir a elecciones en marzo, pero ésa era la última opción que manejaba y además era la peor de todas”, regateó a la prensa.

placeholder Pinche para leer el acuerdo JxSÍ - CUP

Enumeró, sin embargo, las “cláusulas” del acuerdo, que dejaron por escrito. La primera de las cláusulas es que el nuevo ‘president’ será investido este domingo en primera votación, es decir, con mayoría absoluta. Eso quiere decir que ha de recibir de los radicales al menos seis votos, para llegar a los 68 escaños necesarios para esa circunstancia, puesto que JxS sólo tiene 62 diputados.

Otra de las cláusulas es que “se garantice la estabilidad del Gobierno esta legislatura. Y ha obligado a los radicales a “que nunca voten en ningún caso con los partidos contrarios a la independencia, al proceso y al derecho a decidir”. Es decir, la creación de un frente radical independentista parlamentario. Pero, además del compromiso por escrito, dos diputados de la formación anticapitalista “se incorporarán a la dinámica parlamentaria de Junts pel Sí. Lo que no nos dieron las urnas lo hemos de corregir a través de la negociación. Y eso refuerza la garantía de estabilidad parlamentaria”.

Esa cesión de dos diputados no es baladí: con ellos, JxS suma 64 escaños, mientras que los partidos de la oposición (Ciutadans, Partit dels Socialistas de Catalunya, Catalunya Sí Que Es Pot y PP) suman sólo 63. De este modo, se garantiza, al menos, una mayoría simple y sólo necesita la abstención del resto de la CUP (cuyo grupo parlamentario se quedará sólo con 8) para sacar adelante las iniciativas que quiera. “Con el acuerdo, lo que dejamos atado es que la CUP estará en el Parlamento, sobre todo, para que el Gobierno no pierda votaciones”, alardeó.

Pero no contento con ello, Mas ha impuesto un duro castigo a la formación que le ha amargado los turrones: “Ha de haber una asunción por parte de la CUP de sus errores. Esta negociación podría haber acabado de otra manera, pero la vida es dura. Por tanto, esa asunción de errores ha de ir acompañada de sus consecuencias: algunos de sus diputados y diputadas habrán de renovarse. Es la manera explícita de que los ciudadanos vean que la CUP ha cometido errores y que éstos tienen consecuencias”. Algo así como un flagelo y humillación pública a los que le pusieron las cosas difíciles y provocaron su aparcamiento del proceso.

No se retira

Mas advirtió también que “yo no me retiro de la política. Destinaré mis esfuerzos personales para rehacer Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), que es una tarea urgente. Pero también quedo libre del compromiso que adquirí cuando prometí que si era investido a los 18 meses convocaba elecciones y yo no me presentaba. Vistas las cosas, quedo libre de ese compromiso. Quedo relevado de él, lo que significa que no renuncio a volver a presentarme. Es una puerta que dejo abierta”.

Artur Mas insistió a lo largo de toda la rueda de prensa en que el pacto alcanzado “es un acuerdo razonable en términos de salvar el proceso y de garantizar la estabilidad del Gobierno, pero también porque yo pude investir a un nuevo presidente de Cataluña de mi total confianza. Facilitar todo esto es la mejor manera de servir a Cataluña”.

También afirmó que le ofrecieron “varios cargos de relevancia” dentro del nuevo Gobierno, pero los rechazó. “Es doloroso pero no quiero ningún cargo especial. El Parlamento, el ‘president’ y el Gobierno me tienen a su disposición y les ayudaré sin reservas y sin pedir nada a cambio si lo que puedo aportar tiene algún valor para el país y para el independentismo”.

Reconoció el mandatario que “llevábamos bloqueados tres meses de negociaciones y encuentros interminables. A este país le faltaba perspectiva y le fallaba el proyecto cuando lo teníamos todo. Y en esta coyuntura, ir a las elecciones era el peor de los escenarios”. A pesar de todo admitió que ya tenía asumido que debería convocar elecciones el próximo lunes. Sin embargo, le salvó la campana “algunos movimientos de última hora, promovidos por personas y entidades de la sociedad civil y líderes políticos y por mí mismo”.

Reconoció, no obstante, que la hoja de ruta que había negociado y pactado con la CUP de celebrar elecciones en 18 meses y de desobediencia a las leyes españolas es ya papel mojado: la nueva legislatura acabará, en principio, en cuatro años, y cuenta con el compromiso por escrito de la garantía de estabilidad parlamentaria.

Artur Mas se va pero haciendo daño: tras ceder y dejar paso a otro candidato a ‘president’, ha logrado nombrar como sucesor a una persona de su “total confianza” y ha castigado públicamente a la CUP obligándola a cederle dos diputados a su grupo parlamentario y a que cesen varios diputados del sector duro para ser sustituidos por otros menos combativos con sus ideas. Eso es, al menos, lo que ‘vendió’ el propio Mas tras conocerse su renuncia a ser investido presidente.

Artur Mas Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont
El redactor recomienda