ERC no cierra la puerta a tomar la bandera de Mas y acabar de liderar la independencia

Evitar elecciones en lo posible. Esa es la consigna de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). En estos días, debe aprovecharse para negociar con la Coordinadora d’Unitat Popular (CUP) y Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) un acuerdo que salve 'in extremis' la situación. El presidente republicano, Oriol Junqueras, dejó claro tras la reunión de la ejecutiva de Esquerra que “lo que hemos de hacer en estos cinco días [a partir del día 9, las elecciones quedan ya convocadas automáticamente al agotarse el plazo legal para formar Gobierno] es no levantarnos de la mesa y aprovechar todos los días, las horas y los minutos para intentar llegar a un acuerdo, que es difícil, probablemente más difícil que lo que muchos habían pensado, pero es nuestra responsabilidad intentar llegar a un acuerdo”.

Fue una ejecutiva extraordinaria que contó con invitados de excepción: la presidenta del Parlamento, Carme Forcadell; el cabeza de lista de Junts Pel Sí (JxS) el 27-S, Raül Romeva; el candidato de ERC el 20-D, Gabriel Rufián, o el presidente de Súmate, la organización independentista de castellanohablantes, Felipe Reyes. Un aviso a navegantes. Un mensaje a Artur Mas de que muchos independientes de Junts Pel Sí cojean de la pierna izquierda. O ‘esquerra’, como se quiera.

Pero lo importante fue el mensaje de Junqueras tras la reunión. En las negociaciones que reclama el líder republicano, no habría temas tabú. Fue un dardo envenenado el lanzado a Artur Mas. Poco antes, el diputado Joan Tardà había lanzado un mensaje muy claro: “Momento de grandes decisiones y patriotismo. Si Mas da un paso al lado y cede Presidencia a un miembro de su partido, hacemos Gobierno y proceso adelante”. ¿Fue un mensaje encubierto de Junqueras al ‘president’ en funciones? El líder republicano solo señaló que “siempre estoy de acuerdo con lo que dice Joan Tardà y lo que dicen los diputados de ERC, porque expresan la necesidad que siente mucha gente de que aprovechemos las oportunidades que tenemos”. Críptico, demasiado críptico.

Evitó Junqueras posicionarse sobre si se postula como sustituto de Artur Mas, y se limitó a insistir en varias ocasiones que ERC se mantiene “leal a nuestros compromisos. Lo que pedimos es que todos sean leales con el país”. Dijo, eso sí, que “la forma de negociar no es hacer propuestas en público”. Y lanzó dos mensajes importantes para leer entre líneas: el primero, que “Esquerra está al servicio del país”. Y el segundo: “Hay que preservar el 27S y la independencia y merece la pena hacer sacrificios”. Que cada cual saque sus conclusiones.

Pero a nadie se le escapa que por la mañana, la diputada cupera Anna Gabriel había puesto sobre la mesa el último órdago de los radicales: estarían dispuestos a investir a un presidente de ERC. O sea, que la CUP no haría ascos a investir al propio Oriol Junqueras. Y en las negociaciones de los próximos días que apremia Junqueras no cierra la puerta a nada, ni siquiera a poner sobre la mesa otros nombres que no sean los de Artur Mas. “Se ha de hablar incluso sobre otro candidato”, vino a reconocer el líder republicano. Sobre su nombre también, por supuesto, aunque fuentes de ERC señalan a El Confidencial que, en estos momentos, la presidencia de la Generalitat no es una de sus prioridades.

Junqueras: “No a elecciones en marzo”

Desde las filas de Convergència ese es un escenario que no se contempla. El coordinador general de CDC, Josep Rull, lo dejó muy claro a última hora de la mañana: Junts Pel Sí mantiene a Artur Mas como presidenciable y no está previsto que se sustituya su nombre por otro. Este posicionamiento coincide con el que Convergència ha mantenido desde el principio: nunca ocultó que Artur Mas sería el candidato a ‘president’ por parte de JxS y así se detalló en la campaña electoral, por lo que más de 1.600.000 ciudadanos votaron conscientemente por esa opción. Pero el mensaje de los convergentes es claro: la culpa de que el proceso se vaya al traste “es de la CUP”. Insistir en esta premisa es fundamental en su tacticismo.

Ante la disparidad de criterios de republicanos y convergentes, ERC se ha mantenido en un discretísimo segundo plano, evitando en los últimos meses la crítica hacia Convergència, incluidos los temas sobre corrupción. Incluso en la delicada coyuntura actual se ha limitado a advertir sobre la no conveniencia de unas elecciones anticipadas. “Es mejor un acuerdo que no entrar en un escenario lleno de incertezas como unas elecciones”, subrayó Junqueras. A continuación, afirmó que si vuelve a haber comicios en el mes de marzo, “nadie puede dar garantías de que el escenario posterior a esas elecciones sea mejor que el que tenemos ahora”.

La incógnita sobre la posibilidad de comicios, sin embargo, la despejará hoy el propio Artur Mas, que comparecerá ante la prensa para “hablar de elecciones”. Así lo expresó ayer su compañero de filas Josep Rull. De hecho, la convocatoria de elecciones es una potestad que únicamente está en manos del presidente de la Generalitat. Varias fuentes convergentes insisten en que el ‘president’ no desveló a sus compañeros de partido la estrategia que planea.

Desde las filas republicanas, se trata de evitar esa situación y hacer lo que sea antes de convocar nuevas elecciones. Como señaló el diputado Pere Aragonès, “a pesar de las dificultades, hemos de intentar hasta el final llegar a un acuerdo. Otras veces se ha salvado el partido en el último minuto”. Y como enfatizó en diversas ocasiones el propio Oriol Junqueras, “pedimos que se sienten a la mesa, de donde dijeron que no se levantarían, y vuelvan a hablar. Y si alguien cree que ERC puede hacer algún gesto de generosidad más para que haya un acuerdo, que nos lo pidan”.