Artur Mas planta cara y busca el 'choque de trenes’ con el Gobierno español

Comienza el choque de trenes entre España y Cataluña. El aviso del Gobierno español de controlar hasta el último céntimo del Fondo del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) y de pedir responsabilidades sobre un supuesto ocultamiento de 1.300 millones de euros en cuentas de ejercicios anteriores colmó el vaso de la paciencia de los independentistas catalanes. El tema fue ampliamente debatido en la reunión semanal que hoy mantuvo el Gobierno de Artur Mas. Luego fue el propio ‘president’ el que salió a dar la cara, aunque con razonamientos, en su mayoría, simplistas y maniqueístas: el Gobierno español quiere castigar a Cataluña porque el 27S una “mayoría” votó a favor de la independencia. Así de simple. Y de peligroso.

Y fue particularmente duro en su diagnóstico: ”Estamos ante una agresión institucional del Gobierno español. Nos impone condiciones humillantes y ahoga la poca autonomía que tenemos. Con su actitud, está agrediendo al autogobierno y todo porque una parte de la población se atreve a protestar pacíficamente”. El ‘president’ subrayó que “se aplica el artículo 155 de la Constitución por la vía encubierta. Es la primera vez que se singulariza a Cataluña, se la aparta del resto de las demás comunidades para castigarnos todavía más y para humillarnos todavía más”.

Mas afirmó que hay “tres ejemplos claros” de la agresión de España hacia Cataluña. El primero es la interposición de querellas por la consulta organizada el 9 de noviembre de 2014. El Gobierno utilizó a la Fiscalía General del Estado, que tendría que ser una institución neutra e independiente”. El segundo ejemplo es excluirlo a él “de las conversaciones en la lucha contra el terrorismo. Yo soy el presidente de la Junta de Seguridad de Cataluña en cuanto que soy presidente de la Generalitat. Y soy el único cargo electo democráticamente que está en esa Junta. Sin embargo, me excluyen de las conversaciones. No es de recibo, Yo, que soy el único cargo elegido en las urnas; yo, que soy el presidente de la Junta de Seguridad de Cataluña; yo, que soy el presidente de la Generalitat; yo, que soy el representante del Gobierno del Estado en Cataluña… se me excluye”.

El tercer ejemplo es el del FLA. En este campo, “sólo se aplican condiciones fuera de lo común a Cataluña, que es señalada ahora con el dedo acusador de Cristóbal Montoro, es apartada del resto de las comunidades y es castigada poniéndole condiciones humillantes, cuando el dinero del FLA no es de ellos, sino de todos los ciudadanos, especialmente los catalanes”.

Todo por la independencia

Todo ello, afirmó Mas en varias ocasiones, porque un porcentaje significativo de la población “ha votado por la independencia y defiende un proyecto político pacífico, democrático y respetuoso con los derechos humanos”. “Se dice que hemos escondido 1.300 millones de euros en gastos, pero el Gobierno español sabe adónde han ido: fueron para pagar infraestructuras y prisiones, carreteras y cárceles, por compromisos que ya venían de Gobiernos anteriores y, concretamente, del Gobierno de Montilla. Se les dijo en 2013 a dónde había ido ese dinero y no hicieron caso. Por lo tanto, están fomentando una mentira flagrante. Lo malo es que utilizan esta mentira para cargar contra Cataluña y castigarla de manera especial”.

El ‘president’ afirmó que “Montoro juega con fuego y se quemará”. Aseguró que España tiene significativas partidas de gasto ocultas a los presupuestos. Por ejemplo, la deuda generada por el AVE y la alta velocidad no ha sido contabilizada dentro de los Presupuestos Generales del Estado. Ni el “fiasco de las radiales de Madrid, que están en quiebra; ni el fiasco del Castor. Son miles de millones de euros no contabilizados. ¿Dónde están esos miles de millones de euros? ¿Dónde se han contabilizado? Cuando Europa pida explicaciones, al Gobierno español se le subirán los colores a la cara. Mientras, está hablando de 1.300 millones de euros de Cataluña que están más que contabilizados y que saben desde 2009 adónde han ido. No estamos dispuestos a aceptarlo”.

Para Artur Mas, “la agresión es muy grande y no puede quedar sin respuesta”. Esa respuesta tendrá una doble vertiente: por un lado, los servicios jurídicos del Gobierno catalán ya estudian cómo plantear ante los tribunales los recursos correspondientes. La segunda respuesta (y principal) es la respuesta política: “Cuantas más agresiones haya, más pondremos el acento en ensanchar la base independentista y hacer irreversible el proceso. Seguimos por el camino soberanista o corremos el riesgo de que el Estado español nos engulla, ante la pretensión de residualizar el hecho catalán”, clamó Mas.

Advirtió Mas que si el 20 de diciembre cambia el Gobierno, “los independentistas estaremos dispuestos dialogar y negociar con Madrid y con Bruselas, pero con el actual Gobierno español no es posible el diálogo porque se cierran en banda, dicen que no toca o miran hacia otro lado, además de atacarte luego por tierra mar y aire”. La solución está clara: la mejor defensa es un buen ataque y, de perdidos, al río. El choque de trenes sólo acaba de empezar.