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CDC agita el fantasma de nuevas elecciones: "Hemos llegado al límite con la CUP"
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máxima tensión hasta la asamblea del 29

CDC agita el fantasma de nuevas elecciones: "Hemos llegado al límite con la CUP"

El 'procés' hace aguas. Y no por las medidas del Gobierno central -que tal vez también- sino por la propia guerra entre los radicales de la CUP y la figura de Artur Mas y su investidura

Foto: El presidente catalán en funciones, Artur Mas. (EFE)
El presidente catalán en funciones, Artur Mas. (EFE)

La situación política catalana se encuentra en un callejón sin salida y se encamina directa hacia nuevas elecciones en el primer trimestre de 2016, que tienen como fecha tope el 9 de marzo próximo. El presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sánchez, exhortó ayer a un pacto antes del viernes de la semana que viene entre la Candidatura d’Unitat Popular (CUP) y Junts Pel Sí (JxS).

Sánchez presentó la Declaración de Vilanova, un documento aprobado este fin de semana en una reunión celebrada en la localidad barcelonesa de Vilanova i la Geltrú. En este documento reclamaba a los 72 diputados independentistas (62 de JxS y 10 de la CUP) “la responsabilidad, el coraje, la firmeza y la capacidad de entendimiento y diálogo para encontrar, lo más pronto posible, el mejor acuerdo para la creación de un Gobierno fuerte y cohesionado. Consideramos imprescindible un acuerdo antes del 27 de noviembre que facilite la investidura y la legislatura, que dé respuesta al mandato democrático y a las aspiraciones de la ciudadanía expresadas el 27 de septiembre”. Y señalaba a continuación que “trabajaremos para consolidar y ampliar la mayoría social y mantener la cohesión social que quiere destruir el Estado español, de acuerdo con nuestra hoja de ruta”.

En realidad, el comunicado es un torpedo a la línea de flotación de la CUP, a la que se quiere presionar con la movilización callejera. De hecho, para el pasado domingo había prevista una concentración ante el Parlamento (suspendida como consecuencia de los atentados de París) que tenía como último destinatario la formación radical. Y ante esto, el propio presidente de ERC, Oriol Junqueras, pidió públicamente eliminar esa presión contra los ‘cuperos’.

Para mayor abundamiento, el candidato de CDC en las elecciones del 20 de diciembre, Francesc Homs (que ayer abandonó su cargo de consejero de Presidencia para ser cabeza de lista al Congreso), expuso las condiciones que ahora pone su partido a la CUP: garantizar un Gobierno fuerte y estable; garantizar la seguridad jurídica del proceso; un compromiso inequívoco con los valores occidentales y la continuación en la UE, y el diálogo con el Estado español y las instituciones europeas.

Lo cierto, no obstante, es que la situación ha llegado a un punto de no retorno, con las posiciones de las organizaciones secesionistas enrocadas. “Hemos llegado al límite: la última oferta de Artur Mas a la CUP es la definitiva. El someterse a una moción de confianza al término del primer curso político es lo máximo que podíamos hacer [además de ceder en cuestiones programáticas, Mas se comprometió a someterse a una moción parlamentaria después de finalizar el curso político el próximo mes de julio y, en caso de no superarla, marcharse a su casa]. A partir de aquí, solo se abre la posibilidad de convocar nuevas elecciones”, aseguran a El Confidencial fuentes de JxS.

El activo más importante

Para Junts Pel Sí, “Artur Mas es el activo más importante que tenemos y no estamos dispuestos a renunciar a él. No se puede vetar a una persona en ninguna negociación, y menos si es el candidato de JxS. Evidentemente, ellos son clave y lo admitimos, pero es necesario que entiendan que Mas es imprescindible. Pero también es verdad que ellos son 10 y nosotros, 62. Hasta ahora, han tensado demasiado la cuerda. Y no estamos dispuestos a ceder: Artur Mas es nuestro candidato y, si es preciso, convocaremos nuevas elecciones”.

El razonamiento de la cúpula de esta coalición es lógico: “Tenemos 1.600.000 ciudadanos que votaron la propuesta de que Artur Mas sería nuestro candidato a ‘president’. ¿Cómo pretenden que cambiemos ese mandato? ¿Es que acaso nosotros les decimos quién tiene que ser su candidato?”.

Desde Junts Pel Sí se admite que están dispuestos a realizar algunas concesiones. “En la resolución que aprobamos en el Parlament, hay cosas de la CUP y cosas nuestras. El texto incorporó puntos de ambos porque así se negoció y ahora debe de ser igual. Nosotros estamos dispuestos a incorporar reivindicaciones de la CUP. Por ejemplo, el plan de choque social nos parece muy oportuno. O algunas de las privatizaciones que se han hecho se pueden revertir, porque se hicieron en un momento en que se llevaron a cabo por motivos económicos y ahora la situación ha cambiado. Y estamos dispuestos a hacer renuncias y a asumir planteamientos que Convergència por sí sola no habría hecho nunca. Pero hay líneas rojas que no traspasaremos. Por ejemplo, en cuestiones ideológicas”.

Postulados económicos inaceptables

Entre otras cosas, JxS rechaza el espíritu anticapitalista de la CUP y algunos de sus planteamientos de “República popular”. O de sus peticiones en el ámbito económico, como la renegociación de la deuda. “Queremos un Gobierno fuerte y el reconocimiento explícito del modelo occidental. Y en la parte económica, la CUP ha de conocer la situación crediticia de la Generalitat antes de proponer puntos”, subrayan las fuentes. De ahí que quieran esperar a que las cuatro mesas de negociación entre ambas formaciones den sus frutos.

JxS considera un 'impasse' el lapso de tiempo hasta finales de mes: el 29 de noviembre, la CUP celebrará una asamblea donde decidirá si cambia su postura de no investir a Artur Mas. De ahí que el documento aprobado este fin de semana por la ANC sea papel mojado: la CUP no tomará ninguna determinación, como mínimo, hasta ese día, cuando ya se haya cumplido holgadamente el plazo de la ANC. “La pelota está ahora en su tejado -zanjan fuentes de JxS-. Que hagan sus reuniones y que nos hagan saber a qué conclusión han llegado, pero que sepan que las elecciones están a la vuelta de la esquina”.

La situación política catalana se encuentra en un callejón sin salida y se encamina directa hacia nuevas elecciones en el primer trimestre de 2016, que tienen como fecha tope el 9 de marzo próximo. El presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sánchez, exhortó ayer a un pacto antes del viernes de la semana que viene entre la Candidatura d’Unitat Popular (CUP) y Junts Pel Sí (JxS).

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