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Carme Forcadell, la ambiciosa ‘primera dama’ de Cataluña, ‘traicionada’ por Mas
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"No ha abandonado su idea de conquistar la Generalitat"

Carme Forcadell, la ambiciosa ‘primera dama’ de Cataluña, ‘traicionada’ por Mas

Junts pel Sí la propuso como presidenta del Parlamento, de forma que Artur Mas se aseguraba de que no sería su rival para ser presidenta del Gobierno catalán

Foto: Carme Forcadell en un mitin independentista. (Foto: Reuters)
Carme Forcadell en un mitin independentista. (Foto: Reuters)

El 10 de marzo de 2010, un texto de nueve puntos informaba de que la Plataforma Decideixo Decidir había entregado al presidente del Parlamento catalán, Ernest Benach, más de 70.000 firmas para reclamar un referéndum independentista. Subrayaba el texto, para restar importancia al tema, que Cataluña, según la Constitución Española, no tenía competencias para convocarlo. “Esta imposición constitucional muestra la baja intensidad del concepto de autonomía política que tiene el Estado español y a qué está sometida Cataluña: en 1934, el Parlamento catalán pudo regular las consultas y referendos en la Ley Municipal de Cataluña, sin que hiciese falta ninguna autorización del Estado, como un ejercicio de participación democrática ciudadana que entonces tenía incluso carácter vinculante”. El texto había sido consensuado por la Plataforma por el Derecho a Decidir y la Plataforma Sobirania i Progrés. El contacto, para cualquier aclaración, era una entonces desconocida Carme Forcadell, de la que se adjuntaba su número de móvil. [Siga en directo la votación de la propuesta de independencia en el Parlament]

Ha llovido mucho desde entonces y Forcadell está hoy en el sitio de Benach. Este lunes, propondrá como presidente de la Generalitat a su compañero de lista Artur Mas, pero también propondrá la votación de una resolución presentada entre Junts pel Sí (JxS) y la Candidatura d’Unitat Popular (CUP), lo que significaría el inicio del proceso de ruptura de Cataluña con España. Lo que dice esa ampliación es que se han de blindar “derechos fundamentales afectados por decisiones de las instituciones del Estado”; en la práctica: desobedecer las leyes españolas o las sentencias del Constitucional sobre la aplicación de la Ley Wert, la Ley de Seguridad Ciudadana o las sentencias sobre el catalán, así como la aplicación del decreto de pobreza energética o el de horarios comerciales, a pesar de que están suspendidos.

Forcadell ha tenido la virtud de enfadar unánimemente a la oposición, al retorcer las normas del Parlamento en beneficio propio y faltar a la verdad

Pero si no hay esa huida hacia adelante, Artur Mas jamás tendrá la alfombra roja que le lleva al sillón de ‘president’. La alfombra roja se materializará en forma de una abstención in extremis de la CUP (después del 20 de diciembre) para permitir la investidura de Artur Mas y evitar así que se convoquen nuevas elecciones en el primer trimestre de 2016.

Carme Forcadell ha tenido la virtud de enfadar unánimemente a la oposición, al retorcer las normas del Parlamento en beneficio propio y faltar a la verdad posteriormente para justificar sus decisiones: hace una semana, convocó la Junta de Portavoces para admitir a trámite con carácter de urgencia la resolución rupturista de su coalición. Según la normativa, no podía realizar esa convocatoria porque no estaban formalizados todos los grupos parlamentarios, pero se excusó diciendo que durante la época del Tripartito se habían convocado Juntas de Portavoces sin que estuviesen formados todos los grupos. Era una mentira más: la documentación de las sesiones parlamentarias demuestra que eso es falso. Además, negó la asistencia letrada a los diputados de la oposición, que le pidieron un dictamen de los servicios jurídicos del Parlamento. O sea, ha empezado con mal pie y peores intenciones.

Militante polémica en ERC

“Ya era muy polémica cuando estaba en Esquerra Republicana”, dice a El Confidencial un antiguo compañero suyo. Fue concejal republicana en Sabadell, donde intentó por todos los medios medrar dentro del partido. Le cortaron las alas siempre, así que se enroló en las filas de Òmnium Cultural. “No ocultaba que quería cargo, que quería poder. Y eso fue lo que la perdió”, dice la misma fuente. Cuando se formó la Asamblea Nacional Catalana (ANC), fue su oportunidad. Quienes manejaban los hilos eran los hermanos Strubell. Precisamente, uno de ellos la acompañó a entregar las 70.000 firmas a Benach en 2010.

“Necesitábamos a alguien que se moviese mucho, que diese guerra y, sobre todo, que fuese mujer. En Òmnium acababa de aterrizar Muriel Casals, cuyo perfil de bajo relieve ya estaba bien para esa organización, pero queríamos una más batalladora para la ANC. Alguien comentó que en Sabadell había una chica que armaba mucho ruido y que podía servir y así fue que nos la llevamos y la pusimos al frente de la ANC”, relata a este diario uno de los dirigentes independentistas que vivió desde dentro la creación de esta plataforma. A partir de ahí, se les fue de las manos y Forcadell pudo no sólo sobrevivir, sino crear su propia corte de aduladores. “Forcadell ha encarnado en estos años lo que se podría llamar el Poder con mayúscula. Supo manejar la calle para medrar personalmente. En la Generalitat, Artur Mas tenía el mando pero ella tenía el poder”, dice otro dirigente de la CUP que la conoce muy bien.

Supo manejar la calle para medrar personalmente. En la Generalitat, Artur Mas tenía el mando pero ella tenía el poder

“Que nadie se equivoque: Carme es muy ambiciosa. Su meta era ser presidenta de la Generalitat”, dice otro destacado independentista. Y es verdad, pero le barraron el camino: en realidad, su nombre fue puesto encima de la mesa por la CUP como una alternativa a Artur Mas. Los radicales no quieren a nadie de CDC en la cúpula, pero ella podía ser la persona que encabezase el Gobierno de transición en sustitución del ‘quemado’ Artur Mas. “JxS la propuso enseguida como presidenta del Parlamento. De esa manera, Artur Mas se aseguraba que no sería su rival para ser presidenta del Gobierno. Fue una jugada maestra, porque despojaba a ERC de la presidencia del Parlamento y eliminaba a su más seria rival para ocupar el Palau de la Generalitat”, se duele un dirigente de ERC.

Su figura fue objeto de atención en un informe realizado el año pasado por los servicios de información de la Policía Nacional, revelado por El Confidencial. En ese perfil, se afirma que es también fundadora de la Plataforma per la Llengua, una entidad por la que se escapan millones de euros del erario público, además de miembro de la Comissió de la Dignitat, de Moviment per la Independència y vicepresidenta de la Plataforma Dret a Decidir. En sus tiempos mozos, fue “coordinadora de Normalización Lingüística en la Consejería de Educación” y tiene una página web que gestiona su hijo Ferran, “informático de profesión y dirigente de la empresa [que gestiona la web]”.

No ha abandonado su idea de conquistar la Generalitat. Ahora no puede ser, pero espera que llegue su hora. Su ambición no tiene límites

Universo político excluyente

Su familia, según ese informe, no tiene ningún vehículo a su nombre, aunque sí recogía que Forcadell y su marido son propietarios al 50% de una vivienda de 168 metros cuadrados a su nombre en Sabadell. Ella, además, tiene un parking en Esplugues de Llobregat y un terreno de más de 30.000 metros cuadrados en Aldover (Tarragona). Su marido tiene también una parcela en la localidad tarraconense de Xerta (de donde es natural ella) de 2.623 metros cuadrados y una casa de 248 metros en la misma localidad. Su hijo mayor tiene un piso en Sabadell y un apartamento en Platja d’Aro y su hijo menor, un local comercial de 91 metros cuadrados y un piso de 114 metros en Sabadell.

Para Carme Forcadell no existe Cataluña más allá del independentismo. Su universo político es reduccionista y excluyente. “Los empresarios que se juegan sus dineros y patrimonio defienden el proceso; los que trabajan con los dineros de todos y del Estado, no”, llegó a escribir. Obvia, consciente o inconscientemente, la vergonzosa política de subvenciones públicas del Gobierno catalán, que entierra decenas de millones de euros anuales en empresas de empresarios amigos que controlan a su vez medios de comunicación y que ponen a éstos al servicio de ‘la causa’. Y son empresarios que viven exclusivamente del dinero público que se dilapida sin miramientos desde el poder. Y quienes la conocen afirman que su historia continuará. “No ha abandonado su idea de conquistar la Generalitat. Ahora no puede ser, pero espera que llegue su hora. Su ambición no tiene límites”, dicen desde las filas independentistas. Pero, para entonces, Artur Mas ya puede estar retirado de las batallas políticas y nadie le barrará el paso.

El 10 de marzo de 2010, un texto de nueve puntos informaba de que la Plataforma Decideixo Decidir había entregado al presidente del Parlamento catalán, Ernest Benach, más de 70.000 firmas para reclamar un referéndum independentista. Subrayaba el texto, para restar importancia al tema, que Cataluña, según la Constitución Española, no tenía competencias para convocarlo. “Esta imposición constitucional muestra la baja intensidad del concepto de autonomía política que tiene el Estado español y a qué está sometida Cataluña: en 1934, el Parlamento catalán pudo regular las consultas y referendos en la Ley Municipal de Cataluña, sin que hiciese falta ninguna autorización del Estado, como un ejercicio de participación democrática ciudadana que entonces tenía incluso carácter vinculante”. El texto había sido consensuado por la Plataforma por el Derecho a Decidir y la Plataforma Sobirania i Progrés. El contacto, para cualquier aclaración, era una entonces desconocida Carme Forcadell, de la que se adjuntaba su número de móvil. [Siga en directo la votación de la propuesta de independencia en el Parlament]

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