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El mapa político catalán salta por los aires y Podemos se afianza como la gran revelación
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ERC PODRÍA DESBANCAR A CiU

El mapa político catalán salta por los aires y Podemos se afianza como la gran revelación

La formación morada sería la primera fuerza en intención de voto en las legislativas de otoño, superando en cinco puntos a Esquerra Republicana

Foto: Pablo Iglesias, y el coordinador nacional de ICV, Joan Herrera, en una reciente reunión en Barcelona. (EFE)
Pablo Iglesias, y el coordinador nacional de ICV, Joan Herrera, en una reciente reunión en Barcelona. (EFE)

El mapa político catalán ha saltado definitivamente por los aires. CiU y ERC, con una intención directa de voto similar, están perdiendo apoyos a marchas forzadas, mientras que las fuerzas emergentes de Podemos y Ciutadans suben y socialistas y populares quedan relegados en las urnas. El último barómetro del Centro de Estudios de Opinión (CEO, el CIS catalán) apunta a que Podemos es la primera fuerza en intención de voto en las legislativas de otoño, superando en cinco puntos a Esquerra Republicana (ERC), la segunda fuerza: 18,1 frente al 13%. La tercera fuerza sería el PSC, con un 11% y CiU, la cuerta con el 10,8%.

En el anterior barómetro, Podemos estaba más distanciada: sacaba el 20% frente al 13,5% de ERC, el 12,5% de CiU y el 8,4 de los socialistas. Pero ninguno de esos resultados parecen satisfacer a la formación que lidera Pablo Iglesias. Una encuesta interna que maneja Podemos apunta a que Convergència Democràtica (CDC) sacaría 11 diputados en unas hipotéticas elecciones generales que se celebrasen ahora. En la actualidad, CiU tiene 16 escaños en el Congreso y es el primer partido catalán. Quien sí experimenta un notable ascenso es Esquerra Republicana (ERC), que pasaría de tener dos diputados a tener nada menos que 9, el mejor resultado de su historia.

Podemos y Ciutadans son los dos siguientes partidos en el escalafón, con ocho y seis escaños respectivamente. A continuación, se situarían PP y PSC con cuatro diputados cada uno, la Coordinadora d’Unitat Popular (CUP) con 3, ICV con uno y Unió Democràtica (UDC) con un representante. Los sondeos fueron hechos después de la fractura del nacionalismo que significó la dinamización de CiU.

placeholder El líder de ERC, Oriol Junqueras. (EFE)
El líder de ERC, Oriol Junqueras. (EFE)

La CUP, por otra parte, atraviesa un periodo complicado. Algunos sectores critican a los tres diputados en el Parlament por alinearse en ocasiones con los partidos tradicionales y, por si fuera poco, ha vivido en las últimas horas un episodio singular: ha retirado la confianza a Josep Manel Ximenis (Jiménez, antes de ser de la CUP), alcalde de Arenys de Munt y el edil que promovió el primer referéndum independentista municipal en Cataluña. Ximenis había declarado que “la mentalidad castellana lleva en sus genes la aceptación natural: ser mandado”. Lo dice, claro, alguien que intenta camuflar su apellido de origen castellano. Además de estas surrealistas afirmaciones, el exalcalde de Arenys comenzó a practicar una estrategia muy personal que le terminó enfrentando a la organización independentista, que le acaba de reclamar el acta de concejal. Antes de la ruptura definitiva, Ximenis intentó un acuerdo con CiU, PSC y una concejal afín para evitar que ERC pudiese gobernar Arenys con el apoyo de la CUP. Nadie le hizo caso.

La prioridad de los independentistas

El panorama político de cara a las autonómicas, por su parte, es aún muy confuso. Las propuestas y contrapropuestas por parte de los dirigentes independentistas se suceden velozmente. Artur Mas lanzó su propuesta de lista única o lista del president y, ante la negativa de ERC, matizó que estaba dispuesto a no encabezarla. Luego, propuso a la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y a Òmnium Cultural que confeccionasen ellos la lista.

La reacción de Junqueras fue proponerles a estas entidades, precisamente, una lista sin representantes políticos y la petición a Mas de un “Gobierno de concentración” antes de las elecciones y un compromiso explícito de las fuerzas soberanistas para el 27 de septiembre.

Este viernes, Òmnium Cultural lanzó su propia propuesta: una lista por la independencia formada por la “sociedad civil” con el apoyo explícito de las fuerzas soberanistas. El portavoz de ERC, Salvador Sabrià, admitió este sábado que “si es preciso que las formaciones políticas den un paso al lado y cedan todo el protagonismo a una lista exclusivamente civil de consenso por la independencia, Esquerra no fallará”.

La ANC, por su parte, ha informado este sábado de que el 96% de sus socios ha avalado, en una consulta interna que ha tenido una baja participación, que la entidad soberanista "siga negociando" para conseguir la máxima unidad de acción de cara al 27-S.

En resumen, el magma independentista se visualiza durante las últimas semanas con muchos aspavientos para escenificar lo que habría de ser la unidad de los secesionistas. Los soberanistas, a la vista de las encuestas, necesitan estimular a su electorado y sólo con un aumento de la tensión podrán hacerlo. Otra cosa es qué harán para intentar retener los votos y que éstos no se vayan hacia las nuevas opciones emergentes como Podemos. De ahí que el mayor enemigo de Cataluña y del independentismo sea, en estos momentos, Pablo Iglesias.

El mapa político catalán ha saltado definitivamente por los aires. CiU y ERC, con una intención directa de voto similar, están perdiendo apoyos a marchas forzadas, mientras que las fuerzas emergentes de Podemos y Ciutadans suben y socialistas y populares quedan relegados en las urnas. El último barómetro del Centro de Estudios de Opinión (CEO, el CIS catalán) apunta a que Podemos es la primera fuerza en intención de voto en las legislativas de otoño, superando en cinco puntos a Esquerra Republicana (ERC), la segunda fuerza: 18,1 frente al 13%. La tercera fuerza sería el PSC, con un 11% y CiU, la cuerta con el 10,8%.

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