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El matrimonio fantasma: una de las parejas más ricas de Barcelona no existía para el fisco
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CONDENADOS EL MARIDO Y EL ADMINISTRADOR DE LILIANA GODIA

El matrimonio fantasma: una de las parejas más ricas de Barcelona no existía para el fisco

“El acusado Manuel Torreblanca no pagó nada y no presentó declaración de IRPF en ningún ejercicio: ante el fisco era un sujeto no declarante que ni siquiera disponía de una cuenta a su nombre”

Foto: Liliana Godia y Manuel Torreblanca
Liliana Godia y Manuel Torreblanca

No pagar los impuestos ha sido deporte nacional durante años. Un deporte de ricos, claro, porque los asalariados están perfectamente controlados por el fisco. Algunos podrían escribir un manual de cómo eludir impuestos, pero han de contar con el ojo omnipresente de Hacienda, que puede cazarlos.

Es lo que pasó con Manuel Torreblanca, marido de Liliana Godia, una de las grandes fortunas de Cataluña. “El acusado Manuel Torreblanca no pagó nada y ni siquiera presentó declaración de IRPF en ningún ejercicio: ante el fisco era un sujeto no declarante que ni siquiera disponía de una cuenta bancaria a su nombre”. Así se expresa el escrito firmado al alimón por el fiscal, el abogado del Estado y la Generalitat de Cataluña y con el que el propio Torreblanca se mostró de acuerdo.

Los poderes públicos le reclaman ahora lo que debe, ya que sus rendimientos desde 2008 a 2011, como administrador de diversas empresas familiares fueron de unos 4 millones de euros (sólo en el 2011 ascendieron a 1.091.272,22 euros). Por ello, debía ingresar por IRPF un total de 1,6 millones de euros.

¿Cómo eludió el pago? A través de una empresa interpuesta, Pablis 21, recibía sus retribuciones y contabilizaba en ella “gastos propios de su actividad que en realidad correspondían a bienes y servicios adquiridos para el disfrute personal del acusado y su familia”. Esos gastos ficticios de la empresa fueron de aproximadamente 2,5 millones durante ese periodo de tiempo, cantidades que también deducidas de las bases imponibles a la hora de pagar el Impuesto de Sociedades.

Otra sociedad, Barcel Euro, también coló gastos personales como si fuesen de la empresa, por lo que se ahorró importantes cantidades de IVA e Impuesto de Sociedades. Una de las operaciones que le sirvieron para desgravar el impuesto fue la compra de una vivienda en Baqueira Beret, que compró a través de la compañía pero que era para el disfrute personal.

Debido a incluir esa compra en las cuentas de la compañía, solicitó a Hacienda la devolución de 239.000 euros por la compensación de IVA. “El fraude no se llegó a perfeccionar porque la Agencia Tributaria no realizó la devolución al detectar a tiempo que el único IVA deducible por la sociedad eran 90.000 euros”.

La empresa BCN Godia era otra de las tapaderas que utilizaba Torreblanca.Esta empresa, según la acusación, “fue receptora de facturas con IVA por bienes y servicios adquiridos para fines ajenos a su propia actividad”. Eran, en realidad, gastos de la familia Torreblanca-Godia y de la Fundación Privada Francisco Godia.

Sólo en el ejercicio de 2008 pagó más de 403.000 euros de IVA “de facturas recibidas por conceptos asociados a gastos particulares de la familia (como por ejemplo, las facturas por obras realizadas en el inmueble que constituía el domicilio familiar) y otros 59.000 euros de gastos de la Fundación. Según la acusación, la cuota defraudada por Torreblanca a través de BCN Godia fue de 348.393,23 euros.

Su esposa, Liliana Godia, alma mater de la Fundación, también tiene un importante agujero en su patrimonio, pero no fue de ella la culpa. El escrito señala que la mecenas “es titular de un importante patrimonio con origen en la herencia que recibió de su padre hace más de veinte años. La administración y tutela de dicho patrimonio ha correspondido siempre al acusado Francisco Javier Amat, primo de la madre de Liliana Godia”.

Amat, pues, fue el que controló toda la gestión del importante patrimonio. De 2007 a 2011, este patrimonio consistía en la compañía BCN Godia, cuentas corrientes en Suiza y las obras de arte de su propiedad que tenía en sus viviendas.

El patrimonio sujeto a gravamen era de 103 millones de euros en 2007 y de 175 millones de euros en 2011. Pero el cuidador del mismo reflejó como valor 1,1 millones y 4,7 millones de euros respectivamente, pagando 6.200 euros de impuesto de Patrimonio en 2007 y cero euros en 2011.

Según los peritos de Hacienda, sin embargo, lo que debe pagar son 987.000 euros de 2007 y 1.149.889,67 euros por el ejercicio de 2011. O sea, que ahora ha de abonar más de 2 millones de euros por los impuestos que defraudó. Además, no reflejó el saldo de las cuentas bancarias en Suiza, que ascendían a más de 11 millones en 2007 y a casi 9 millones en 2011.

Las obras de arte, por otra parte, estaban valoradas en casi 6,9 millones de euros, mientras que el patrimonio neto de BCN Godia en el último ejercicio fiscalizado era de 159 millones de euros. Por estos hechos, el fiscal presentó una querella el 26 de julio de 2013 y los dos acusados consignaron 5,2 millones de euros para hacer frente a sus responsabilidades. También pagaron 2,1 millones y 772.000 euros en concepto de intereses y recargos de las cuotas defraudadas.

Además de pagar, Manuel Torreblanca admite siete condenas de tres meses de prisión cada una y Javier Amat, dos condenas de seis meses de cárcel. El primero ha de indemnizar al fisco con 2.257.000 euros. Las multas, por su parte, ascienden a 2.464.000 euros.

Estas cantidades se detraerán de la cantidad depositada hace dos años (o sea, de los 5,2 millones) y el sobrante les será reintegrado a los acusados. Ahora ya han dejado de ser transparentes para el fisco: el ojo omnipresente de Hacienda les cazó con las manos en la masa.

No pagar los impuestos ha sido deporte nacional durante años. Un deporte de ricos, claro, porque los asalariados están perfectamente controlados por el fisco. Algunos podrían escribir un manual de cómo eludir impuestos, pero han de contar con el ojo omnipresente de Hacienda, que puede cazarlos.

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