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Pujol justifica la herencia de su padre con unas cartas que no aporta ante la juez
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abandona el juzgado entre abucheos

Pujol justifica la herencia de su padre con unas cartas que no aporta ante la juez

El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol y su esposa, Marta Ferrusola, han salido del juzgado de la Ciutat de la Justicia entre abucheos y medidas de seguridad

El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol y su esposa, Marta Ferrusola, han salido del juzgado de la Ciutat de la Justicia entre abucheos y ante fuertes medidas de seguridad tras declarar durante unas dos horas y cuarto ante la juez que investiga la causa de los fondos ocultados en el extranjero sin regularizar durante más de 30 años.

La salida se ha producido pasadas las 12.30 horas por la puerta de la avenida Carrilet del edificio entre numerosos silbidos y al grito de '¡Ladrones!' proferidos por algunos ciudadanos que les esperaban en la puerta, ante lo que Marta Ferrusola se ha dirigido con la mirada a uno de los concentrados al que le ha hecho un gesto con la mano diciendo que 'no'.

El expresidente se ha negado a hacer declaraciones a los periodistas, a los que se ha limitado a decir: "Las declaraciones las he hecho ante quien tenía que hacerlas". Pujol ha sostenido ante la juez que la fortuna que ocultó en el extranjero procedía de un legado de 140 millones de las antiguas pesetas de su padre Florenci, y se ha remitido a unas cartas que demostrarían esa herencia, aunque sin aportarlas, según fuentes judiciales.

Vídeo: Los millones de la familia Pujol

En su declaración de algo más de dos horas, ha asegurado que no consta más documentación que ésa porque el padre hizo la fortuna en su momento de forma "ilegal" con el cambio de divisas; y también ha dado el nombre de la persona que ha gestionado este patrimonio en Andorra: Delfí de nombre de pila, ya fallecido.

Sin que nadie en la sala le preguntase por ello, Pujol ha asegurado por propia iniciativa que los fondos ocultados en el extranjero no provienen de la corrupción ni del "erario público" y ha insistido en que se corresponde con ese legado que el padre dejó a su esposa, Marta Ferrusola, y a sus hijos, pero no a él por miedo de su actividad política.

Por eso, siempre según su versión, ese supuesto manuscrito se dirige a su mujer y expresa la voluntad de Florenci Pujol sobre cómo distribuir el legado entre los hijos del expresidente de la Generalitat; sin embargo, tampoco Marta Ferrusola ha presentado ningún documento y además se ha negado a declarar ante la juez.

Esa supuesta herencia de su padre, que en 1980 cuando la dejó era de 140 millones de pesetas, se multiplicó hasta los 500 millones en la actualidad, según él, gracias a inversiones financieras que la familia ha hecho en Andorra, donde estuvo gestionado por esta tercera persona: tampoco sobre esto ha presentado documentación ni extractos bancarios sobre esto. Pujol ha insistido en que decidieron no regularizar esos fondos durante más de 30 años por el miedo a la situación política, y a este respecto incluso ha aludido a la época en que el expresidente estuvo en prisión por su oposición a la dictadura franquista.

El presidente ha declarado la mayor parte del tiempo en catalán y con un traductor porque el fiscal es de Madrid, aunque ya al final del interrogatorio se ha pasado al castellano.

La nube de informadores y de algunos ciudadanos ha dificultado el paso del matrimonio, que ha caminado a paso lento y seguro, igual que lo ha hecho a su entrada por la puerta principal del juzgado ante escasos manifestantes, que también les han recibido con silbidos

La magistrada del Juzgado de Instrucción 31 de Barcelona, Beatriz Balfagón, había llamado a declarar a partir de las 10.00 horas en la Ciudad de la Justicia a Pujol; a su mujer, Marta Ferrusola, y a los hijos del matrimonio Marta, Mireia y Pere. El matrimonio llegó en coche y ha entrado en el edificio por el acceso de Gran Via rodeado de un fuerte dispositivo policial de antidisturbios, donde han sido recibidos con bocinas, silbidos y gritos por parte de media docena de manifestantes, que han portado pancartas con lemas como 'Vagi-se'n a la merda família Pujol Ferrusola'.

Los hijos del matrimonio han salido pasadas las 15 horas de la tarde, todos por la misma puerta y se han separado mientras trataban de esquivar a los periodistas que se han agolpado en las puertas del juzgado; sus padres también se han negado a atender a la prensa.

En la Ciudad de la Justicia ha aparecido por sorpresa Maria Victoria Álvarez, expareja de Jordi Pujol Ferrusola, -que no está imputado en esta causa- y ha estado acompañado a las puertas de la sala del secretario general de Manos Limpias, Miguel Bernad.

Vídeo: Los Pujol llegan a los juzgados

Los Mossos d'Esquadra habían desplegado además efectivos ante la entrada de la Ciudad de la Justicia por la avenida Carrilet, donde, al igual que en el acceso de Gran Via, han colocado vallas protectoras para evitar incidentes en ambos accesos. Aproximadamente media hora antes habían llegado los abogados de Pujol, Cristóbal Martell y Albert Carrillo; y ni el matrimonio ni los letrados han querido hacer declaraciones al entrar en los juzgados.

Las declaraciones se producen en el marco de la investigación abierta tras la confesión en julio del expresidente, que expuso que la familia ha tenido dinero sin regularizar en el extranjero durante tres décadas, que, según Pujol, es una donación de su padre, mientras que la juez ve "sospechoso" que los fondos investigados provengan de una herencia sobre la que la familia no ha aportado ninguna documentación.

El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol y su esposa, Marta Ferrusola, han salido del juzgado de la Ciutat de la Justicia entre abucheos y ante fuertes medidas de seguridad tras declarar durante unas dos horas y cuarto ante la juez que investiga la causa de los fondos ocultados en el extranjero sin regularizar durante más de 30 años.

Jordi Pujol Marta Ferrusola
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