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Mas no lo dijo, pero CDC, sí: “Afrontamos estas elecciones con carácter plebiscitario”
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'GUERRA' CiU/ERC POR QUIÉN ES MÁS INDEPENDENTISTA

Mas no lo dijo, pero CDC, sí: “Afrontamos estas elecciones con carácter plebiscitario”

Los textos internos de CDC lo dicen claramente: “Hacemos estas elecciones para celebrar el referéndum que el Estado español nos impidió"

Foto: Mas estrecha la mano de Junqueras tras el anuncio del adelanto electoral en Cataluña. (Efe)
Mas estrecha la mano de Junqueras tras el anuncio del adelanto electoral en Cataluña. (Efe)

Artur Mas no lo dijo cuando anunció elecciones para el 27 de septiembre, pero los textos internos de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) sí: “Afrontamos estas elecciones con carácter plebiscitario. Las hacemos para celebrar el referéndum que el Estado español nos impidió. Por ello, será necesario explicar a la comunidad internacional cómo afrontamos estas elecciones, cómo nos presentamos y cómo se han de leer los resultados”.

Porque esta semana, tras haber alcanzado un pacto con ERC y con las entidades independentistas de lo que llama la “sociedad civil”, o sea, la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural y la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI), el president compareció ante la prensa con una estudiada gestualidad y un cuidado vocabulario.

Evitó, por ejemplo, referirse a las “elecciones plebiscitarias” que durante las semanas anteriores no había dejado de reivindicar. Ni siquiera se refirió a “elecciones constituyentes”, que fueron otro tipo de elecciones que había prometido en su hoja de ruta. ¿Hasta dónde, pues, llega el proceso? Evidentemente, hasta la secesión, pero Artur Mas quiere que todo sea una sorpresa.

Esta formación ha elaborado una estrategia con cuatro grandes ejes: ensanchar la mayoría favorable a la independencia; consolidar las estructuras de Estado; preparar a la comunidad internacional; y gobernar el día a día para luchar contra la crisis, el fracaso escolar o la pobreza.

Pero la independencia es la principal pieza de todo el engranaje nacionalista hoy por hoy. Es la meta que se autoimponen todos los partidos soberanistas y sobre la que pivotan todas las demás propuestas. Pero esa independencia está a punto de convertirse en una pura subasta. Convergència i Unió (CiU) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) se embarcarán en una carrera durante los próximos meses para ver quién presenta más propuestas independentistas. Se trata de auténtico tacticismo para atraerse los votos de los ciudadanos catalanes y mermar al rival. Se trata del “¿Tú eres independentista? Pues yo más”.

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Sólo puede ganar votos de ERC

Ello se debe a la imperiosa necesidad que tiene el presidente catalán de recuperar votos como sea para no tener que irse a casa no sólo como el peor presidente de la Generalitat (tres elecciones autonómicas en cinco años, lo que da una idea del grado de inestabilidad de su Gobierno), sino como el hombre que hundió al primer partido de Cataluña y lo dejó destrozado y sin poder. Durante los últimos años, se ha producido un continuo trasvase de votos de CiU a ERC. Ambos partidos no suman más, pero sí han variado su segmento electoral sustancialmente. Y con la autopista hacia la independencia, Mas no puede pretender arañar votos a los moderados del PP o a los catalanistas del PSC: o recupera los que se ha llevado Esquerra o se expone a perder estrepitosamente las elecciones. Y para recuperarlos, ha de convencer a los catalanes de que su intención independentista es más genuina que la de la propia ERC.

De hecho, Artur Mas lleva ya dos años adoptando posiciones claramente independentistas, pero sus mensajes últimos varían mucho dependiendo del público al que van dirigidos, lo que es crudamente criticado desde Esquerra.

Pero hay una hoja de ruta común con Esquerra que los dos partidos deberán ratificar e incorporar a sus respectivos programas. Y en esa hoja de ruta es donde tienen un papel estelar las “estructuras de Estado” que Artur Mas quiere tener a punto por si obtiene un respaldo absoluto en las elecciones y ha de proclamar la independencia.

En este contexto, ERC, por ejemplo, le reclamó una Ley de la Seguridad Social, administración que depende del Gobierno central. Desde la oposición se advierte que si se toca la Seguridad Social, se rompe la caja única y eso es peligroso. Pero, a buen seguro, el texto de la norma que elabore la Administración catalana será llevada al Tribunal Constitucional y quedará en suspenso. La intención de los republicanos, no obstante, esforzar hasta la segregación del sistema catalán de pensiones creando una Tesorería Catalana de la Seguridad Social. La previsión de los convergentes era gestionar las pensiones y cotizaciones de los ciudadanos de Cataluña a este organismo “como elemento esencial para la cohesión social” asumiendo la gestión de la Tesorería General de la Seguridad Social y del INSS. La propuesta republicana, por tanto, será fácil de asumir.

Y eso porque uno de los ámbitos en el que los republicanos tienen especial interés es el de la internacionalización del proceso y las relaciones exteriores. Y tanto les interesa que Mas incorporará a su equipo a una persona de Esquerra que trabaje codo a codo con la Secretaría de Exteriores en la venta de la independencia por el mundo. Así, contenta por una parte a los republicanos y, por otra, refuerza el pretendido carácter “transversal” del independentismo.

Administración electoral propia

Junto a la ATC, Esquerra ha pedido también un impulso de la Autoridad Catalana de la Competencia con el objeto de tenerla a punto para asumir las funciones reguladoras que ahora tiene el Estado. La otra gran estructura es la creación de una administración electoral propia “para no tener que depender de Madrid”, puesto que Cataluña es la única comunidad que no tiene una Ley Electoral propia y, por ello, se ha de acoger a la norma general del Estado.

Todas estas actuaciones en el plano de creación de estructuras no sólo han sido asumidas por Artur Mas, sino que algunas de ellas ya las tenía previstas hace meses, por lo que aunque también son reclamadas por ERC, no suponen escollos entre los partidos soberanistas a la hora de negociar.

En el ámbito energético se vislumbra también la presión de los republicanos sobre CiU. En el programa electoral de Esquerra se señalaba que “la titularidad de la seguridad nacional, de acuerdo con las disposiciones internacionales, recae en el Estado español” y se quejaba de “disfunciones e invasión de competencias por parte del Estado con la redacción de Planes Estatales Sectoriales, como por ejemplo el de riesgo químico”. Abogaba entonces por “definir el proceso de traspaso de las competencias en materia de seguridad nuclear y asegurar la correcta definición y funcionamiento de los mecanismos de inspección y control en este ámbito”. Ahora, sin embargo, van más allá y entre las medidas que reclaman a Mas está la confección de un Plan de Seguridad Nuclear en los próximos meses, aún no teniendo competencias. En este terreno, ya veremos las fricciones que puede haber entre los socios, ya que la actual reivindicación de los republicanos es un caramelo envenenado.

Artur Mas no lo dijo cuando anunció elecciones para el 27 de septiembre, pero los textos internos de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) sí: “Afrontamos estas elecciones con carácter plebiscitario. Las hacemos para celebrar el referéndum que el Estado español nos impidió. Por ello, será necesario explicar a la comunidad internacional cómo afrontamos estas elecciones, cómo nos presentamos y cómo se han de leer los resultados”.

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