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La Aviación en la Cataluña independiente: el Ejército de los aviones no tripulados
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La Aviación en la Cataluña independiente: el Ejército de los aviones no tripulados

La Fuerza Aérea es uno de los elementos clave de la defensa de Cataluña en caso de que esta comunidad consiga la independencia. Será una Fuerza pequeña

Foto: Un avión no tripulado 'MQ-9-Reaper' durante una prueba de vuelto. (Wikipedia)
Un avión no tripulado 'MQ-9-Reaper' durante una prueba de vuelto. (Wikipedia)

La Fuerza Aérea es uno de los elementos clave de la defensa de Cataluña en caso de que esta comunidad consiga la independencia. Será una Fuerza pequeña, de andar por casa, con particularidades que llaman la atención: la lucha contraincendios o los rescates en mar y montaña serán el principal entrenamiento del personal militar de esa Fuerza Aérea. La Aviación catalana tendría su base en el aeropuerto leridano de Alguaire (con “espacios complementarios” en los aeropuertos de Girona, Reus y Sabadell) y en una primera fase (aproximadamente una década), contará con 1.600 efectivos.

Así se expone en el documento Dimensionamiento de las Fuerzas de Defensa de Cataluña II. La Fuerza Aérea, elaborado por la Sociedad de Estudios Militares (SEM), o, lo que es lo mismo, la sectorial de Defensa de la Asamblea Nacional Catalana (ANC). La Fuerza Aérea pasaría a englobar no sólo la defensa aérea del territorio, sino que gestionaría al mismo tiempo “el control de los medios aéreos de emergencias, rescates y extinción de incendios. Este rol, además, servirá como entrenamiento excelente para los pilotos, tripulaciones y personal o de tierra en tiempos de paz”.

La primera institución de la Fuerza Aérea será la Academia de Aviación de Cataluña. Para la formación de personal, se echará mano de dos instituciones: el aeropuerto de Sabadell deberá aportar su experiencia en la formación de pilotos, mientras que la Escuela de Formación Aeronáutica de Vilanova i la Geltrú deberá hacer lo propio con los mecánicos. “La Academia será la ‘primera piedra’ de la Fuerza Aérea”, subraya el texto. Pero reconoce que “es preciso que los primeros aspirantes (oficiales, suboficiales y especialistas) reciban la formación correspondiente” en otro país. “Por su experiencia en todo el espectro de operaciones militares, creemos que Israel es quien mejor formación nos puede aportar para la Fuerza Aérea”, añade el informe.

Este núcleo inicial tardaría en formarse unos 3 o 4 años y cubriría las primeras plazas docentes de la Academia, para la que se prevé comprar 5 helicópteros (AS555 Fennec), 10 avionetas y 5 jet trainers (Dassault/Dornier Alpha Jet o BAE Hawk) con el objeto de que los alumnos puedan entrenarse.

“Para responder a las amenazas con eficacia, nos hace falta tener una buena conciencia situacional”, añade el texto. De ahí que proponga la creación del Mando de Alerta y Control, con un centro de mando, 3 aparatos AEW (sistemas aerotransportados de alerta, que podrían ser E-3 Hawkeye) y de 4 a 6 aeronaves no tripuladas, del tipo Reaper, Predator o Heron. El centro de mando controlaría directamente, además, todos los sistemas de radar terrestres.

Un espía siempre volando

El informe destaca también que “los aparatos AEW con la principal piedra de toque de cualquier Fuerza Aérea moderna” y que el número de 3 “responde a la necesidad de mantener siempre uno en vuelo” porque “en todo momento hemos de saber lo que pasa en nuestro cielo”. Y continúa: “Dado que buena parte de los misiles aire-aire pueden ser dirigidos a distancia por aparatos AEW, los aviones de caza, a pesar de no perder protagonismo, pasan a ser una plataforma. Así pues, si lo que cuenta son el radar y los misiles, los UAV (aeronaves no tripuladas) pueden cumplir perfectamente este papel de plataforma y con menos costos operativos que los de un caza. Recordemos que las situaciones que requieren el uso de misiles aire-aire sobre el espacio aéreo catalán no serán las de un conflicto convencional, sino escenarios de amenaza terrorista”.

El informe prevé también un Mando de Transporte, aunque limitado. “Entre los 5 y los 10 años, tanto por las dimensiones de la Fuerza Terrestre como por la falta de oficiales de OF-4 [teniente coronel] hacia arriba, no podemos plantear la movilidad aérea más allá de la escala de una compañía. Todavía no participaremos en despliegues internacionales, de forma que podemos aplazar la decisión de acciones de transporte. Así pues, el Mando de Transporte se compondrá de un Centro de Coordinación y un Escuadrón de Helicópteros, con 24 aparatos polivalentes medianos, posiblemente los Bell 412, “pues se trata de una tecnología amortizada, con buenas prestaciones, así como facilidad para el mantenimiento. A causa de las cantidades producidas, resulta relativamente sencillo adquirir material de recambio”. Estos helicópteros deberán ir provistos de ametralladoras de alta cadencia o de lanzacohetes, como los Hidra de 70 mm, además de sistemas de visión nocturna.

El Grupo de Emergencias contará, por su parte, con un escuadrón contra incendios y un escuadrón SAR (Búsqueda y Rescate). El primero tendrá de 3 a 6 bombarderos medios (como el hidroavión Bombardier 415 Superscooper) y de 9 a 12 bombarderos ligeros, como el Air Tractor AT-802.

La estructura se completa con un Mando de Logística y Mantenimiento, que tiene una Inspección General, un Mando de Aeródromos, un Cuerpo de Suministros y un Cuerpo de Mecánicos.

El Escuadrón de Ataque

En la segunda fase, pasada una década, la Fuerza Aérea catalana dará un salto cualitativo porque prevé su integración en la Fuerza de Respuesta de la OTAN, su integración en el Cuartel General Conjunto Expedicionario y la creación de un Escuadrón de Ataque, lo que provocará que la Aviación catalana pase a tener la dimensión de un batallón.

Para ello, el Mando de transporte deberá constituir el Escuadrón de Transporte Estratégico (con cinco aviones de transporte Lockheed Martin EC-130J Hercules) y el Grupo de Apoyo Expedicionario.

Más interesante es el Escuadrón de Ataque, que tendrá 12 aviones de combate polivalentes (se propone que sean el General Dynamic F16 Fighting Falcon, diez en versión monoplaza y dos en biplaza para poder realizar tareas de entrenamiento). Estos cazas llevarán munición de precisión, como bombas con kits JDAM y misiles AGM-65. El kit permite añadir un sistema de guía por GPS a una bomba normal, mientras que el AGM-65 es un misil aire-tierra utilizado profusamente por los F 16 Falcon durante la II Guerra del Golfo.

“Al concluir esta fase, entre 15 y 20 años después de la independencia, la Fuerza Aérea será plenamente homologable con el resto de miembros de la OTAN. Respecto al personal, se aproximará a los 1.900 efectivos, que podrán ser incrementados o reducidos con un sistema flexible de reservistas”, remata el informe.

La Fuerza Aérea es uno de los elementos clave de la defensa de Cataluña en caso de que esta comunidad consiga la independencia. Será una Fuerza pequeña, de andar por casa, con particularidades que llaman la atención: la lucha contraincendios o los rescates en mar y montaña serán el principal entrenamiento del personal militar de esa Fuerza Aérea. La Aviación catalana tendría su base en el aeropuerto leridano de Alguaire (con “espacios complementarios” en los aeropuertos de Girona, Reus y Sabadell) y en una primera fase (aproximadamente una década), contará con 1.600 efectivos.

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