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Junqueras dinamita la hoja de ruta de Mas: elecciones para proclamar la independencia
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PROPONE VARIAS LISTAS INDEPENDENTISTAS

Junqueras dinamita la hoja de ruta de Mas: elecciones para proclamar la independencia

El todoterreno de Mas era la hoja de ruta que había desgranado el pasado martes ante un auditorio repleto. Y ayer hizo lo propio Junqueras. Fue la contrarréplica

Foto: El líder de ERC, Oriol Junqueras. (Reuters)
El líder de ERC, Oriol Junqueras. (Reuters)

El presidente catalán, Artur Mas, iba tranquilamente por una autopista con su todoterreno recién salido de fábrica. De repente, el líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Oriol Junqueras, lo adelantó por la izquierda. A toda velocidad. El todoterreno de Mas era la hoja de ruta que había desgranado el pasado martes ante un auditorio repleto. Y ayer hizo lo propio Junqueras. Fue la contrarréplica más dura que ha tenido el president.

Porque Mas había dibujado con tiralíneas su estrategia, que preveía unas elecciones plebiscitarias a corto o medio plazo (sólo si hay una candidatura unitaria) y unas elecciones constituyentes de allí a 18 meses, que serían las primeras del nuevo Estado catalán. Entre ambas citas, un Gobierno de transición formado por candidatos de los partidos que apoyan el proceso independentista y por miembros de la “sociedad civil”.

Para Junqueras, eso es poco ambicioso. Demasiados plazos y demasiado tiempo. Lo que quiere son elecciones ya y proclamación de la independencia “cuanto antes”. Ya no vale con una consulta, un referéndum o unas elecciones plebiscitarias. La hoja de ruta del líder republicano pasa por considerar esas elecciones plebiscitarias como las de la constitución de la República Catalana.

El dirigente de ERC desveló, queriéndolo, su baza secreta, la que guardaba en la manga: los independentistas afirmaban que querían una consulta “no vinculante” el 9-N, pero eso no era verdad. En realidad, buscaban la excusa para proclamar la independencia aunque lo que hiciesen no fuese un referéndum ni, mucho menos, vinculante. “Esperábamos obtener un mandato democrático y ahora lo continuamos esperando. Pero ese mandato ya ha de venir de unas elecciones. No es necesario ya dilatar innecesariamente los tiempos. Queremos tener ese mandato con unas elecciones y un Gobierno de la máxima unidad posible”.

Junqueras pretende que ese Gobierno “desde el primer momento, tome decisiones muy relevantes como Estado. Ha de actuar como un Estado independiente. Muchas de las estructuras que necesitamos han de ser construidas, pero construirlas en el marco de un Estado español es imposible. Por eso, desde el primer momento el Gobierno que salga de las urnas ha de negociar la independencia y al mismo tiempo acabar de crear las estructuras necesarias. Al mismo tiempo que ejercemos, haremos el marco legal que nos permita acabar de construir nuestro Estado”, detalló el dirigente republicano. La hoja de ruta de Mas de un periodo de transición de 18 meses, pues, queda descartada por ERC.

Junqueras también señaló que ha de prepararse ya una Ley de Transitoriedad Jurídica “que diga que el marco de las leyes españolas seguirá vigente mientras no se vayan promulgando las leyes catalanas, porque todas las leyes que hay serán sustituidas progresivamente”. Además, quiere disponer como primeras iniciativas legislativas de una Ley de la Hacienda Pública y una Ley de la Seguridad Social, “estructuras indispensables. Si no las tenemos, estaremos bajo el control del Ministerio de Hacienda español. Y no podemos depender de la voluntad política arbitraria del ministro español. Además, la negociación y la creación de estructuras de Estado es muy difícil mientras dependemos de él financieramente”.

La máxima radicalización de Junqueras se debe, según aseguró, a que “la experiencia nos ha enseñado que en las negociaciones con España, el Estado siempre dice que no y cuando dice sí es para no cumplirlo. Y si la negociación nos enseña que la negociación no sirve para nada, hay que crear un marco de igual a igual. Y por eso, 0 desde el momento en que formemos el próximo Gobierno, Cataluña negociará como un país independiente”.

Invitados ilustres

Oriol Junqueras dio a conocer su hoja de ruta en un masivo acto que contó con la plana mayor de la dirección republicana. Acudió también el presidente de la Generalitat, Artur Mas –ambos se saludaron cordialmente antes y después de la conferencia–, que se sentó entre las dos damas de Esquerra: su secretaria general, Marta Rovira, y la portavoz, Anna Simó. El coordinador general de Convergència, Josep Rull, y el presidente del grupo parlamentario de CiU, Jordi Turull, también ocuparon asientos en primera fila. Ninguno de ellos aplaudió la intervención de Junqueras, devolviéndole la pelota (Junqueras tampoco había aplaudido la intervención de Mas una semana antes).

Al acto asistieron también el portavoz parlamentario del PSC, Maurici Lucena, el diputado ecosocialista David Compañón, el eurodiputado convergente Ramon Tremosa, el exdiputado de Solidaritat Alfons López Tena, el concejal Joan Laporta (aliado con ERC en el Ayuntamiento de Barcelona), el exdiputado socialista Joan Ignasi Elena (que ahora pilota su propia formación, Avancem), el presidente del Pacto Nacional por el Derecho a Decidir, Joan Rigol, el presidente de la patronal Pimec, Josep González, o las presidentas de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Carme Forcadell, y de Òmnium Cultural, Muriel Casals.

Fue un acto con estética muy diferente al de Artur Mas. Junqueras prescindió de atril y habló con tono pausado y dialéctica de profesor de universidad a los presentes en lo que más parecía un monólogo de El Club de la Comedia que un mitin político. Pero sus aportaciones, sabiamente estructuradas, fueron sobradamente aplaudidas por los presentes. Además, tuvo la osadía de no leer nada de su discurso y de hilvanar perfectamente un mensaje trufado de anécdotas personales, de profundas reflexiones filosóficas y de propuestas políticas para contrarrestar la iniciativa emprendida por Artur Mas la pasada semana.

Lo consiguió. En tono doctoral, sin mirarlo pero sabiendo todos que se refería a él, el líder republicano dinamitó todas las propuestas lanzadas por Mas una semana antes. Para Junqueras, las necesarias elecciones que el president debe convocar “cuanto antes” (insistió varias veces en ello) darían paso a un “Gobierno de unidad o Gobierno de concentración, como se le quiera llamar”. Y al actuar como Gobierno de un Estado independiente, habría de elaborar una Constitución catalana, "ratificando en referéndum esa Constitución, de hecho se está ratificando el proceso”.

Nada de candidatura única

La quimera del presidente catalán de formalizar una candidatura única también fue barrida de un plumazo. “La unidad de todos es más valiosa que la de unos cuantos”, enfatizó el republicano entre los aplausos de los suyos. Y explicó que “esta posible unidad ha de ser flexible necesariamente. Hay una unidad más amplia y más inclusiva [que la propuesta por Mas] que invita a todos a participar y que genera mayorías más amplias. (…) Puede haber una propuesta en este ámbito que puede atraer a mucha más gente. Tenemos la obligación de trabajarla y hacerla posible”.

Detalló, así, lo que considera que ha de ser la hoja de ruta de los independentistas, basada en cinco posibilidades. Una posibilidad sería que, en vez de una lista única, “las candidaturas compartieran una parte del nombre. Por ejemplo, Candidatura por la Independencia de… De esta manera, llevarían un elemento en común y una especificación para que la gente las identificara, y cada candidatura mantendría sus potenciales votantes”.

La segunda propuesta es que podría “haber un punto en el programa de los diferentes partidos que podría ser la proclamación de la independencia y que veríamos cómo se pondría de destacado”.

La tercera posibilidad es “realizar algún acto unitario de aquí a las elecciones –que han de ser cuanto antes– con todos los partidarios del proceso o los que incluyan ese punto en el programa. La campaña Ara o Mai (Ahora o nunca, impulsada por las organizaciones independentistas cívicas) es una campaña vigente incluso para después de las elecciones y podría ser el paraguas de las candidaturas y el lema bajo el que se haría ese gran acto conjunto”.

La cuarta propuesta es que los partidos del bloque soberanista se comprometan a que haya personas independientes y relevantes en sus listas “que han de tener el papel de correa de transmisión o de rótula entre la candidatura y las sensibilidades económicas y cívicas”.

Por último, la quinta propuesta es formar luego “un Gobierno de la máxima unidad posible, que agrupe a todo el abanico ideológico de nuestro país bajo un elemento común”.

Propuestas, pues, que sobrepasan en dureza y en urgencia a las de Artur Mas. Y, para el líder republicano, son imprescindibles, aunque paralelamente se tendrían que trabajar temas sociales y económicos y, esencialmente, luchar contra la corrupción porque “nos debilita moral y económicamente, ya que quiebra la confianza de los ciudadanos en las instituciones y la confianza de los inversores nacionales y extranjeros. Cuando se evade dinero o se deja de pagar, estamos escamoteando el dinero de los colegios de nuestros hijos, el dinero de los hospitales, el dinero de nuestros dependientes, el dinero de nuestros parados de larga duración e incluso el dinero que debería ser de las rebajas fiscales para nuestros empresarios. Por tanto, la lucha contra la corrupción ha de ser uno de los nervios de nuestro proceso y hemos de hacer que los corruptos respondan con sus patrimonios personales [de sus fechorías]”.

De ahí que acabase reclamando que “el futuro de nuestros hijos está mejor garantizado si el país está en manos de ellos que en manos de un Estado que no nos quiere. Dejémosles en herencia un país independiente, justo y limpio”.

El presidente catalán, Artur Mas, iba tranquilamente por una autopista con su todoterreno recién salido de fábrica. De repente, el líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Oriol Junqueras, lo adelantó por la izquierda. A toda velocidad. El todoterreno de Mas era la hoja de ruta que había desgranado el pasado martes ante un auditorio repleto. Y ayer hizo lo propio Junqueras. Fue la contrarréplica más dura que ha tenido el president.

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