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Acusaciones de corrupción, pucherazo y robo en la Asamblea Nacional Catalana
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CUESTIONAda FORCADELL, EXIGEN otros COMICIOS

Acusaciones de corrupción, pucherazo y robo en la Asamblea Nacional Catalana

El núcleo duro de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) comienza a agrietarse incluso antes de iniciar la recta final de la campaña del referéndum catalán

Foto: La presidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Carme Forcadell (EFE)
La presidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Carme Forcadell (EFE)

El núcleo duro de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) comienza a agrietarse incluso antes de iniciar la recta final de la campaña del referéndum independentista de Cataluña, previsto para el 9 de noviembre. Este mes de abril, la ANC aprobó su hoja de ruta para el próximo año y, en mayo, eligió nuevo secretariado, que vuelve a ser encabezado por Carme Forcadell.

Pero las desavenencias siguen marcando una organización sin ideología y cuyo único nexo de unión entre todos sus integrantes es la exigencia de la independencia: acusaciones de robo, corrupción, falta de crítica y de autocrítica e incluso de pucherazo en las elecciones celebradas el pasado mayo.

Por si fuera poco, dos corrientes internas han venido a sumarse a la batalla dialéctica dentro del independentismo. Una de ellas, que se fraguó definitivamente en diciembre pasado, es el colectivo Drassanes. La otra, creada a finales de este mes de abril, es el colectivo Essència, cuya principal función es “blindar a la presidenta de la ANC en el caso de que esta organización sea ilegalizada”.

Entre Drassanes y la dirección oficialista ya ha habido sus más y sus menos. En pleno proceso electoral interno, el colectivo fue acusado de “prácticas que impiden que el proceso electoral transcurra con la serenidad necesaria y garantice la igualdad de oportunidades a todos y todas las candidatas al Secretariado Nacional de la ANC”. Para Drassanes, estas acusaciones “no tienen ningún fundamento y no responden en absoluto a la realidad”.

Desde algunos sectores del independentismo se intenta disculpar los rifirrafes de esta corriente con la dirección oficialista. “En un mundo tan diverso como el nuestro, siempre hay gente que discrepa”, aseguran. Y, especialmente, si en ese colectivo hay nombres como el de Carles Castellanos, un hombre que en los años 80 fue detenido por sus vinculaciones con el terrorismo y uno de los personajes que ha pasado por más partidos y grupúsculos radicales de Cataluña. Castellanos, para algunos, es el perfecto follonero, el hombre que levanta discusiones donde antes había una balsa de aceite.

Agentes del CNI infiltrados

De hecho, desde algunos círculos de la dirección se ha extendido el rumor de que los miembros del colectivo Drassanes son “agentes del CNI infiltrados”, afirmación que disculpa un miembro de la dirección a El Confidencial. “Esta es una acusación que se acostumbra a hacer cuando ves que hacen lo contrario de lo que deberían y hacen daño a la organización”. Otro significado militante y ex alto cargo de un partido político, sin embargo, achaca este tipo de acusaciones a “las peleas internas que el independentismo catalán ha tenido a lo largo de su historia. Evidentemente, no tienen ni pies ni cabeza”.

Pero las críticas internas van mucho más allá. Los colectivos opositores denuncian ahora que las elecciones del 9 de mayo deben ser impugnadas por “numerosas irregularidades: mesas donde los presidentes de mesa decían a quién votar y ofrecían la lista en sobre cerrado; ‘recomendaciones’ a pie de urna y todo tipo de trampas que no queremos ni en la ANC ni en el referéndum del 9 de noviembre”. Y piden que haya unos nuevos comicios,unas acusaciones que ya hubo en las primeras elecciones.

El principal dirigente contra el que se dirigen los dardos es Pere Pugès, uno de los ‘cerebros’ en la sombra de la ANC y a quien se responsabiliza de “presuntas irregularidades”. Pugès tiene incluso un expediente abierto por el tema del descontrol que hubo en el congreso del Palau Sant Jordi, en el que se creó la ANC. En ese acto, desaparecieron 75.000 euros o, al menos, no fueron debidamente justificados. Los dardos también se dirigían hacia Oriol Salles, el tesorero de la Asamblea hasta hace semanas, que en estas elecciones no volvió a presentarse.

Las críticas a la ANC van mucho más allá y son más profundas que una mera acusación de mala gestión. Por ejemplo, a la organización se le echa en cara que no ha realizado ni un solo pronunciamiento sobre temas sociales. Pero es que, evidentemente, estos temas no existen en la hoja de ruta de la ANC.

La corrupción ‘inexistente’

Otra de las duras críticas que se le hacen desde colectivos internos es su “actitud indulgente hacia la corrupción catalana”. Los críticos incluso destacan unas declaraciones de la presidenta de la ANC, Carme Forcadell, a la emisora RAC1 en la que dijo que “no es cierto que haya corrupción catalana”. Los pepitos grillos de la Asamblea le recuerdan que “la corrupción catalana” existe y hay ejemplos más que evidentes: CDC tiene su sede embargada por el caso Palau, su extesorero está imputado por el mismo caso; su secretario general, Oriol Pujol, también está encausado por el caso ITV; el diputado y exalcalde de Lloret, Xavier Crespo, también está imputado por corrupción; incluso dos personalidades convergentes, Macià Alavedra y Lluís Prenafeta, son los principales acusados en la operación Pretoria. UDC, por su parte, tiene varios escándalos y condenas por desvío de fondos en los cursos de formación, el PSC también sale salpicado con el caso Mercurio, que obligó a dimitir al alcalde de Sabadell, Manuel Bustos, y al secretario de Organización, Dani Fernández, etcétera.

Por último, las tensiones internas afloran en el estadio de la ideología. Los opositores denuncian sin pelos en la lengua que “la ANC está dirigida actualmente por autonomistas reconvertidos que harán fracasar el proceso con un pacto fiscal”. En la Asamblea saben que “la consulta es imposible y la tumbará el TC. Entonces, ¿por qué se emperran la ANC, CDC y ERC en hacer una consulta que no se hará?”. Lo que piden los colectivos de oposición es que se exija directamente una declaración unilateral de independencia teniendo en cuenta que con los mecanismos legales en la mano jamás se podrá celebrar un referéndum.

El núcleo duro de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) comienza a agrietarse incluso antes de iniciar la recta final de la campaña del referéndum independentista de Cataluña, previsto para el 9 de noviembre. Este mes de abril, la ANC aprobó su hoja de ruta para el próximo año y, en mayo, eligió nuevo secretariado, que vuelve a ser encabezado por Carme Forcadell.

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