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Batalla abierta entre Gobierno y Generalitat para explicar fuera el ‘proceso’ catalán
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SÁNCHEZ-CAMACHO REUNIÓ AL CUERPO CONSULAR

Batalla abierta entre Gobierno y Generalitat para explicar fuera el ‘proceso’ catalán

Guerra de salones. Así puede entenderse la pugna entre Gobierno y Generalitat para dar a conocer el 'proceso' catalán a las legaciones diplomáticas

Foto: Alicia Sánchez-Camacho, en el Parlamento catalán. (Efe)
Alicia Sánchez-Camacho, en el Parlamento catalán. (Efe)

Guerra de salones. O batalla diplomática. Así puede entenderse la pugna que mantienen el Gobierno central y la Generalitat de Cataluña para dar a conocer el proceso catalán a las legaciones diplomáticas de todo el mundo en un particular pulso que se dirime entre bambalinas. Más allá de las cuestiones formalistas, a todos les interesa no sólo justificar sus posiciones, sino transmitir sensación de normalidad y, esencialmente, de seguridad jurídica.

De lo que no hay duda es de que el proceso catalán comienza a ser observado con atención por otros países. Simple curiosidad o preocupación, pero verdad incontrovertida. Hace dos días, Convergència i Unió (CiU) reconoció que tanto sus dirigentes como representantes de la Generalitat intentan multiplicar los contactos con embajadas y consulados extranjeros, puesto que todos están interesados en el proceso catalán. Pero el PP no se queda atrás: la propia presidenta 'popular' en Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, reunió hace un mes a todo el cuerpo consular para darles a conocer que el 'proceso' catalán no es tal, que cualquier movimiento de la Generalitat en este sentido es ilegal y contrario a la ley y que no se celebrará ninguna consulta independentista en un futuro inmediato, tal y como pretende Artur Mas.

Fuentes del PP han señalado a El Confidencial que el encuentro de Sánchez-Camacho se realizó después de comprobar la preocupación de algunas legaciones diplomáticas respecto a la inestabilidad que podría acarrear dicho proceso. “Lo que quieren los capitales extranjeros es garantías de que no va a pasar nada. Y sí hemos constatado sus preocupaciones sobre la continuidad de las empresas que invierten en nuestro país. Todos están pendientes de lo que pueda pasar y Alicia les ha transmitido la certeza de que aquí no va a pasar nada y que el mercado no sufrirá convulsiones”, explican fuentes populares a este diario. Por ello, además de la cumbre con el cuerpo consular, Sánchez-Camacho ha mantenido contactos directos con una quincena de embajadas y con la práctica totalidad de los cónsules europeos de manera individual.

Desde el PP han detectado que en los últimos meses ha habido “más visitas de embajadas y consulados a Cataluña”. Incluso el proceso catalán ha sido tratado ampliamente en los círculos del Partido Popular Europeo (PPE). Pero aseguran que se han despejado todas las dudas y que se han ofrecido garantías de que no ocurrirá nada extraordinario.

El interés extranjero

Por su parte, un destacado miembro de la cúpula de CiU confirma que el interés de las delegaciones extranjeras en España por el proceso catalán ha ido en aumento el último año y que tanto miembros de la coalición nacionalista como de la Generalitat han multiplicado sus reuniones con embajadores y consulados. “En situaciones como la actual, todo se magnifica y tienen interés en conocer la situación. Lo cierto es que nos consta que esas delegaciones extranjeras llaman a todas las fuentes para interesarse por la situación, o sea, que han mantenido contactos con la práctica totalidad de los partidos catalanes”, subrayan las fuentes consultadas.

Desde CiU aseguran que “todos preguntan por el proceso y tienen mucho interés en conocer nuestra opinión. Esto forma parte del momento que estamos viviendo”. En este contexto, añaden que el mensaje que trasladan los nacionalistas es de sensatez y de tranquilidad. “Se explica que lo que se busca es que nos dejen votar, única y exclusivamente. Y, además, les damos a conocer el pacto al que hemos llegado la mayoría de las fuerzas democráticas de Cataluña”. En otras palabras, lo que se traslada a las legaciones extranjeras es que la mayoría de los partidos catalanes -representantes de los dos tercios del Parlamento- han hecho un frente común para exigir una consulta democrática. “Siempre había habido interés por Cataluña, pero ahora se ha incrementado debido al proceso que hemos puesto en marcha”, indican las fuentes consultadas.

'En las embajadas se explica que lo que se busca es que nos dejen votar, única y exclusivamente', recalcan fuentes de CiU

Los nacionalistas admiten que sus tesis no son siempre bien recibidas, pero los argumentos que se ponen encima de la mesa a los representantes de otros países son los mismos que se emplean para justificar la estrategia del Gobierno catalán: hay vías legales para celebrar un referéndum y todo depende de la voluntad política del Gobierno español. Para ello, se entregan a embajadores y cónsules los informes del Consejo Asesor para la Transición Nacional (CATN) y se echa mano de otros estudios que dejan puertas abiertas al referéndum, como el último del Consejo de Garantías Estatutarias o la opinión de expertos españoles como el expresidentes del Consejo de Estado Francisco Rubio Llorente o Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón.

Hay un “punto negro” en estas tomas de contacto: la mayoría de los representantes extranjeros aluden a la evidencia de que Cataluña quedaría fuera de la UE si se culmina la secesión. Y desde la Generalitat intentan desviar la atención de esta evidencia justificando que un proceso negociado con el Gobierno central suavizaría las condiciones y podría dar pie a un periodo de transición en el que no se hiciese efectiva esa expulsión. Pero esta posibilidad queda, en realidad, relegada a una mera hipótesis, habida cuenta de que el Gobierno español no permitirá ningún marco legal que pueda llevar a la justificación del referéndum.

Al contrario, desde el PP, sin embargo, se enfatiza que “lo único que quieren saber los países extranjeros es si va a pasar algo y nosotros les hemos dado garantías de que no va a haber ningún cambio drástico. Las inversiones están aseguradas y no se producirá ninguna violación de la legalidad desde las instituciones catalanas”, aseguran en la cúpula popular.

Guerra de salones. O batalla diplomática. Así puede entenderse la pugna que mantienen el Gobierno central y la Generalitat de Cataluña para dar a conocer el proceso catalán a las legaciones diplomáticas de todo el mundo en un particular pulso que se dirime entre bambalinas. Más allá de las cuestiones formalistas, a todos les interesa no sólo justificar sus posiciones, sino transmitir sensación de normalidad y, esencialmente, de seguridad jurídica.

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