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La independencia catalana deslocalizaría el 25% de la industria española del automóvil
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CADA AÑO VENDE 300.000 VEHÍCULOS A LA UE

La independencia catalana deslocalizaría el 25% de la industria española del automóvil

El independentismo catalán no va sobre ruedas. La desconfianza del sector del automóvil en el proceso iniciado por Mas carece de cariz político

Foto: Embarque de coches con destino a China en el puerto de Barcelona. (Efe)
Embarque de coches con destino a China en el puerto de Barcelona. (Efe)

El independentismo catalán no va sobre ruedas. La desconfianza del sector del automóvil en el proceso iniciado por Artur Mas para demandar el derecho catalán a decidir carece de cariz político. Si uno guarda la cartera en el bolsillo pechero de un traje de marca, la cartera se coloca encima del corazón. Y, sobre el corazón independentista, la cartera dice que si Cataluña independiente no está dentro de la Unión Europea, cada coche que se exporte a los países comunitarios tendrá que pagar un arancel aduanero del 10%.

El 76,8% de los vehículos que exporta España se venden en la UE. Y el 25,73% de ellos se fabrica en Cataluña. Por tanto, aproximadamente 300.000 vehículos con ADN catalán salen cada año hacia Francia (30% de las exportaciones totales), Alemania (15,8%), Reino Unido (11,5%) o Italia (7,5%). Son datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), cuya memoria de 2012 (la última disponible) señala que España fabricó en ese ejercicio 1.979.179 vehículos.

Pero bajo la cartera también se encuentra el corazón. El proceso independentista apartaría automáticamente a Cataluña de la Unión Europea. Así lo advirtió, ya en septiembre del pasado año, el portavoz del Parlamento Europeo, Jaume Duch, quien añadió que, para adherirse después a la Unión, Cataluña debería primero alcanzar el estatus de Estado en Naciones Unidas, y lograr posteriormente el apoyo de dos terceras partes de su Consejo de Seguridad sin el veto de ningún país.

El 76% de los vehículos que exporta España se venden en la UE. Y el 25% de ellos se fabrica en Cataluña. Por tanto, aproximadamente 300.000 vehículos con ADN catalán salen cada año hacia Francia (30% de las exportaciones totales), Alemania (15%), Reino Unido (11%) o Italia (7%)

Eso sólo para empezar. Porque, además, debería alcanzar 28 acuerdos con los 28 gobiernos de la UE, el plácet de todos los países en una conferencia intergubernamental, ratificaciones parlamentarias de cada uno de los Estados miembros, y el posterior beneplácito del Parlamento Europeo.

Muy largo se lo fía Artur Mas, y el sector catalán del automóvil anda inquieto observando que España, con toda probabilidad, vetará a Escocia como ya lo hizo en su momento con Croacia. Y, por supuesto, jamás depararía un trato más comprensivo a una Cataluña independiente.

Planes para deslocalizar la producción

Fuentes del sector coinciden en señalar que las grandes marcas ya tienen los ojos puestos en República Checa para deslocalizar su producción en caso de que la apuesta soberanista prospere. El arancel aduanero del 10%, además, no sólo se aplicaría a los coches catalanes al traspasar la frontera pirenaica, también gravaría los vehículos exportados a España.

La deslocalización de esta industria supondría un duro golpe para el empleo en Cataluña. El 8,3% del trabajo en el sector industrial catalán recae en el automóvil. Exactamente 38.375 empleos directos, según datos de junio de 2012. La población ocupada asalariada del sector privado en la autonomía mediterránea es de casi dos millones de personas, según los últimos datos del Instituto de Estadística de Cataluña.

Fuentes del sector coinciden en señalar que las grandes marcas ya tienen los ojos puestos en República Checa para deslocalizar su producción en caso de que la apuesta soberanista prospere

La comunidad alberga dos importantes fábricas de Seat/Audi y Nissan. Solo la factoría Seat/Audi en Martorell ocupa a 12.000 personas, que en 2012 produjeron 277.343 automóviles. En la Zona Franca de Barcelona, Nissan emplea a 4.700 trabajadores.

La industria española del automóvil acaparaba el 16,1% de las exportaciones españolas en 2012. Aunque la crisis económica fue limando cada año la pujanza del sector tanto en el ámbito nacional como en el extranjero. Los 2.121.068 vehículos que vendió España fuera de nuestras fronteras en 2011, se vieron reducidos a 1.729.172 al año siguiente.

Esta misma semana, el presidente de Foment del Treball (la patronal catalana), Joaquim Gay de Montellà, escenificaba junto a Joan Rosell (CEOE) la expectación muy pudorosa y nada militante de los empresarios catalanes ante el conflicto: “Pedimos estabilidad para que no haya incertidumbres y que todo el mundo se sienta cómodo”. A buen entendedor…

El independentismo catalán no va sobre ruedas. La desconfianza del sector del automóvil en el proceso iniciado por Artur Mas para demandar el derecho catalán a decidir carece de cariz político. Si uno guarda la cartera en el bolsillo pechero de un traje de marca, la cartera se coloca encima del corazón. Y, sobre el corazón independentista, la cartera dice que si Cataluña independiente no está dentro de la Unión Europea, cada coche que se exporte a los países comunitarios tendrá que pagar un arancel aduanero del 10%.

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