Pere Navarro aleja a los socialistas catalanes del abismo independentista y de la secesión

Los socialistas catalanes votarán'No' a cualquier iniciativa de los nacionalistas catalanes que no lleve aparejada un acuerdo previo con el Gobierno de Madrid. El líder del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), Pere Navarro, logró que el Consejo Nacional de su partido, reunido en sesión extraordinaria, diese luz verde a sus tesis, por lo que la formación abandona claramente el bloque independentista donde se ubican CiU, ERC e ICV. El resultado fue demoledor: 258 votos a favor de su resolución frente a los 41 votos que apostaban por una resolución menos contundente y que dejaba la puerta abierta a sumarse a ese bloque.

Navarro advirtió ante la dirección socialista de que se había decidido a convocar al máximo órgano entre congresos para acabar con las contradicciones internas y con las divergencias públicas entre las diversas corrientes. Lo que quiere es que en nombre del PSC sólo se emita un mensaje: los socialistas votarán 'No' a cualquier iniciativa que antes no sea acordada y pactada con el Gobierno central. “Y ésta es una decisión que no ha de surgir del primer secretario [cargo oficial, equivalente al de secretario general], sino de la dirección. La decisión del PSC no la tomarán ni el PSOE ni otras fuerzas políticas ni los medios de comunicación, sino que la tomará el máximo órgano de su dirección”, explicó a los presentes.

Sesión política muy dura

La sesión fue dura. En el largo turno de intervenciones hubo incluso quien planteó que los críticos que defiendan públicamente posturas diferentes a las de la mayoría sean expulsados. A partir de ahora, pues, la postura oficial del PSC es clara y diáfana: si la consulta no se negocia con Madrid, los socialistas votarán siempre en contra, digan lo que digan los críticos.

Navarro recordó a los presentes que milita en el partido desde 1977, que su pasión política sigue intacta y que, tras ser elegido primer secretario, hizo entrar en la Ejecutiva a partidarios de todas las sensibilidades del PSC. Pero ahí sacó el látigo contra los críticos. “La existencia de posiciones diversas dentro del partido no puede originar un ruido permanente que desfigure la posición del partido. No puede ser que, desde esas posiciones divergentes, se deslegitime permanentemente las decisiones de los que no comparten sus opiniones. No hablo de tener un pensamiento único, pero sí de exhibir una unidad de acción clara. Hemos de estar a la altura de nuestra responsabilidad colectiva. Tenemos miles de afiliados y éstos pueden discrepar en temas concretos, pero se ha de tener una postura y una estrategia claras”.

Posicionamiento sin ambigüedades

Lo dejó muy claro ante la alta dirección: “Sin acuerdo no habrá consulta. Lo admitió el propio Artur Mas en Catalunya Ràdio, cuando dijo que no convocaría una consulta no acordada, sino que tenía la opción de ir a unas elecciones. Y estaba diciendo la verdad. Una consulta sin pactar no se puede convocar”. Por eso, criticó especialmente “el gran engaño de los que explican que quieren la consulta pero que nos llevan a un callejón sin salida. La hoja de ruta decidida por otros nos lleva a ese callejón. Pero hemos de ser nosotros los que decidamos qué queremos, cómo lo queremos y con quién lo queremos, sin equívocos, sin ambigüedades, con respeto a todos, a nuestro proyecto, a nuestra historia, a nuestros valores y siendo leales a los ciudadanos y ciudadanas de Cataluña”.

Y recordó a las corrientes internas del PSC que “hay gente aquí y fuera de aquí trabajando para que no haya choque de trenes ni callejón sin salida”. Para ello, subrayó que “el PSOE se ha comprometido. Lo hizo en Granada y lo ha hecho ahora en la conferencia política. Por si había dudas, esta conferencia fue la ratificación real y sincera del espíritu de Granada”.

El líder del PSC puso más argumentos encima del atril: “¿Cómo es posible que si nos impusimos la condición de tener los dos tercios del Parlament para aprobar el Estatuto, cómo podemos pensar ahora que con un apoyo más pequeño se aprobarán cambios importantes?”, dijo Navarro ante el consejo nacional. Y rechazó la propuesta de los tres partidos del bloque secesionista de presentar en el Congreso una resolución reclamando que el Gobierno central aplique el artículo 150.2 de la Constitución. Es decir, que delegue la responsabilidad de convocar referéndums en la Generalitat de Cataluña y así ésta pueda convocar la consulta independentista. Y dirigiéndose a los sectores críticos del PSC, que sí están a favor de esta estrategia, espetó: “¿Pero de qué sirve llevar una resolución como ésta al Congreso de los Diputados sin haberla negociado previamente para que sea tomada en consideración? ¿Es que hemos olvidado el plan Ibarretxe? Pedir en el Congreso la aplicación del artículo 150.2 sin haberlo pactado antes es un camino que está destinado al fracaso, útil tan sólo para los que quieren un portazo, para los que quieren sumar argumentos para la independencia”, subrayó.

Mientras Navarro se dirigía a los presentes, sus hombres quemaban los últimos cartuchos para negociar con representantes de las dos corrientes críticas del PSC una resolución conjunta, que finalmente no se llegó a producir. En realidad, el comienzo del consejo nacional del PSC se retrasó más de una hora a la espera de poder alcanzar un acuerdo, y cuando ya parecía evidente que no se iba a producir éste, dio comienzo la reunión con el discurso del líder.