Una subasta deja los semáforos barceloneses en la senda de la basura de Madrid

Los semáforos de Barcelona están en cuarentena. Al menos, hasta final de año. A partir de entonces, ya veremos cómo funcionan... si es que funcionan. Eso es lo que, a grandes rasgos, vaticina toda la oposición en bloque. Resulta que el alcalde, el convergente Xavier Trias, ha sacado a concurso el mantenimiento de los semáforos y ganó una compañía que realizó una oferta que rebajaba un 52% el presupuesto previsto para el mantenimiento.

En otras palabras, lo que le pagará el Ayuntamiento a esta empresa no le dará, ni de lejos, para abonar el sueldo a sus trabajadores. Pero luego la misma empresa ha de disponer de fondos para acometer un servicio que requiere de gran calidad y para afrontar las más que probables sustituciones de lámparas o de mobiliario urbano que requiere el trabajo o para mantener una infraestructura mínimamente decente.

¿Podrá la compañía Teva SL garantizar que los semáforos funcionen correctamente a partir del 1 de enero? El servicio de mantenimiento de semáforos en una ciudad atestada de vehículos y con una gran densidad de tráfico fue dividido en dos lotes. El primero tiene un presupuesto de cinco millones, que con el IVA se sitúa en más de 6,1. El segundo fue presupuestado en casi 4,3 millones, que con el IVA ascendía a casi 5,2. El primer lote ya ha sido adjudicado en 3,9 millones (IVA incluido) y el segundo, en menos de 2,5 (IVA incluido). La alarma proviene de las pujas inusualmente bajas que se realizaron mediante una subasta electrónica, la primera con una bajada del 36% y la segunda, del 52%. En algunos sectores de la oposición ya comienza a hablarse de bajas temerarias en las subastas, que puede acabar con un problema como el de la limpieza en Madrid.

De lo que no cabe ninguna duda, sin embargo, es de que toda la oposición se ha alarmado por el concurso. Este, impulsado por Joan Delort (que había sido secretario de Seguridad de la Generalitat de Cataluña con el tripartito, mantenido luego por CiU en puestos de asesoría en la Consejería de Interior y traspasado más tarde al Ayuntamiento como gerente de Prevención, Seguridad y Movilidad), es el primero de estas características que se realiza en forma de subasta electrónica, lo que ha añadido más sospechas a todo el proceso.

“La adjudicación se tenía que haber hecho en septiembre, pero hubo problemas de impugnaciones y se prorrogó el actual contrato hasta el 31 de diciembre. En el concurso, sin embargo, hemos detectado muchas incongruencias y fallos”, dice a El Confidencial Pedro de la Fuente, responsable de la Federación de Industria de CCOO en la comarca del Barcelonès. Este sindicato se reunió esta semana con todos los grupos municipales, excepto con CiU, para hablar del tema. Para Comisiones, existen varios puntos oscuros en todo el proceso. Primero, que el Ayuntamiento eligió a un comité de expertos que valorase las ofertas. “Ahí viene la primera sorpresa. En algunas ofertas que entraban mucho en detalles y que estaban suficientemente explicadas, incluso alabadas por miembros del comité, se les daba una valoración de un punto sobre dos. Y a otras que sólo incluían cuestiones generales, se les daba 1,9 puntos”.

Insuficiente para pagar los sueldos

Pero hay más: es obligatorio que la empresa adjudicataria subrogue los 34 trabajadores que hacen posible que los semáforos funcionen. Sin embargo, el consistorio no incluyó esta cláusula en las prescripciones. Para el Ayuntamiento, “quien debe conocer la ley son las empresas adjudicatarias, por lo que no es obligatorio expresarlo por escrito”. Pero para el sindicato “la ley dice que se ha de poner en las cláusulas, por lo que le pedimos que lo incluya. Más que nada, para que la empresa que se haga cargo del servicio sepa qué personal va a tener a su cargo y la masa salarial”.

Aquí está uno de los grandes problemas que habrá. En el segundo lote, que fue adjudicado a Teva, la rebaja es muy elevada: un 52%. “¿Eso quiere decir que hasta ahora el Ayuntamiento ha estado tirando el dinero? No. Lo que pasa es que la compañía no prevé asegurar los puestos de trabajo. Es más: nos ha dado a entender que quiere despedir a la mitad de la plantilla. Pero no se puede aceptar una oferta que está por debajo del salario de los trabajadores ni se puede garantizar un servicio de calidad con la mitad de esta”, asegura el responsable de Industria de CCOO.

Y no es para menos: el contrato es por dos años y sólo la masa salarial se acerca a 1,4 millones anuales, por lo que el coste salarial ya llega a los 2,7 millones. Si el Ayuntamiento paga sólo 2.060.000 euros, será imposible poder pagar ni siquiera las nóminas. “Hemos de tener en cuenta que también se ha de pagar el mantenimiento del servicio, cambiar las bombillas que no funcionan o preparar los semáforos”, añade Óscar Ramírez, concejal del Partido Popular (PP). Y De la Fuente subraya que la compañía, que es de fuera de Cataluña, “ha de buscar una nave, ha de contratar vehículos, etcétera. ¿Con qué dinero lo pagará?”.

Óscar Ramírez reconoce que, normalmente, en las adjudicaciones públicas se ha de tener en cuenta el mantenimiento de los puestos de trabajo. “Pero con el concurso que se ha celebrado en Barcelona, hay dos cuestiones que nos preocupan: la calidad del servicio que se dará a partir de enero; y además, es posible que se pueda poner en riesgo la seguridad ciudadana”.

Fuentes del Ayuntamiento barcelonés, por su parte, manifestaron a El Confidencial que “la adjudicación se hizo a la mejor oferta y que además ofrece garantías en la prestación del servicio. El pliego de cláusulas establece garantías en la prestación del servicio y la calidad, pero no ha de entrar en la organización de los prestatarios. El tema de la plantilla es de su responsabilidad. Lo único que podemos garantizar es que el concurso se ha realizado dentro de los parámetros de la contratación pública y que velaremos por que se cumplan escrupulosamente los índices de calidad que ha habido hasta el momento”.

“Trias vulnera su normativa”

Desde las filas socialistas, sin embargo, se acusa al Ayuntamiento de vulnerar sus propias normas. “La subasta electrónica fue introducida por Jordi Hereu, pero se había pensado y realizado siempre para suministros, nunca para servicios. Además, hace tres o cuatro años, cuando ya se había hecho patente la crisis, se aprobó una normativa para evitar precisamente el trabajo en precario, ya fuese dentro de las adjudicaciones o como subcontrataciones. Con ello, se pretendían evitar abusos como este, en el que peligran los puestos de trabajo. Y si el Ayuntamiento no obliga a realizar la subrogación de trabajadores, estará vulnerando su propia normativa, ya que esta no ha sido derogada”, dicen fuentes del PSC a este diario. Los socialistas llevarán el tema a la próxima reunión de la comisión correspondiente, paso previo para su discusión en el pleno municipal.

Y Ramírez enfatiza que “quizá la subasta electrónica no sea el medio más idóneo para adjudicar este tipo de servicios, porque puede ir muy bien para comprar impresoras, pero no para contratar el servicio de mantenimiento de los semáforos”. Para Pedro de la Fuente, Teva fue precisamente “la única compañía licitadora de las siete que compitieron que no detallaba el número de trabajadores para realizar el servicio. Pero querer reducir tan brutalmente la plantilla es una actitud irresponsable”.

Un acta levantada por el Ayuntamiento de Barcelona detalla, asimismo, otro problema: en el primer lote, la compañía Teva, adjudicataria del segundo, también había realizado una oferta muy baja, pero al ser una subasta electrónica, llegó… ¡cinco segundos tarde! La empresa ha pedido que se vuelva a repetir la subasta.

El acta municipal, que firma el propio Delort, indica textualmente: “Teva, además, presentó en el registro de entrada un escrito (….) en el que alega que dentro del tiempo de subasta se había introducido una última oferta que mejoraba sensiblemente la anterior, pero que el retardo del servidor y/o la velocidad de comunicación hicieron que se considerase fuera de plazo. Por este motivo, solicita la repetición de la subasta correspondiente al lote 1”. Delort pidió informes a la compañía responsable del soporte técnico y esta verificó que dicha subasta “se desarrolló con normalidad y no hubo irregularidades técnicas en el funcionamiento de la herramienta informática”.