Generalitat y Método 3 negociaron cómo espiar al jefe informático del Tripartito

La polémica agencia de detectives Método 3 intentó colarse en la Presidencia de la Generalitat aprovechando que allí cumplía funciones de director general de Análisis y Prospectiva Xavier Martorell, un amigo de la casa. Y no solamente eso: estaba dispuesta a extenderle gratis un “certificado de Método 3 de sala protegida anti-escuchas”, lo que no deja de tener su guasa si se tiene en cuenta que la oferta proviene de una agencia que precisamente se hizo famosa por efectuar una escucha en un reservado de un restaurante y realizó un presupuesto para rastrear todo el ordenador del anterior jefe de Informática de la Generalitat con el Tripartito.

Su punta de lanza, pues, era Xavier Martorell, que mantenía estrechas relaciones con la agencia, era amigo íntimo de su director, Francisco Horacio Marco, y, por si fuera poco, conducía un coche de lujo pagado por Método 3.La intención de Martorell al llegar a la Generalitat era establecer una especiede CNI al margen de los Mossos d’Esquadra, que dependen dela Consejería de Interior. Y para ello, quería contar con la participación de agentes externos a la Administración. De ahí que intentase hacer que Método 3, con la que había trabajado codo con codo cuando era director de Seguridad del FC Barcelona, fuese uno de los puntales de esa labor.

Según documentación en poder de El Confidencial, Método 3 envió varios presupuestos a Presidencia para ser aprobados. En uno de ellos, fechado el 4 de enero de 2012, señala un “plan de trabajo” que comenzaba: “Según reunión mantenida con los señores clientes, se propone establecer el siguiente plan de trabajo”.

Detallabaa continuación que lo que pretendía era penetrar los “dispositivos de almacenamiento de la ‘Work Station’ del antiguo Coordinador de Informática de la Consejería de Presidencia”. En otras palabras, conocer lo que se había realizado con el ordenador del cargo de confianza del anterior Gobierno asignado en el departamento de informática. El segundo punto tampoco tenía desperdicio: “Análisis forense de las imágenes adquiridas con el fin de determinar si desde el mismo se han realizado copias externas de información confidencial o se han realizado conductas inapropiadas con documentación sensible”.

De lo que se trataba, según señala un experto informático a El Confidencial, era de hacer “un análisis de un ordenador para, mediante ciencia forense localizar evidencias de cualquier tipo de actuación realizada desde el mismo, ver las conexiones de dispositivos como USB y el almacenamiento remoto el centro de datos, como el de los Backup, copias de Seguridad de donde también se pueden extraer evidencias digitales. Normalmente para “requisar” un ordenador de un trabajador y analizarlo es requerido un secretario judicial o un notario que garantice que no se alteran los originales”.La propuesta, pues, hace referencia alanálisis de un ordenador personal para saber todo lo que ha hecho una persona en el mismo.

El plan de trabajo incluía, además, el “análisis de la correspondencia temporal de los registros de historiales de acceso al CPD con los registros de historiales de inicialización de soportes a través del aplicativo ‘Backup Exec 12.5 for Windows Servers’”. El presupuesto de estos servicios ascendía a 10.500 euros, a los que habría que añadir el IVA correspondiente.

Fuentes del Gobierno consultadas por El Confidencial señalan que “el problema con que nos encontramos era la falta de presupuesto, por lo que muchas cosas que pretendíamos hacer no pudieron llevarse a cabo porque no había dinero”.

Tres proyectos estupendos

Pero no era la primera incursión que pretendía Método 3 para infiltrarse en la Administración. El 27 de junio del 2011, Francisco Horacio Marco se reunió con representantes de Presidencia de la Generalitat para intentar trabajar a tope con la Administración. Ese mes, le hizo llegar a Xavier Martorell tres presupuestos con nombres curiosos: Proyecto Mercurio, Proyecto Saturno y Proyecto Júpiter. El propio Marco dio la orden a sus subordinados para imprimirlos, “montar en bonito” y llevar “en mano” a Xavier Martorell urgentemente.

El Proyecto Mercurio era un servicio “de investigación” presupuestado en 37.650 euros (más IVA, lo que totalizaría 44.427 euros) en una primera fase, que luego se convertiría en una cuota mensual de 5.400 euros, que con el IVA se dispararían a 6.372. Un auténtico chollo: la factura anual se elevaría a 76.464 euros.

En ese proyecto se incluía el “diseño del sistema de protección de teléfonos móviles, Blackberrys, Iphones y HTC de 30 personas, escalable a 100 personas” (con el correspondiente aumento de precio, en ese supuesto). Y también preveía la “puesta en marcha del sistema de encriptación en rack individual protegido 24 horas, 7 días a la semana, 365 días mediante sistemas biométricos en lugar oculto”. Por último, se añadía “la limpieza, protección y puesta en funcionamiento del software de 30 aparatos”.

Para el sistema de “protección” de teléfonos, la agencia vendía a la Generalitat un “hardware especial suizo” por 12.250 euros y para la puesta en marcha de la encriptación cobraba 20.000 euros. Al margen, cargaría 5.400 euros mensuales por las 30 licencias y a 160 euros la licencia adicional.

Precio especial para Convergència

El Proyecto Saturno era exactamente igual, pero contemplaba una compensación para el partido, es decir, para Convergència Democràtica de Catalunya (CDC). En este caso, el “hardware especial suizo” le costaría sólo 8.250 euros (en vez de los 12.250), la puesta en marcha se reduciría a 6.000 euros (en vez de los 20.000), las 30 licencias le costarían cada mes 4.500 euros (5.310 euros) y las licencias adicionales, 140 euros. Para CDC, pues, el precio de las licencias anuales ascendería a 63.720 euros, lo que representa una rebaja de casi 13.000 euros respecto al anterior presupuesto. Pero en la documentación que se le hizo llegar a Presidencia se especificaba que estos precios se cobrarían “si se ponen en marcha ambos sistemas (C+P) a la vez”. Las siglas entre paréntesis hacen referencia a Generalitat + Partido.

Curiosamente, ambos presupuestos contienen un revelador párrafo: “En el supuesto de que el cliente anule unilateralmente la investigación acordada, Método 3 facturará a 125 euros la hora de investigación y a 850 euros el día de seguimiento ya practicados más los gastos incurridos; para ello, detallará lo realizado hasta el momento del cierre de la investigación”.

El Proyecto Júpiter, por su parte, preveía vender a la Generalitat un inhibidor GSM 3G 32 W “el único fiable para mantener reuniones con inhibiciones de todas las frecuencias españolas con rango de uso en toda la sala”. El precio de este aparato, 6.500 euros. Además, dotaría a Presidencia de un inhibidor de cámaras de 1.200 Ghz y 2.400 Ghz porque “cada vez más, existen periodistas u empresarios que graban con cámara oculta las conversaciones. Esta unidad bloqueará al receptor del vídeo”. Su precio, 1.850 euros. Por si fuera poco, también quería colar al Gobierno un “inhibidor de micrófonos y grabadores de voz. Se trata del sistema israelita de ‘ruido blanco’ que enturbia mediante una frecuencia espectral muy amplia cualquier tipo de escucha en radios de frecuencua de 300 hz a 3kh7”. Precio: 1.400 euros.

El proyecto se completaba con un “certificado de Método 3 de sala protegida anti-escuchas”, una revisión trimestral de los equipos (ambas sin cargo) y una revisión semestral “mediante barridos electrónicos” con un precio de 3.000 euros por cada barrido. El presupuesto total de la oferta, pues, era de 12.750 euros (15.045 euros con IVA) y luego le quedarían 6.000 euros anuales de las revisiones semestrales (7.080 euros con el impuesto).

En Presidencia del Gobierno, sin embargo, niegan tener conocimiento de las maniobras de Xavier Martorell con Método 3. Sólo reconocen que el director general encargó un informe de 367 páginas sobre la “Búsqueda de oportunidades y riesgos de Cataluña”, por el que se pagaron alrededor de 40.000 euros, aunque no corresponde a la polémica agencia de detectives.