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Los socialistas apuntan: Trias financió sus campañas con dinero negro del Palau
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MAS COMPARECE HOY EN COMISIÓN PARLAMENTARIA

Los socialistas apuntan: Trias financió sus campañas con dinero negro del Palau

El Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) afirma que, en su anterior comparecencia, Antoni Vives, actual teniente de alcalde de Barcelona, mintió

Foto: El presidente de la Generalitat, Artur Mas, la presidenta del Parlament, Nuria de Gispert y el alcalde de Barcelona, Xavier Trias . (EFE)
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, la presidenta del Parlament, Nuria de Gispert y el alcalde de Barcelona, Xavier Trias . (EFE)

Mentir o no mentir. He ahí la cuestión. Resulta que Antoni Vives, actual teniente de alcalde de Barcelona, no dijo la verdad ante el Parlamento catalán. O eso le reprocha ahora el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), que es el principal partido opositor en el consistorio de la capital catalana y en el Parlamento autonómico. Los socialistas afirman que, en su anterior comparecencia, Vives mintió. Ymentir en sede parlamentaria es muy grave. Vives había sido llamado a la comisión parlamentaria de investigación del caso Palau en calidad de exdirector de la Fundación Trias Fargas, es decir, la fundación oficial de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC).

Durante la jornada de ayer, hubo reuniones a alto nivel de los socialistas para decidir si solicitaban una nueva comparecencia de Vives, pero de momento han preferido esperar a ver en qué acaba la comparecencia de hoy del presidentArtur Mas ante la Comisión de Asuntos Institucionales, donde ha de dar explicaciones sobre el escándalo.

De rebote, el PSC prepara una ofensiva para demostrar que algunas de las últimas campañas de Xavier Trias, actual alcalde de Barcelona, fueron sufragadas con fondos ilegales, la mayor parte de ellos provenientes del Palau de la Música, entonces presidido por el corrupto Fèlix Millet.

De momento, hay sospechas de que la campaña Imagina BCN que llevó a cabo Xavier Trias en el año 2006 fue pagada con dinero que provenía del Palau de la Música. Esta campaña, previa a las municipales del 2007, fue presentada en mayo del 2006 en las propias dependencias del Palau. Según algunas fuentes, CDC no pagó nada por utilizar las dependencias de la institución musical, además de recibir fondos adicionales a través de la fundación Trias Fargas. Según un informe elaborado por los socialistas, el propio Trias habría admitido en octubre del 2009 que la campaña Imagina BCN fue financiada por la fundación conjuntamente con el partido. El dossier de la campaña, además, corrió a cargo de la primera.

Ni una sola prueba

Pero el gran escándalo llegó después, cuando se supo que la Fundación de CDC había recibido más de 600.000 euros del Palau de la Música supuestamente para promocionar la cultura catalana. A Vives se le preguntó por esto en el Parlamento y aseguró que los fondos se habían gastado en acciones de promoción de la cultura catalana, como actuaciones en casals, fiestas populares, actos del partido y esponsorización poético-musicales de Núria Feliu. Pero no aportó ni una prueba, ni una factura, ni un documento.

La venganza es un plato que se sirve frío. Y como no pudo aportar ni una prueba de actividad alguna de la Fundación en la que se hubiera invertido el dinero que el Palau le había dado, la oposición concluye (igual que el juez y el fiscal) que lo que recibía la Fundación de CDC era la mordida por la adjudicación de obra pública. Por tanto, Vives mintió en sede parlamentaria, dicen desde la oposición.

Ésta es otra más de las maniobras poco claras que Convergència y sus dirigentes han realizado en los últimos tiempos para tratar de desvincular a CDC con el Palau, porque si se demuestran tan sólo algunas acusaciones que se formulan por parte de la fiscalía o de algunas acusaciones particulares, algunos dirigentes convergentes se enfrentarían a serías penas. Y, además, políticamente podría salir tocada la cúpula del partido, lo que equivale a decir, hoy en día, la cúpula del Gobierno catalán.

De estas maniobras poco claras tendrá que dar cuenta hoy Artur Mas en la Comisión de Asuntos Institucionales. La oposición quiere que el president explique el presunto enriquecimiento de Convergència a través del Palau en pleno parlamentario. Por algo, tanto el juez como el fiscal han avalado que se embargase la sede de CDC para responder de 3,2 millones de euros en concepto de responsabilidad civil, ya que hay indicios de que se llevó bajo mano más de 5 millones de euros en comisiones ilegales durante años. Y eso incluso cuando CDC estaba en la oposición y gobernaba el Tripartito. Lo que pasa es que las obras ya habían sido adjudicadas y se había establecido un calendario de pagos a largo plazo.

Quién es quién

Los actores que salen en esta tragicomedia son contados con los dedos de la mano. Y todos ellos están comprometidos políticamente. ¿Y quién es cada uno de estos personajes? Artur Mas o Xavier Trias son harto conocidos. Además, eran amigos personales del corrupto presidente del Palau, aunque ahora intenten ocultarlo. Aparte de las relaciones políticas y personales que cuidaban en Barcelona, todos los veranos se reunían en Menorca para disfrutar juntos de sus vacaciones. Y de los contactos y la cercanía que había entre ellos dan fe abundantes documentos epistolares que fueron incautados en el Palau de la Música.

Fotografía de archivo de fèlix millet a su llegada a los juzgados. (efe)El presidente de esta institución, Fèlix Millet, también es de sobras conocido. Era el factótum, el representante de una de las principales familias de Cataluña que había dispuesto que el territorio fuera su cortijo. Pero, además, era uno de los prohombres alineados con el poder, es decir, con Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), el partido hacia el que se desviaron millones de euros en comisiones mientras él presidía el Palau de la Música y cobraba comisiones por ello.

Y aunque él lo niegue y el partido lo niegue, era un convergente de pro. Le pudo el ego, porque en una selecta lista de 32 personalidades catalanas para apoyar a Convergència en el año 95, cuando Miquel Roca optaba a ser alcalde de Barcelona para desbancar a Pasqual Maragall, su nombre era uno de los elegidos. Se calificaba entonces como “promotor cultural”, lo mismo que el histórico militante convergente y hombre de negocios Josep Espar Ticó. Y en esa lista figuraban cantantes como Montserrat Caballé, Núria Feliu, Jordi Tardà, Santi Arisa o Tete Montoliu, pintores como Modest Cuixart, Maria Assumpció Raventós o Joan Josep Tharrats, escritores como Marta Pesarrodona o Joan Triadú, historiadores como Ainaud de Lasarte o actrices como Teresa Gimpera. Un elenco elegido milimétricamente para impactar en el electorado. Pero a pesar de ese elitista cartel, Roca no pudo hacer nada frente al monstruoso Maragall.

Millet pertenecía a esa burguesía que siempre se ha mantenido arriba. Pero la historia de Antoni Vives, el mandamás de la Fundación de CDC, es otra cosa. En los años 80, siendo poco más que un adolescente, comenzó a militar en el Moviment de Defensa de la Terra (MDT), una de cuyas facciones fue entonces la rama política de la organización terrorista Terra Lliure. En esa década, cambió de bando y se afilió al grupúsculo Acció Catalana (AC), fundado por Max Cahner, el primer consejero de Cultura que tuvo Jordi Pujol. En 1994, AC se integró en Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). En 1998, este grupúsculo abandona ERC y Vives se pasa a Convergència.

Una carrera meteórica

Su carrera, desde entonces, es meteórica y paralela al peso que va adquiriendo en CDC y a la confianza que le otorga su líder. Artur Mas, que era consejero de Economía en el 2000, le nombra secretario general de Planificación Económica y asume competencias de lo que era la dirección general de Planificación Operativa de Presidencia. Un año después (Mas es promovido a conseller en cap por Jordi Pujol), es nombrado secretario del Gobierno de la Generalitat. En el 2003, Mas, que comenzaba a tomar las riendas de CDC, le nombra director general de la Fundación Ramon Trias Fargas, al mismo tiempo que le mete en las listas del Ayuntamiento de Barcelona. Repite en todas las elecciones. En el ínterin, se afilia a la independentista plataforma Sobirania i Progrés. Pero su etapa más candente es hasta 2007, cuando compaginaba su cargo de concejal con el de presidente de la Fundación de CDC.

La oposición afirma que hay la “singular coincidencia” de que la mayoría de los convenios suscritos entre el Palau y la Fundación de CDC son de la época en la que Antoni Vives era director general de ésta. Ello, unido a las fundadas sospechas de que las comisiones que pasaban por el Palau servían para financiar a Convergència, constituye una llamativa radiografía de la relación del principal partido nacionalista con la institución musical.

Mentir o no mentir. He ahí la cuestión. Resulta que Antoni Vives, actual teniente de alcalde de Barcelona, no dijo la verdad ante el Parlamento catalán. O eso le reprocha ahora el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), que es el principal partido opositor en el consistorio de la capital catalana y en el Parlamento autonómico. Los socialistas afirman que, en su anterior comparecencia, Vives mintió. Ymentir en sede parlamentaria es muy grave. Vives había sido llamado a la comisión parlamentaria de investigación del caso Palau en calidad de exdirector de la Fundación Trias Fargas, es decir, la fundación oficial de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC).

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