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Una negociación contrarreloj evitó la foto de Duran testificando por corrupción
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ERC Y LOS TALIBANES DE CDC, A POR EL DEMOCRISTIANO

Una negociación contrarreloj evitó la foto de Duran testificando por corrupción

Una negociación contrarreloj evitó la fotografía de los principales dirigentes de Unió Democràtica de Catalunya (UDC) en el banquillo declarando por uno de los casos de

Foto: Una negociación contrarreloj evitó la foto de Duran testificando por corrupción
Una negociación contrarreloj evitó la foto de Duran testificando por corrupción

Una negociación contrarreloj evitó la fotografía de los principales dirigentes de Unió Democràtica de Catalunya (UDC) en el banquillo declarando por uno de los casos de corrupción que hizo correr más tinta en Cataluña durante los últimos tres lustros. Y es que el juicio del conocido caso Pallerols amenazaba al propio Josep Antoni Duran Lleida, que debía comparecer como testigo por la presunta financiación ilegal de su partido. Junto a él, también estaba citado a declarar el diputado en el Congreso Josep Sánchez Llibre. Una estampa de la cúpula de Unió sentada en ese banquillo y publicada en la portada de los principales diarios habría sido un golpe de efecto difícil de digerir.

“Lo que se ha intentado es evitar la foto en el banquillo en un caso de corrupción que es paradigmático. Pero se han equivocado en los tempos. Tenían que haber negociado la sentencia antes y no esperar al último día para llegar a un acuerdo con la Fiscalía. Alguien ha cometido un fallo garrafal permitiendo que el tema llegase vivo a día de hoy”, dice a El Confidencial una fuente conocedora de los entresijos del asunto.

El escándalo estalló en 1999, cuando se acusó al empresario Fidel Pallerols de recibir casi 9 millones de euros de fondos destinados a la formación de parados a través de sus academias, que iban destinados a todo menos a la formación. Entre otras cosas, Pallerols pagó el alquiler de sedes democristianas y amuebló enteramente algunas de ellas, además de pagar a gente que, en realidad, trabajaba para el partido. En el banquillo de los acusados se sentaban también Vicenç Gavaldà, exsecretario de Organización de UDC, su hermano, Lluís Gavaldà, que era director general de Empleo (o sea, el que le daba el dinero público), y el militante democristiano Santiago Vallvé. Vicenç Gavaldà fue expulsado posteriormente de Unió. También estaban acusadas la esposa del empresario, María Cruz Guerrero, y la exsecretaria general de la Consejería de Trabajo, la democristiana Marta Llorens.

En UDC reconocen que ha habido fallos en la gestión del caso Pallerols y ahora el principal problema es cómo maniobrar para que el escándalo no mine la imagen de su líder, Josep Antoni Duran Lleida. Porque los errores, en política, siempre pasan factura. Y Duran anunció que dimitiría sin ninguna duda si se llegaba a demostrar que su partido había recibido fondos públicos de esa trama. Ha pasado más de una década de esas declaraciones y ahora los acusados y Unió pactaron con el fiscal la devolución del dinero a cambio de una petición de condena que les exonerase de ingresar en prisión, reconociendo, por tanto, que Unió ha recibido fondos públicos irregulares. El partido, además, devolverá más de 338.000 euros, que son los fondos que supuestamente le pasó Pallerols.

Las disculpas de UDC

Un comunicado de la formación hecho público ayer por la mañana señala que UDC “no ha sido nunca directamente imputada” y argumenta que el pacto con la Fiscalía “refleja su responsabilidad civil a título gratuito, posición que corresponde legalmente a quien, actuando de buena fe y con desconocimiento de la comisión de los actos ilícitos se beneficia de sus efectos, motivo por el cual se ha retornado el importe entre las partes”. Y subraya que “en consecuencia, la dirección de Unió jamás recibió ni tuvo conocimiento de los hechos”. También destaca que “no por responsabilidad penal, sino civil subsidiaria, Unió devolverá un dinero a la Administración, situación que no se ha producido nunca en ningún otro caso”.

Pero el tema ha servido para que los viejos enemigos de Duran pasen cuentas. Aunque toda la oposición se ha echado encima, los ataques más peligrosos partieron de la propia Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). El propio consejero de Territorio y Sostenibilidad, Santi Vila, fue el primero en atizar el fuego de la hoguera en la que los soberanistas quieren sacrificar al líder democristiano. El consejero no quiso valorar si se han de exigir responsabilidades políticas, pero dejó bien claro que es “absolutamente necesario que Unió dé explicaciones”.

Más contundente fue el portavoz adjunto de ERC en el Parlamento, Oriol Amorós, que emplazó al democristiano a “cumplir la palabra dada y asumir responsabilidades políticas”. Amorós recordó que en el caso Treball, algunos dirigentes de Unió ya fueron condenados (aunque posteriormente el Gobierno central los indultó) y que se ha cerrado “con un partido reconociendo que se ha financiado de forma ilegal. Por tanto, esto exige una rectificación y la asunción de responsabilidades políticas”.

No es de extrañar que sus compañeros de armas pidan su cabeza, y especialmente ERC. De hecho, Duran es la bestia negra de los republicanos, ya que durante las semanas que el líder de CiU, Artur Mas, negoció el pacto de legislatura con el líder de Esquerra, Oriol Junqueras, aquel fue el ojo vigilante para que las concesiones a los republicanos fuesen las mínimas. Es más: cada vez que Artur Mas se había de ver con Junqueras, antes pasaba cuentas con Duran, que le presionaba y le aleccionaba para ceder lo menos posible. Y eso es una actitud que en ERC no le perdonarán nunca.

De momento, Duran desaparecerá un tiempo de escena ya que iniciará un viaje de varios días a Chile, donde tiene previsto participar desde este viernes en unas jornadas internacionales sobre el pensamiento humanista cristiano. Al país sudamericano viaja como presidente de UDC.

Una negociación contrarreloj evitó la fotografía de los principales dirigentes de Unió Democràtica de Catalunya (UDC) en el banquillo declarando por uno de los casos de corrupción que hizo correr más tinta en Cataluña durante los últimos tres lustros. Y es que el juicio del conocido caso Pallerols amenazaba al propio Josep Antoni Duran Lleida, que debía comparecer como testigo por la presunta financiación ilegal de su partido. Junto a él, también estaba citado a declarar el diputado en el Congreso Josep Sánchez Llibre. Una estampa de la cúpula de Unió sentada en ese banquillo y publicada en la portada de los principales diarios habría sido un golpe de efecto difícil de digerir.

Josep Antoni Duran Lleida