Mas esgrime la “debilidad” de España para no bajarse del carro independentista

A perro flaco, todo son pulgas. Es, hoy por hoy, el refrán que mejor se adapta a la actualidad de España. Porque a los problemas económicos de la propia Administración General del Estado se le añaden los vaivenes de los mercados y, a estos, los problemas con los socios europeos, que piden y exigen una política más austera y recorte sobre recorte. Pero no se acaba ahí la cosa, ya que aún se le puede añadir el mayor sarpullido de las últimas décadas: el levantamiento de los nacionalistas catalanes exigiendo primero un pacto fiscal similar al concierto económico del País Vasco y Navarra y, ahora, el referéndum independentista.

La idea de la estrategia nacionalista la condensa una frase pronunciada por un alto dirigente de Convergencia i Unió (CiU) en conversación con El Confidencial: “Ara és l’hora (Ahora es el momento)”. No tendría mayor importancia si no fuese por su contexto político. Porque se refiere a que ahora es el momento de hacer presión para que Cataluña pueda tener opción a disponer de un Estado propio. O, en palabras más llanas, de ser independiente. En diferentes términos, si el Gobierno español no tuviese otros frentes abiertos, habría sido más difícil que los nacionalistas catalanes pusieran sobre la mesa un órdago de estas características.

El propio presidente catalán, Artur Mas, ha reconocido en algunos círculos que, de hecho, en estos momentos Cataluña tiene más opciones de alcanzar la independencia por “la situación de debilidad que tiene el Estado español”. Y no se ha cortado a la hora de exponer esta idea en determinados círculos, ante los que ha expuesto su programa. Fuentes cercanas al president señalan a El Confidencial que ”no negamos que en algún momento se haya referido a la debilidad del Estado como una de las variables de nuestra apuesta soberanista”.

Pero otra cosa son las circunstancias que han llevado a CiU a plantear abiertamente una secesión. ”La situación actual responde a la sentencia del TC sobre el Estatuto, luego a nuestra promesa en las elecciones del 2010 de lograr un pacto fiscal, luego a la tremenda manifestación del 11 de septiembre y, por último, a la negativa de Mariano Rajoy a discutir el pacto fiscal. Es decir, no ha habido ninguna improvisación en la postura de CiU. Hace dos años, cuando apostábamos por el pacto fiscal, no pensábamos que España estaría tan mal o tan débil en estos momentos. Pero las circunstancias que han provocado nuestra apuesta por el Estado propio hay que buscarlas especialmente en los últimos acontecimientos, es decir, en la manifestación del 11 de septiembre, y en el portazo de Mariano Rajoy a hablar del pacto fiscal”, explican las citadas fuentes.

Para la oposición, no obstante, existe una “evidente” correlación entre la debilidad de España y las reivindicaciones independentistas. “Lo tienen muy interiorizado. Aprovechan la crisis económica para sacar partido”, subrayan a este diario fuentes del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC). Para el principal partido de la oposición, “la misma debilidad de España la tiene Cataluña, porque los problemas del Gobierno central son idénticos a los problemas del Gobierno autonómico”. Sin embargo, reconocen que el mensaje cala en la sociedad, aunque advierten de que ”si creen que apelando a la debilidad de España van a llevar adelante su proceso es que han perdido la cabeza. En realidad, lo que han provocado ya es la fractura social y existe un alto riesgo de fractura nacional. O Artur Mas no tiene un espejo donde mirarse o es que se ha creído sus mentiras”.

Los socialistas enfatizan que “el Gobierno catalán está intervenido de facto, no ha asumido el papel regulador que le corresponde y quiere sustituir el papel del Gobierno español por el de la UE”.

En similares términos se pronuncian fuentes del Partido Popular (PP). Y van más allá: aprovechan para denostar las afirmaciones nacionalistas de que la marca España es negativa, cuestión en la que han hecho hincapié, durante las últimas semanas, tanto CiU como ERC. ”Es mucho más potente que la marca Cataluña. En el mundo entero se conoce a España y no a Cataluña. Lo que pasa es que, en su delirio independentista, los nacionalistas no ven la realidad”, explican fuentes populares consultadas por El Confidencial.

Encuentro con Friends of Europe

La polémica llega justamente cuando Artur Mas viaja a Bruselas a exponer su hoja de ruta en unas jornadas organizadas por el think tank Friends of Europe. La oposición carga contra el President por extender su mensaje independentista más allá de las fronteras catalanas en plena precampaña electoral. La semana pasada, viajó a Moscú. Esta semana, a Bruselas.

Desde fuentes del entorno de Mas, se quita hierro al asunto. “El de Moscú era un viaje eminentemente económico. Se ha hecho una campaña en toda regla de que no fue recibido por autoridades de alto nivel, pero lo que se pretendía era establecer contactos con la principal empresa gasista rusa y con operadores turísticos. No había una agenda diplomática, ni se pretendía que así fuese, porque no era un viaje político, sino puramente comercial. Aparte de que se había agendado hace casi un año, se programó un acto en el que, en principio, no iba a haber prensa y al final se presentaron 36 periodistas”, explican a este diario fuentes cercanas a Mas.

En Bruselas, la participación del President en el foro Friends of Europe estaba ya prevista hace tiempo. “Lo que queríamos era que participase en las jornadas de Friends of Europe, que es el lobby más potente de Europa. No era fácil, pero lo conseguimos. El viaje, por tanto, ha tenido un éxito clarísimo. Pero es mentira que se quisiera entrevistar con personalidades europeas. Entre otras cosas, porque si participaba en una sesión del lobby más potente de Bruselas no lo íbamos a matar con visitas privadas”, añaden las mismas fuentes.

Desde la oposición, no obstante, se aprovecha para denunciar la “obsesiva” agenda “internacionalista” del President. ”Quiere que se le escuche en los foros internacionales y hasta ahora lo único que se ha llevado son desaires. Nadie le presta atención y los dirigentes políticos internacionales de cierto nivel no le reciben. De momento, ha perdido ya la batalla internacional”, argumenta un miembro de la dirección del PP a este diario.