Susana Díaz prepara un gran baño de militancia antes de precipitar su candidatura

Susana Díaz sigue con el foco puesto desde que hace dos semanas rompiera más de cuatro meses de silencio. Ella es la que manda en el PSOE, con permiso de la gestora socialista. Ha vuelto a la escena nacional, se vuelve a pasear por Madrid arropada por los barones y viejas glorias socialistas, ha compartido mesa con Felipe González y le queda volver a lo que dicen que mejor se le da, el mitin. Los socialistas andaluces preparan con mucho secretismo, y sin querer confirmar más datos, un gran acto que está previsto en Jaén el próximo 16 de diciembre.

Tras meses en los que sus críticos han tratado de evidenciar que la andaluza tiene el apoyo del aparato pero que no cuenta con el favor de la militancia, los socialistas andaluces están dispuestos a demostrar lo contrario. Por eso ya han llamado a una movilización masiva. Quieren enseñar músculo después de que Pedro Sánchez haya arrancado su gira en Valencia mientras sopesa si será candidato en unas primarias para liderar el PSOE.

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Víctor Romero. Valencia

Aunque el guion oficial insiste en que primero es el qué, el proyecto, y después quiénes, el liderazgo, cada vez Susana Díaz recibe más presiones para que no demore el congreso hasta verano. Además tiene encima a la oposición andaluza. La partitura del socialismo andaluz apuntaba a mayo como fecha primera para convocar el congreso. Se antoja ahora un periodo demasiado largo. Marzo comienza a barajarse por sectores del PSOE como plazo tope. El debate político se saldaría en ese caso sin conferencia política y con las reflexiones de los grupos de trabajo de expertos ya en marcha.

En ese caso, Susana Díaz podría adelantar la confirmación de su candidatura a las próximas semanas. Ese gran mitin de diciembre, unos días antes de un comité federal que despejará el calendario, sería un buen escenario, admiten fuentes del PSOE. Ella piensa seguir compaginando la presidencia de la Junta y la secretaría general de los socialistas hasta que haya elecciones, insisten los suyos. “Al menos unos meses”, apuntan otros. Es quizás lo que más temen de esta complicada operación para llegar a Ferraz. La clave es amarrar el apoyo del PSC y conseguir descabalgar a Pedro Sánchez.

Una provincia sin críticos

La provincia elegida es Jaén, una de las más fuertes y cohesionadas en el socialismo andaluz. El secretario general de los socialistas jiennenses, Paco Reyes, se ha convertido en uno de los mejores aliados de Díaz. Hasta el punto de que pocos dudan en el PSOE que sería Reyes quien asumiría el liderazgo en Andalucía si la presidenta de la Junta desembarca en Ferraz. El socialista jiennense estuvo contra Susana Díaz y José Antonio Griñán pero tras la sucesión en la Junta, la dirigente socialista supo ganarse su confianza y atraerlo como firme aliado. Reyes recibió en su día la oferta de incorporarse al Gobierno andaluz pero prefirió quedarse en la Diputación de Jaén. Desde entonces se especula con que la dirigente andaluza dejará el Ejecutivo en manos de alguien del PSOE de Sevilla y el partido se lo encomendará a Reyes.

El dirigente del PSOE jiennense, un pupilo aventajado del antes todopoderoso Gaspar Zarrías que ya hace años que camina solo, ha sido de los poco líderes provinciales en Andalucía que ha visitado agrupaciones para oír a la militancia quejarse amargamente del daño por la abstención frente al PP de Mariano Rajoy. Pese a que su provincia es una de las más cohesionadas y sin apenas corrientes críticas, dio orden de arrancar esa ‘terapia’ poco después de la dimisión de Pedro Sánchez. Otros líderes provinciales andaluces, mucho más débiles internamente, han preferido ignorar los pronunciamientos de asambleas locales exigiendo el congreso federal cuanto antes y rechazando la abstención a Rajoy.

La situación interna del PSOE andaluz está siendo movida en Málaga, Granada, Cádiz o Sevilla, donde agrupaciones tan poderosas como Dos Hermanas o Alcalá de Guadaíra le han doblado el brazo a la dirección provincial. El alcalde de Dos Hermanas, el histórico Francisco Toscano, es el principal enemigo de Díaz en el PSOE andaluz. Hay fieles que han advertido a Susana Díaz que no se confíe con el apoyo de la militancia en unas primarias. Su equipo sigue creyendo que lo tiene todo controlado.

Reuniones en alto secreto

Desde San Vicente, la casa de los socialistas andaluces, andan con pies de plomo. Incluso se celebran reuniones de alto nivel con dirigentes de otros territorios en Sevilla pero fuera de la sede para evitar que trasciendan. Solo Máximo Díaz-Cano y Juan Cornejo, aseguran desde el PSOE-A, están en el corazón de una operación diseñada al milímetro. Susana Díaz ha optado por mantener una agenda pública mucho más institucional que orgánica. El objetivo es limar su imagen de ‘killer’ socialista tras la pelea a muerte con Pedro Sánchez y reforzar su perfil de gestora como presidenta de Andalucía.

A dirigentes del PSOE-A les ha llamado la atención la premura con la que se ha organizado ese gran mitin cuando aseguran que la agenda de la presidenta en los últimos tiempos “tiene mucho de improvisación”. El ambiente interno de interinidad y el vértigo por la sucesión de Susana Díaz han disparado las especulaciones sobre la posibilidad de que la andaluza aproveche ese gran acto para avanzar un paso más en su candidatura para liderar el PSOE. Su entorno guarda total silencio.

La incertidumbre se ha apoderado del Gobierno andaluz y de los cuadros del PSOE-A por más que Díaz niegue su sucesión en la Junta a corto plazo

Dos semanas después de que la presidenta andaluza acudiera a los platós de Telecinco y La Sexta, sus apariciones públicas se han multiplicado. No solo su agenda como presidenta está siempre llena de actos, también su presencia en actos como el almuerzo de Felipe González, el desayuno del alcalde de Huelva o la presentación del libro el hijo de Guillermo Fernández Vara han servido para reforzar el papel que quieren para ella sus valedores, como la única líder que reúne las condiciones para ponerse al frente del partido. Exactamente como ocurrió en Andalucía en 2013.

Toda esta agenda ha disparado la tensión en las filas del PSOE andaluz y también en su Gobierno. Esta semana se celebró pleno del Parlamento y, aunque no lo quieran, el tema de conversación más presente es el salto de la presidenta andaluza a Ferraz. En sus filas crece la inquietud aunque pocos se atreven a trasladárselo directamente. Ya se sabe que su plan pasa por compatibilizar la presidencia de la Junta con la secretaría general del PSOE-A y hasta en las filas de su propio Ejecutivo hay dudas sobre si mantener ese doblete va a ser posible a medio plazo. Desde su entorno más cercano, insisten en que no se hablará de sucesión porque Susana Díaz “va a quedarse mucho tiempo en Andalucía”. Por más que intenten controlar los tiempos, lo tienen complicado. Ya hay quinielas. La oposición no para de martillear acusando a Díaz de estar a medias en su Gobierno. Rajoy no descarta convocar elecciones si su débil Eejcutivo no saca adelante los Presupuestos. El ambiente político sigue siendo muy volátil y la incertidumbre se adueña de todo. Tanto que el milimétrico plan diseñado por el PSOE andaluz puede estar sujeto a cambios.