El sonado divorcio vasco-andaluz: la primera gran herida que tiene que curar el PSOE

El PSOE se niega a reproducir el guion de 'Ocho apellidos vascos'. Si la buena sintonía entre socialistas vascos y andaluces había sido la tónica tradicional en el partido hasta ahora, eso también se ha quebrado. Solo Eduardo Madina, que se ha convertido en un hombre clave en el núcleo de Susana Díaz, y que precisamente es un político que no ha tenido nunca el apoyo de los cuadros del PSE en su carrera política, se salva. Es llamativo que en estos días de resaca tras la monumental bronca del pasado sábado, los socialistas andaluces más próximos a la presidenta hablan con “amargura” y “decepción” del papel de Patxi López. Niegan que haya actuado como mediador y lamentan que se posicionara hasta el último minuto con Pedro Sánchez.

Los acontecimientos se suceden deprisa. Este martes en el Congreso de los Diputados ya se vieron gestos conciliadores. En un rincón, Madina y López compartieron conversación. Todos son conscientes de que hay que dejar atrás los roces y avanzar sin rencores. De hecho, al exlendakari, que ha sido tibio en sus pronunciamientos públicos durante esta guerra, ya se le ha podido oír en privado desmarcarse de la estrategia que siguió el llamado ‘comando Luena’, en alusión al anterior secretario de Organización, y alinearse con las posiciones de la nueva gestora. En las filas del socialismo andaluz aseguran que el expresidente de la Cámara Baja les defraudó en su papel, aparentemente estaba mediando pero en realidad “se dedicaba a echar leña al fuego”. Lo cierto es que López se convirtió en el único socialista con talla y considerado como referente para muchos militantes que ha permanecido hasta el final al lado de Pedro Sánchez. Lo señalan como el único veterano que legitimó su estrategia hasta el final, aunque él no fue de los que salieron corriendo a votar en la urna que Ferraz colocó escondida tras una mampara en el comité federal y, de hecho, mostró su disgusto y protestó.

El duro juego de Ares

Además, su hombre de confianza, Rodolfo Ares, jugó un papel clave que fue determinante en el discurrir de los acontecimientos el sábado negro del PSOE. Un papel que, insisten fuentes cercanas a López, “a veces compartió y otras veces no”. Ares, un político veterano y correoso, al que muchos socialistas admiran por cómo lideró las negociaciones con ETA, se midió a la socialista sevillana Verónica Pérez, que como presidenta de la mesa del comité federal se había plantado días antes en Ferraz a proclamar que ella era la “única autoridad del PSOE”. Las negociaciones en privado de ambos fueron tan duras que cuentan que la alcaldesa de L’Hospitalet, Núria Marín, alineada con la entonces ejecutiva federal ‘en funciones’, llegó a actuar como árbitro y a pedirle a Ares que aflojara en algunos momentos. Los audios que ha difundido la SER del comité federal muestran el alto voltaje del cruce verbal entre Pérez y Ares, que peleaban por imponerse y dirigir el debate interno.

Los socialistas andaluces cargan contra el exlendakari por no haber mediado de verdad en el conflicto y haber dado alas a Pedro Sánchez

Durante nueve horas, hasta que alrededor de las seis de la tarde se produjo el surrealista momento de la votación en la urna tras una mampara, que precipitó el estallido final y la dimisión de Sánchez, Ares mantuvo inflexible el pulso frente a la socialista sevillana íntima de Susana Díaz. Los socialistas andaluces consideran que Patxi López, el único que hubiera podido pedir al socialista vasco, en el núcleo duro del exsecretario general, que aflojara, y convencer a Pedro Sánchez de que buscara salidas intermedias, no ha jugado el papel que le presuponían. Hay mucha “decepción” con un socialista que, como a todos los que vienen de Euskadi, siempre goza de un plus de legitimidad y cariño ante sus compañeros. Tampoco comprenden que López no influyera en Idoia Mendia para que, ante el desenlace de la batalla, abriera puentes con Susana Díaz y el lado de los críticos. Fue una de las líderes territoriales que se mantuvieron firmes hasta el final sin ni siquiera dar posibilidad de diálogo.

El discípulo de Chaves

Ha llamado la atención el tono de las quejas de los dirigentes andaluces por el papel jugado por Patxi López. Sobre todo porque durante las últimas semanas es verdad que hubo veteranos del partido que acudieron a él para que tratara de convencer a Pedro Sánchez de que no llegara tan lejos y echara el freno en su huida hacia delante. López siempre había sido muy querido en Andalucía y ha tenido una relación muy estrecha con el expresidente Manuel Chaves, que siempre lo ha cuidado y protegido como una especie de discípulo. “Patxi hizo de Patxi”, tratan de mediar los veteranos para defender que el político vasco tiene un carácter tibio que rehúye los conflictos, que es su naturaleza política y que es necesario restablecer puentes cuanto antes.

Los socialistas andaluces creen además que el socialismo vasco debe jugar un papel activo para tratar de negociar o influir en el PNV. Es la carta que quieren jugar para aliviar la presión, a la vez que preparan el camino para explicar una abstención que les da mucho miedo por la situación interna del partido, por que acreciente la quiebra, rompa el grupo parlamentario y por los efectos colaterales que pueda tener en los gobiernos autonómicos. Es cierto que la pérdida de un escaño a favor de Bildu impide que el PNV y el PSE sumen mayoría absoluta. Los socialistas no son necesarios, pero en los cuarteles el PSOE andaluz creen que sí se puede influir. Si el PNV vota a favor de Rajoy, solo haría falta un voto más para desbloquear el Ejecutivo. Un voto que creen que sería fácil de encontrar y que permitiría el ‘milagro’ político que ahorraría al PSOE retratarse junto al PP en un momento interno tan delicado. En privado, admiten que son conjeturas con poca base, pero en las que se entretienen algunos para tratar de cambiar el foco.

Los detractores de Susana Díaz creen que tratan de erosionar a López para evitar que se consolide como una tercera vía tras el desgaste de la líder andaluza

Los detractores de Susana Díaz y de la estrategia orquestada para arrinconar a Sánchez con las dimisiones de la ejecutiva aseguran que las críticas que se han vertido contra Patxi López son fruto de una actitud política muy polarizada, “casi sectaria”. “Aquí ya se sabe que es ‘o conmigo o contra mí’, y solo se lee en esa clave”, señala un socialista con muchos trienios que ha elegido permanecer al margen de los bandos. Otros creen que las descalificaciones se dirigen a desprestigiar al político vasco en un momento en que la imagen de la baronesa socialista ha quedado “muy tocada” tras la batalla y muchos socialistas defienden una tercera vía.

Quienes conocen al diputado vasco niegan que tenga aspiraciones o vaya a postularse para nada. “Quienes piensen eso no lo conocen. Él no ha peleado sus cargos, no es su personalidad ni su forma de estar en política. Ha estado en el lugar y el sitio adecuados en muchas ocasiones, pero no tiene ambiciones”, retrata un veterano dirigente que presume de conocerlo muy bien. El mismo que advierte de que precisamente en el PSOE andaluz lo que falta es “la sensatez” de socialistas como el expresidente del Congreso. El divorcio del socialismo andaluz, que siempre se ha erigido en garante de los equilibrios internos, con el PSE es una de los primeras costuras por hacer.