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Diez despedidos contra el gigante Ikea: contratos por meses y 326 euros
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Diez despedidos contra el gigante Ikea: contratos por meses y 326 euros

La multinacional se enfrenta hoy en Sevilla a un acto de conciliación ante una demanda por despido nulo y por cesión ilegal de mano de obra mediante una subcontrata

Foto: Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

El gigante sueco del mueble Ikea ocupa la mayoría de las marquesinas de los autobuses en Sevilla. Su catálogo se publicita como un superventas, “uno de los libros más leídos del mundo”. La tienda que abrió en la capital andaluza bate récords. Doce años después de la apertura en el Aljarafe sevillano acreditan una trayectoria imbatible en ventas y visitantes. Son un importante motor económico y de empleo para la zona. Durante su décimo aniversario, la compañía celebró sus 32 millones de clientes y su plantilla de 351 personas. Todo sobre ruedas. Pero 10 trabajadores de la tienda dan cuenta de otra realidad bien distinta a esa de los anuncios publicitarios que venden todo tipo de familias felices en casas reales.

Estos 10 antiguos empleados están citados este martes en Sevilla, en un organismo de arbitraje de la Consejería de Empleo, para un acto de conciliación. Demandan a Ikea Ibérica S.A. por “despido nulo o subsidiariamente improcedente” y “por cesión ilegal de mano de obra”. Los más veteranos acreditan una antigüedad de 14 años. Otros comenzaron a trabajar en 2010. Todos pertenecían a una empresa subcontratada por la multinacional y ejercían en la plantilla como peones, según los datos de la demanda.

Peones como en plantilla

La empresa CM Auxiliares, antes Canton M Servicios, es quien les daba de alta en la Seguridad Social y pagaba sus nóminas. Pero estos trabajadores niegan que fueran sus auténticos jefes. Quieren acreditar que trabajaban como uno más en la plantilla de Ikea. “Mis superiores jerárquicos eran de la empresa Ikea y de ellos recibíamos directamente órdenes. Para ello cuento con centenares de correos electrónicos de mis ‘jefes”, relata uno de los afectados. Un testimonio en el que insisten el resto de compañeros. “Todos los medios materiales puestos a mi disposición en mi lugar de trabajo son pertenecientes a Ikea, y era esa empresa la que nos daba los turnos y marcaba nuestra jornada de trabajo”, relatan en la demanda que defiende el letrado Francisco de Borja Ortas, de Bidón Abogados.

El abogado de estos trabajadores defiende, en contra de la versión de la empresa sueca, que “nos encontramos ante una auténtica cesión ilegal de trabajadores”. “Los reclamantes desarrollan unas tareas propias e inherentes al personal de peón en el centro de trabajo de Ikea, con los mismos medios y horarios que el resto de personal de la compañía”, recoge la demanda. Lo que difería era el salario. La subcontrata pagaba en algunos casos muy por debajo del precio fijado por convenio para grandes almacenes. En turnos rotatorios y con tres tipos de jornadas de 12, nueve y seis horas. Sin cobrar festivos, pese a trabajar en domingos, nocturnidad ni horas extra. El convenio colectivo de grandes almacenes habla de 14.206 euros anuales, un salario mensual de 1.183 euros y 39,46 euros al día. La realidad de estos trabajadores ha sido en ocasiones, cumpliendo jornadas de más de 40 horas semanales, de nóminas de 326 euros al mes, cuando correspondían 1.162 euros. Los trabajadores reclaman a la compañía 16.859 euros en total por estos desfases.

"Ikea Sevilla está al margen de toda relación laboral con los trabajadores de la empresa CM Auxiliares y no puede intervenir en las decisiones que se tomen desde dicha empresa". Esta es la respuesta oficial de la multinacional, que insiste en que la responsabilidad es de la subcontrata. Estos trabajadores tampoco han cobrado la indemnización correspondiente de 20 días por año trabajado. La empresa CM Auxiliares se declaró insolvente. Los trabajadores recibieron una carta el pasado 23 de junio advirtiendo de la extinción de su contrato el 7 de julio. La empresa justifica el expediente de regulación de empleo, que ha puesto en la calle a toda la plantilla de 16 trabajadores, en que Ikea era “su único cliente y única fuente de ingresos”. “Motivo que lleva a proceder a la extinción de todos los contratos de trabajo, al cesar su actividad y no tener más cliente, y por tanto sin posibilidad de reubicación”, escriben en la carta de despido.

Cumpliendo jornadas de más de 40 horas semanales, hay nóminas de 326 euros al mes, cuando les correspondían 1.162 euros

El abogado de los trabajadores insiste en que externalizar servicios es perfectamente legal y defiende, por ejemplo, el caso seguido en la logística y el transporte o en los montajes de cocinas. “Son las empresas que contratan quienes dirigen el trabajo y aportan los medios a sus empleados. En este caso no. Aquí estamos ante una empresa, sin estructura ni solvencia, que se ciñe a dar de alta al trabajador y pagar la nómina, nada más”, apunta el letrado. El peón repone estanterías, ordena la tienda, clasifica los productos y repone los carros y bolsas, entre otras tareas. Los trabajadores aseguran que sus jefes en la tienda sabían de las condiciones que estaban soportando e incluso en alguna ocasión les pidieron tiempo para regularizar la situación. Muchos estuvieron años encadenando contratos temporales cada mes, con altas y bajas mensuales, “mientras se encubría una relación laboral indefinida”. El abogado cree que cuando Ikea se dio cuenta de que la situación se les había ido de las manos, procedió a rescindir el contrato y subcontratar a una nueva empresa, Seringlobal Servicios SL, en este caso también demandada por no haber subrogado y reubicado a los trabajadores. “Ahora Ikea se lava las manos, pero ahí entra en juego su responsabilidad, porque esto es a todas luces una cesión ilegal de mano de obra”, apunta Ortas, que reclama a la empresa que incorpore en plantilla y readmita a los trabajadores. La multinacional niega nada más allá de una subcontrata, mientras lanza su nuevo catálogo por todo lo alto. La tienda estaba ayer lunes, como siempre, a rebosar.

El gigante sueco del mueble Ikea ocupa la mayoría de las marquesinas de los autobuses en Sevilla. Su catálogo se publicita como un superventas, “uno de los libros más leídos del mundo”. La tienda que abrió en la capital andaluza bate récords. Doce años después de la apertura en el Aljarafe sevillano acreditan una trayectoria imbatible en ventas y visitantes. Son un importante motor económico y de empleo para la zona. Durante su décimo aniversario, la compañía celebró sus 32 millones de clientes y su plantilla de 351 personas. Todo sobre ruedas. Pero 10 trabajadores de la tienda dan cuenta de otra realidad bien distinta a esa de los anuncios publicitarios que venden todo tipo de familias felices en casas reales.

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