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Garrigues Walker: "Nadie debería asustarse de terceras elecciones: no sería un drama"
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Garrigues Walker: "Nadie debería asustarse de terceras elecciones: no sería un drama"

El jurista y político radiografía la convulsa política española y estadounidense. "Me irrita la tendencia a magnificar nuestros problemas, la situación es mejor que en Alemania, Reino Unido o Francia"

Foto: Antonio Garrigues Walker, en un momento de la entrevista. (Agustín Rivera)
Antonio Garrigues Walker, en un momento de la entrevista. (Agustín Rivera)

Fue de los primeros chalés que se construyeron en Sotogrande. De eso hace ya 45 años. Situado en la zona más alta de la selecta urbanización de San Roque, el espléndido jardín de la Casa de las Palabras acogía representaciones de obras de teatro. Antonio Garrigues Walker (Madrid, 1934) ha escrito este año ‘El saber de nuestro tiempo’, una metáfora de la realidad actual. El abogado, presidente de honor del bufete Garrigues, el despacho que más factura y de más prestigio de España, según ‘Forbes’, es un renacentista amante de la cultura y de las relaciones internacionales. En una entrevista concedida a El Confidencial radiografía la convulsa política española y estadounidense. De ambas es un experto: en los ochenta fundó el PDL (Partido Demócrata Liberal) y ha sido presidente del Consejo España-Estados Unidos, fundado en 1995.

A Garrigues Walker no le gustaría que se convocaran unas terceras elecciones, pero considera que no sería “ni un fracaso, ni un drama excesivo”. “Aunque habría un impacto económico y sociológico, nadie debería asustarse demasiado; que nadie piense que haya que tomar decisiones drásticas”, proclama. “Es verdad que no sería un dato positivo y espero, como todo el mundo, que no las haya, pero tendrían como ventaja una renovación profunda del estamento político en España. Sería una lección definitiva para que se den cuenta que su credibilidad ha descendido a los abismos. Yo creo que todavía no han desarrollado capacidad de diálogo. Este es un país donde los intereses meramente personales prevalecen sobre los auténticos de un pueblo. Acabaremos aprendiendo y seremos un país sensato, prudente y válido”.

“Me irrita profundamente esa tendencia española a magnificar nuestros problemas sin hacer un mínimo ejercicio comparativo”, sostiene el abogado, optimista, con todo, sobre la situación del país: “Sigue siendo claramente mejor que la de otros países europeos como Alemania, que sufre el drama de los refugiados y el terrorismo. Y no digamos nada si nos comparamos con Francia y el auge de la ultraderecha; Reino Unido, que vive el Brexit de una manera realmente dramática, con una auténtica brecha generacional, con los jóvenes que no quieren aislarse del continente. E Italia, con una economía que se está deteriorando por culpa de la crisis bancaria”.

La madre de Garrigues Walker era estadounidense (Helen Anne Walker, hija del que había sido ingeniero jefe de ITT en España). Su padre, Antonio Garrigues Díaz-Cañabate, fallecido en 2004 a la edad de 100 años, creador junto con su hermano Joaquín del influyente despacho de abogados, fue embajador de España en Estados Unidos y la Santa Sede. También ministro de Justicia con Arias Navarro. Él ha viajado constantemente a Estados Unidos. Conoce a la perfección el país y quiere hablar sobre todo de la encrucijada electoral entre Hillary Clinton y Donald Trump.

Sus amigos norteamericanos hablan con Garrigues y le piden disculpas. ¿Disculpas de qué? “Se disculpan de cómo hemos llegado a este momento y eso demuestra la convulsión histórica y sociológica que estamos viviendo. Lo que sí veo son datos inequívocos de que Estados Unidos inicia una carrera hacia una superación del bipartidismo y eso sería un gran cambio”. Es el caso del auge del Partido Libertario o Los Verdes, con el precedente de Ralph Nader en las elecciones de 2000 frente a la candidatura de Al Gore y ahora con la figura ascendente de Bernie Sanders y sus partidarios que tienen claro que no votarán a Clinton. “El hecho de que muchas personalidades del Partido Republicano hayan criticado de una manera feroz a Trump demuestra que hay una división profunda y eso debilita sus opciones de ganar a Hillary”.

“Muchos americanos quieren y justifican a Trump”

Sostiene Garrigues que el millonario afincado en Manhattan iniciará “un proceso de maduración” para empezar a recuperar el voto moderado interno en la línea de medidas ya anunciadas como la reducción de la fiscalidad de la clase media para intentar remontar en las encuestas, donde ahora gana por goleada Clinton. “Trump seguirá en ese camino. Incluso a pesar de sus numerosas declaraciones contra la inmigración, intentará acercarse al voto latino o negro, sin el que es difícil ganar las elecciones y que hasta ahora ha sido fundamentalmente demócrata”. Y advierte que no hay que mirar con ojos europeos la vida económica, social y política de Estados Unidos, “mucho más patriótico, conservador y religioso” que el Viejo Continente. “En Europa la religión cada vez cuenta menos. En Estados Unidos cada vez tiene más valor en todos los sentidos”.

"A pesar de sus numerosas declaraciones contra la inmigración, Trump intentará acercarse al voto latino o negro, sin el que es difícil ganar las elecciones"

“Trump es tan americano como el perrito caliente”. “Muchos americanos quieren, entienden y justifican a Trump”. Son dos frases de Garrigues que en modo alguno le identifican con las tesis republicanas o ‘trumpistas’. En absoluto. Tampoco se posiciona a favor de Hillary Clinton, de quien valora su ‘ticket’ con el candidato a vicepresidente Tim Kaine, que fue presidente del Consejo de España-Estados Unidos y lo bien que conoce la realidad española. Y el idioma. Al mismo tiempo que valora la candidatura como vicepresidente de Mike Pence, actual gobernador de Indiana, un orador calmado como antítesis del inversor inmobiliario. “Pence es buena gente y es una persona capaz de acercarse a los electores. Yo en lo que no estoy de acuerdo es en lo de construir un muro en la frontera que en un momento insinuó Trump, pero que quede claro que en la etnia hispana no están todos con los demócratas y contra los republicanos”.

La importancia de una alianza preferente con Estados Unidos resulta básica a juicio de Garrigues. Gane Clinton o Trump. Con un Gobierno republicano o demócrata. “Seguirá siendo el país más poderoso del mundo y tener una buena relación es muy importante; ahí no puede fallar nuestra política exterior. Aparte de Reino Unido, el amigo principal de Estados Unidos en Europa, no hay ningún otro país en el mundo que tenga tantas razones para entenderse con nosotros. Debemos compartir la preocupación por el tema de los hispanos y de las inversiones en Latinoamérica, el asunto de Cuba, de Puerto Rico… Somos los dos países que más invertimos en la zona. Las bases americanas en nuestro país, en especial la de Rota, se valoran de modo importante; por eso vino Obama. Tendríamos que hacer un esfuerzo para potenciar al máximo nuestra relación con Estados Unidos”.

- ¿Sería un error que el Gobierno español se posicionara contra Trump?

Se piensa mucho la respuesta. Casi 20 segundos. “En política exterior es incorrecto tomar partido por cualquier candidato”, responde.

- Rodríguez Zapatero dijo que su candidato era John Kerry.

- Eso fue un error, como lo fue también no levantarse en el desfile de la Hispanidad al paso de la bandera de Estados Unidos. Lo mejor es la prudencia. Sería bueno empezar desde ahora a tener contacto con el mundo americano, no solo con los demócratas, también con los republicanos. Y eso hay que hacerlo desde ahora. Lo que no puedes hacer es improvisarlo. Habría que lograr que cualquier presidente estadounidense supiera que una visita a España cuando viene a Europa es importante y eso implica una política exterior activa y agresiva. Consiste en decir que no se toleraba que no se nos visitara. Con Estados Unidos no se puede hacer bromas ni jugar de modo ‘amateur’. Hay que practicar una política seria.

“En política exterior es incorrecto tomar partido por cualquier candidato. Fue un error que Zapatero dijese que su candidato era John Kerry”

Obama tardó siete años y medio en visitar España. “Eso no dice mucho del servicio diplomático español. Le podemos echar la culpa a Zapatero, pero eso hay que olvidarlo”, zanja el asunto. En lo que sí insiste y critica es en el nulo debate que existe en el país sobre la política exterior. “Me apena que no cuente para nuestros partidos. Hay debates que no existen y el de la política exterior es uno de ellos. Lo que hay son debates pequeños, provincianos, con sarcasmos y juegos de palabras… Los políticos no se dan cuenta del papel de nuestras relaciones internacionales”.

"Bush y Aznar pedirán perdón por Irak"

El recuerdo de principios de milenio cuando era sólida la relación de España con Estados Unidos, gracias a la amistad de George Bush con José María Aznar, aquel “romance” que empezó en junio de 2001, vuelve a la conversación en la tarde tranquila de Sotogrande. La foto de las Azores. “Era innecesaria y no fue enteramente positiva. Estados Unidos cometió un error absoluto y completo en la guerra de Irak. Tony Blair así lo ha aceptado ahora y ha tenido que pedir perdón. Yo creo que Bush y Aznar acabarán también pidiendo perdón”. No cree que el auge del terrorismo internacional se origine en Irak. “¿Que hubiera sido mejor que no se hubiera producido la invasión de Irak? Pues claro que sí, pero seríamos injustos si se lo achacáramos a Irak. El problema es la radicalidad del islamismo en una religión que no ha tenido la mejor evolución ni se ha modernizado como todas las religiones del mundo”.

A Garrigues le preocupa “la locura fanática” y cómo actúan los “lobos solitarios” del terrorismo islamista. “Un terrorista dispuesto a morir tiene más fuerza que un batallón militar. Es tremendo el daño que puede hacer. Merece la pena que reflexionemos de una manera radicalmente distinta a como lo estamos haciendo ahora para intentar entender este fenómeno. Solo estamos reaccionando, pero no existe ninguna acción constructiva. Es posible que la acción bélica sea inevitable, pero no debe ser la única respuesta”.

“Un terrorista dispuesto a morir tiene más fuerza que un batallón militar. Es tremendo el daño que puede hacer. Me preocupa su locura fanática"

- Pero nadie parece dispuesto a negociar con Dáesh.

- No estoy totalmente convencido que no se pueda. Posiblemente haya que dialogar con Dáesh, quizá con alguna facción más moderada, que seguro que las hay, sin dejar la acción bélica y dificultar el acceso a sus fuentes de financiación.

El abogado se encuentra ahora volcado en su trabajo como presidente de honor del Comité Español de ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados). Estuvo el pasado 20 de junio, Día Mundial de los Refugiados, en la frontera de Melilla con Marruecos. “Es un tema que tenemos que entender de una manera más profunda”, subraya. Relata el testimonio de una chica siria que conoció en Melilla que tardó dos años y medio en llegar a la ciudad autónoma procedente de su país. “En Siria no se puede vivir. Asad es un déspota y está el Dáesh. Entre todos hay bombardeos continuos. Cualquiera de nosotros lo que haríamos sería irnos. Si por un milagro la situación se resolviera, el 90% de los sirios que han huido regresarían. Nadie quiere salir de su país, pero si no han tenido más remedio no hay ninguna duda de la necesidad de integrarles y ayudarles”.

El peligro del suicidio demográfico

La ayuda requiere dinero. Y recuerda cifras: Alemania ha aceptado a 1,2 millones de refugiados, frente a los apenas 1.000 de España. “Tenemos que darnos cuenta de que es un tema de responsabilidad histórica. Alguien tiene que responsabilizarse de las 3.000 personas que han muerto en el Mediterráneo. Hay ignorancia y un intento de separarse del problema. Dicen que Europa está llena y que no se puede aceptar a más gente. La emigración forzada siempre ha sido una cosa positiva. En Europa se sufre un pleno suicidio demográfico. La gente vive más y no tiene hijos. Este ha sido el primer año en España en el que se han producido más muertos que nacimientos. Una sociedad envejecida tiende a la pobreza. O reaccionamos con vigor o no nos merecemos un futuro histórico digno”.

Garrigues Walker también denuncia la mayor matanza de abogados que jamás ha existido en el mundo: 72 letrados en Pakistán. Los asesinaron cuando fueron a dar el pésame en el entierro del presidente de los abogados pakistaníes. En septiembre se celebrará un funeral y quiere ir junto a la presidenta del Consejo General de la Abogacía Española, Victoria García, para homenajear a los abogados que defiende causas “complejas, difíciles y conectadas con los Recursos Humanos tiene que asumir riesgos más importantes”.

Ni en su casa céntrica de Madrid (le gusta mucho la ciudad, el contacto con la gente, el asfalto) ni tampoco en su hogar de Sotogrande conjuga la palabra jubilación. Que 82 años no es nada sería su lema. “No hay que jubilarse nunca. Lo que no puedes hacer es lo mismo que hacía antes. Eso hay que dejarlo a quien lo puede hacer. Hay que cambiar de oficio. Ahora me dedico sobre todo a la investigación jurídica. No intervengo para nada en el despacho”.

"A mí me encanta trabajar. No hay que jubilarse. Hay que mantener la curiosidad intelectual en todo"

Y ofrece tres recetas para ser feliz, a modo de tres condiciones, que le dijo una vez un amigo y él las cumple. La número 1: Jamás pensar en la jubilación. Nada de 65 años; los 69, como se plantea en Alemania, o los 80. Nunca. “La idea de conectar tu felicidad con la jubilación es un error”. Número 2: “Intentar buscar siempre algo nuevo, algo distinto. Como siempre hagas lo mismo, rutinizas la mente y acabas agostando”; y número 3: “Intentar ser feliz, porque como dejes de intentarlo estás perdido”.

“A mí me gusta trabajar”, insiste. “Me encanta”, enfatiza. “Hay que mantener la curiosidad intelectual en todo”. Ahora le entusiasma hablar de la potencia de la inteligencia artificial que se investiga en la Fundación Garrigues con jornadas organizadas junto a la Fundación para la Investigación sobre el Derecho y la Empresa. “El Derecho no puede estar muy separado de los avances tecnológicos. El debate debe ser multidisciplinar”. Lamenta cómo en España hace falta una educación “más moderna y actual, empezando por la familia, los colegios y las universidades. Seguimos teniendo una educación muy conformista, muy burguesa; muy poco digital, incluso. Lo que pasa es que al mismo tiempo, como somos un país latino, siempre un mundo muy imaginativo, se compensa con que somos un país creativo. La internacionalización que han tenido nuestras constructoras y empresas de servicios ha sido increíble, pero falta innovación y búsqueda de nuevos caminos y soluciones. Es algo que está pendiente. Los jóvenes pasarán de una fase de desaliento actual a otra más creativa”, avanza.

Pesca y Congreso Mundial de la Incertidumbre

En agosto sale a pescar muy temprano, en “un barquito muy pequeño, pero pequeñito de verdad”, cuando no hay nadie en el mar, sobre las ocho de la mañana, después de una hora de tabla de gimnasia. Por la tarde suele jugar al golf o al tenis, pero lo que más le gusta (aparte de las cenas “con discusión intelectual”) es, antes de que le echen las olas, la pesca de bajura. ‘Caza’ sobre todo caballa y lubina. “Esas cinco o seis horas en el mar me llenan de satisfacción. No hay nada que me guste más”, remarca mientras otea el horizonte mediterráneo que se ve desde el porche de su jardín.

Se levanta del cómodo sillón de su terraza para entrar apenas un instante en el salón y entregar el manuscrito, “ya corregido”, aclara, de su última obra de teatro (versión 26 de julio de 2016), el I Congreso Mundial de la Incertidumbre, con un poeta arruinado, “profesor de melancolía y otras debilidades”. Fran (Francisca Miranda), su mujer, aparece en esta Casa de las Palabras tras una conversación de más de una hora. Garrigues le dice a Fran que sus tres hijos cenarán juntos en Madrid. Fran sonríe. La tarde empieza a dejar paso a la luna, ya llena.

Fue de los primeros chalés que se construyeron en Sotogrande. De eso hace ya 45 años. Situado en la zona más alta de la selecta urbanización de San Roque, el espléndido jardín de la Casa de las Palabras acogía representaciones de obras de teatro. Antonio Garrigues Walker (Madrid, 1934) ha escrito este año ‘El saber de nuestro tiempo’, una metáfora de la realidad actual. El abogado, presidente de honor del bufete Garrigues, el despacho que más factura y de más prestigio de España, según ‘Forbes’, es un renacentista amante de la cultura y de las relaciones internacionales. En una entrevista concedida a El Confidencial radiografía la convulsa política española y estadounidense. De ambas es un experto: en los ochenta fundó el PDL (Partido Demócrata Liberal) y ha sido presidente del Consejo España-Estados Unidos, fundado en 1995.

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