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Susana Díaz endurece la confrontación con Rajoy en plena negociación de la investidura
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Susana Díaz endurece la confrontación con Rajoy en plena negociación de la investidura

El Gobierno andaluz protesta por que el cierre del Presupuesto del Estado en julio deja en el aire 2.500 millones que tiene pendientes Andalucía y denuncia el secretismo

Foto:  El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy (i), conversa con la presidenta de Andalucía, Susana Díaz.
El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy (i), conversa con la presidenta de Andalucía, Susana Díaz.

El Ministerio de Hacienda no ha enviado ninguna comunicación a las comunidades autónomas, pero Andalucía ya ha hecho sus cuentas. El compromiso ante Bruselas del Gobierno de España de cerrar el Presupuesto en el mes de julio, como gesto con la contención del déficit público, ha levantado en armas al Gobierno de Susana Díaz. En plena negociación para que Mariano Rajoy pueda formar Gobierno, la baronesa socialista ya dejó claro que si “en estos momentos” hay motivos de sobra para un no de los socialistas españoles al PP, muchas más razones tienen en el PSOE andaluz. La razón, el “maltrato” y la “discriminación” a Andalucía. Ahora, ese argumentario tiene cifra: 2.500 millones de euros.

La bandera de la confrontación siempre ha ondeado con brío frente al Gobierno del PP desde Andalucía. A veces con más ruido y otras con menos eco mediático. Justo cuando Rajoy ha puesto a andar el reloj y ha marcado el 2 de agosto como fecha posible para una primera votación de investidura, el Gobierno de Susana Díaz ha hecho toda una declaración de guerra. Tras el anuncio de multa por incumplir el déficit, el Ministerio de Economía ha comunicado a Bruselas el cierre del Presupuesto en el mes de julio como estrategia fiscal para controlar el gasto público. Este cerrojazo anticipado obligará a cumplir las cuentas al pie de letra, sin ningún tipo de desviación. Es algo habitual en los meses de octubre y noviembre, que también la Junta de Andalucía ha llevado a cabo en los últimos ejercicios.

El oscurantismo con que el ministerio ha dado esta orden ha activado las alarmas. La consejera de Hacienda, María Jesús Montero, ha cifrado en 2.500 millones el dinero que está en juego para Andalucía. “Todo lo que no esté ya transferido o ejecutado queda en el aire”, explican fuentes de la consejería andaluza. Andalucía tiene pendiente de ingresar 575,5 millones de transferencias finalistas, que creen que no van a a llegar. A esto suman otros 203 millones de euros destinados a la dependencia y un total de 1.820 millones de euros en inversiones que no se han adjudicado. La mayoría quedarán aplazadas al próximo ejercicio.

Recortes a la vista

El Gobierno andaluz lamenta que estas alegaciones enviadas a Bruselas se hayan hecho sin debate con las comunidades y sin pasar por la diputación permanente del Congreso de los Diputados. “Se imponen por la vía de los hechos nuevos recortes para los servicios públicos y los ciudadanos sin el más mínimo debate”, lamentó la titular andaluza de Hacienda. El Ministerio ha anunciado también a Bruselas que subirá el Impuesto de Sociedades a las grandes empresas con una recaudación adicional prevista de 6.000 millones de euros.

Estas decisiones se adoptan por un Gobierno en funciones y cuando la investidura de Mariano Rajoy necesita de Ciudadanos y PSOE para salir adelante. Cuando el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, insiste en un no rotundo a la investidura, dirigentes dentro del PP confían en que sean los barones quienes allanen el camino a la abstención. No hay indicios de que esto vaya a ocurrir. Todo lo contrario.

El cierre anticipado del Presupuesto a julio tensa mucho las relaciones con los barones socialistas, a los que Rajoy confía su investidura

El anuncio de Rajoy de que está dispuesto a pactar asuntos clave para las comunidades como la financiación autonómica o el techo de gasto para cumplir el déficit, explicado por el PP como un guiño a los barones socialistas, hace aguas con este nuevo documento de alegaciones que el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha enviado a Bruselas. Si el PP confía en que sean los presidentes autonómicos socialistas Guillermo Fernández Vara, Javier Fernández, Emiliano García- Page y Susana Díaz quienes primero abran paso a la abstención socialista, hoy por hoy parece imposible. La escalada de declaraciones de los principales dirigentes andaluces contra el Gobierno de la nación a cuenta de este cierre anticipado del Presupuesto fue este jueves muy llamativa. En público y en privado, desde el equipo de Susana Díaz insisten en defender que Rajoy, “lejos de ponerse a trabajar y enviar señales para el diálogo o el consenso, suma uno tras otro gestos de chulería que hacen imposible plantear cualquier otro escenario que no sea el no a su investidura”, subrayan fuentes del Gobierno andaluz.

Silencio del ministerio

Desde el ministerio, ofrecen el silencio por respuesta. No han enviado la información requerida por la comunidad autónoma ni responden sobre las inversiones comprometidas. La orden publicada en el BOE permite solo hacer frente a gastos esenciales de funcionamiento del Estado, salarios de funcionarios, suministro, prestaciones o pago de la deuda, insisten desde Hacienda.

Nada de esto es nuevo, aunque en este contexto de incertidumbre política, y con la amenaza de terceras elecciones sobrevolando, cobra una especial importancia. Ya en abril, el Gobierno recortó 2.000 millones de euros del Presupuesto que declaró no disponibles para cuadrar sus números. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, impuso a la Junta un recorte de 600 millones de euros contra el que se revolvió Susana Díaz. El ruido de la confrontación subió entonces, como ahora, muchos decibelios.

El pasado lunes, Susana Díaz intervino ante el comité director del PSOE andaluz en una reunión fría y en la que no hubo peticiones de palabra ni debate interno, pese a la victoria del PP en Andalucía el pasado 26-J. Díaz fue muy dura contra Rajoy, a quien ya dejó claro que no piensa recortar ni un solo euro, acusándolo de hacer unos Presupuestos “mentirosos y tramposos”, con “regalitos fiscales” para su rédito electoral que han puesto en peligro la estabilidad. Nada de su discurso hace presagiar que la baronesa socialista vaya a permitir que el PSOE se mueva hacia la abstención.

La presidenta andaluza ya ha dejado claro que si el PSOE tiene motivos para decir no, los socialistas andaluces tienen más razones por el "maltrato"

Muchos socialistas andaluces creen que esta posición inmovilista hay que leerla en clave interna. En plena pugna con Pedro Sánchez por el liderazgo del PSOE, cualquiera sabe que dar paso al PP supone un desgaste importante ante la militancia, que será quien elija al próximo secretario general. Susana Díaz querría que fuera Sánchez, quien ya incluso ha barajado la posibilidad de formar un Gobierno alternativo, quien diera el paso y asumiera la erosión. Ninguno de los dos da señales de mover ficha para que Rajoy sea presidente y por si acaso sus mensajes no eran suficientes, la presidenta de la Junta ha sacado sus números para cargarse de razones de ese “maltrato” que impide que los diputados andaluces se abstengan.

El Ministerio de Hacienda no ha enviado ninguna comunicación a las comunidades autónomas, pero Andalucía ya ha hecho sus cuentas. El compromiso ante Bruselas del Gobierno de España de cerrar el Presupuesto en el mes de julio, como gesto con la contención del déficit público, ha levantado en armas al Gobierno de Susana Díaz. En plena negociación para que Mariano Rajoy pueda formar Gobierno, la baronesa socialista ya dejó claro que si “en estos momentos” hay motivos de sobra para un no de los socialistas españoles al PP, muchas más razones tienen en el PSOE andaluz. La razón, el “maltrato” y la “discriminación” a Andalucía. Ahora, ese argumentario tiene cifra: 2.500 millones de euros.

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