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Diego Cañamero, el jornalero insumiso con más minutos de televisión
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Diego Cañamero, el jornalero insumiso con más minutos de televisión

Héroe o forajido, la lucha del candidato de Podemos hunde sus raíces en la pelea contra los terratenientes y contra la dictadura de Franco y sigue intacta cuarenta años después

Foto: Sentada de Diego Cañamero a las puertas de la finca sevillana de Las Turquillas, desalojada en 2013. (EFE)
Sentada de Diego Cañamero a las puertas de la finca sevillana de Las Turquillas, desalojada en 2013. (EFE)

“Acaba de venir a detenerme la Guardia Civil. En ese momento no me encontraba presente. Dicen que vendrán más tarde”. Lo dejó escrito Diego Cañamero en Twitter un día antes de que efectivamente fuera detenido una vez más, esta vez casi en directo y ‘prime time’, el pasado 4 de mayo, mientras participaba en el programa ‘Espejo Público’ de Antena 3. Acampado en Madrid, en su sexto día en huelga de hambre por la liberación de Andrés Bódalo, la vida de Cañamero tiene mucho de película. Se ha forjado un personaje protagonista, un héroe o un forajido según quien explique el guión, pero siempre en la primera línea. Cuatro horas después de su detención salió en libertad tras negarse a declarar.

Desde 2011, en protesta por lo considera una campaña de “represión” contra su sindicato, Cañamero se declara “insumiso judicial”. No atiende a los requerimientos de la justicia y solo se presenta ante los jueces si lo llevan a la fuerza. Por eso la mayor parte del tiempo está en busca y captura. Sus redes sociales están hoy plagadas de proclamas de “amnistía y libertad” con Cañamero en primer plano, con la arbonaida, la ‘estelada’ andaluza, al fondo.

El último arresto se debe a un robo en un Carrefour en Dos Hermanas (Sevilla), en 2013, en plena ola de asaltos a supermercados protagonizada por dirigentes de su sindicato. A su compañero Juan Manuel Sánchez Gordillo le tocó un Mercadona. Cañamero, a cara descubierta y después de haber convocado a los medios de comunicación, sustrajo material escolar que fue entregado a las familias que habían ocupado la Corrala Utopía en Sevilla. Nada queda al azar. Todo son gestos. Ocupaciones de fincas, aeropuertos, cortes de carreteras, bloqueo de las vías del AVE, marchas multitudinarias, huelgas de hambre... y Cañamero en primer plano, puño el alto, en camiseta, pelo blanco, piel curtida, tras el megáfono, apelando a la dignidad del pueblo, a la rebelión.

Un mes en la cárcel, diez ingresos en prisión

El jornalero que aspira a ser diputado de Unidos Podemos por Jaén tras el 26-J ha peleado por estar en las listas electorales casi tanto como porque cada una de sus protestas ocupen minutos de radio y televisión. El sector ‘errejonista’ del partido de Pablo Iglesias no lo terminaba de ver claro. Su inclusión ha provocado análisis apuntando a la radicalización del partido morado. Ya en las pasadas elecciones vetaron su presencia en las listas. Esta vez su principal valedora, la líder de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, ha ganado la batalla al alma moderada. Ella lo adora como a un ídolo, con la misma mirada de admiración que le llevó a comparar al condenado Bódalo con el poeta Miguel Hernández, que murió en las cárceles franquistas.

Aunque Cañamero diga que se ve raro en los platós de televisión o que no se imagina en el Congreso porque lo suyo es el campo, hace ya mucho tiempo que todo lo que toca lo convierte en espectáculo televisivo y que su lugar no está recogiendo aceitunas sino detrás de las pancartas y el megáfono. Él sabe como nadie alimentar la leyenda de su personaje. El dirigente del Sindicato Andaluz del Trabajo (SAT) tiene ahora 60 años y, pese a las múltiples detenciones, ha contado que no ha pasado más de un mes en total en la cárcel.

Cañamero comenzó su lucha por el campo andaluz contra la dictadura de Franco y después convirtió a la Casa de Alba en su enemigo a batir

Ha ingresado en prisión hasta cinco veces. La vez que más tiempo paso fueron diez días y lo hizo en huelga de hambre. Su pueblo se tiró a la calle en 1986 para pedir su indulto. Igual que ahora él hace por Bódalo. La primera vez que fue detenido era 1974 y todavía vivía Franco. Fue su primer tropiezo con la Guardia Civil cuando recogía aceitunas en Montellano (Sevilla). “Me dieron una guantá que casi me revientan el oído”, cuenta en su biografía oficial colgada en la página del SAT. Con Paco Casero y el cura Diamantino García comienza su aventura con la fundación del Sindicato de Obreros del Campo (SOC), del que se convirtió en secretario general en 1984. Su historial de detenciones y de altercados con la Guardia Civil crecía a la vez que se agrandaba la leyenda de Cañamero como una especie de ‘Robin Hood’ del campo andaluz.

Por la reforma agraria

Una huelga en 1976 para reclamar un salario digno para los que recogían la remolacha, otra detención en 1977 por repartir octavillas con paliza de tres horas de la Guardia Civil en el cuartelillo -“No se me va a olvidar jamás”-, detención otra vez en 1983 por un encierro en el Ayuntamiento sevillano de El Coronil y así, una tras otra, hasta hoy. En 2013, la duquesa de Alba lo denunció por calumniarla después de que Cañamero apuntara en rueda de prensa la contratación ilegal de mano de obra en sus fincas y la acusara de utilizar las subvenciones europeas “en objetivos de dudosa legalidad”. La familia Alba se convirtió en su objetivo, en el símbolo de su lucha. A la muerte de la duquesa, el histórico sindicalista dejó escrito: “Tantas tierras y cuando te mueres tienes bastante con dos metros”. Ese ha sido uno de los ejes de su lucha, el reparto de tierras en Andalucía y en, los últimos años, también de las subvenciones europeas. Esa ha sido su principal reivindicación en los últimos 40 años, su pelea ha sido contra los terratenientes, por la reforma agraria.

A los 8 años tuvo su primer empleo y no conoció la escuela. Fue emigrante en Terrassa pero la muerte de su padre le obligó a ponerse al frente de su familia

Cañamero nació en Campillos (Málaga) en 1956 pero con solo tres meses se trasladó a vivir a Isla Mayor (Sevilla), la tierra de los arrozales esa que ahora lucha por la supervivencia del cangrejo rojo, donde su padre encontró trabajo en una ganadería de toros. Con 8 años tuvo su primer empleo. No conoció la escuela. Con 17 años emigró a Terrassa (Barcelona) para trabajar en la construcción. A los tres meses volvió al que será su pueblo adoptivo, El Coronil, donde fue alcalde durante diez años. La muerte de su padre lo obligó a regresar y ponerse al frente de una familia de ocho hermanos. Fue candidato a la alcaldía de El Coronil por la CUT-BAI, la corriente liderada por Sánchez Gordillo e integrada en Izquierda Unida hasta hace solo un año, en 2015, cuando los dirigentes de este partido abrazaron a Podemos. En 1987 se presentó y empató en votos con el PSOE. El bastón de mando lo ganaron los socialistas por sorteo y solo dos meses más tarde, tras la dimisión del alcalde, Cañamero accedió a la alcaldía, donde estuvo hasta 2001. Su apoyo incondicional a la izquierda abertzale y sus viajes al País Vasco también forman parte indeleble de su trayectoria política. Y ahí sigue, en la Puerta del Sol, sin comer, con otra pelea entre manos y un pie en el Congreso.

“Acaba de venir a detenerme la Guardia Civil. En ese momento no me encontraba presente. Dicen que vendrán más tarde”. Lo dejó escrito Diego Cañamero en Twitter un día antes de que efectivamente fuera detenido una vez más, esta vez casi en directo y ‘prime time’, el pasado 4 de mayo, mientras participaba en el programa ‘Espejo Público’ de Antena 3. Acampado en Madrid, en su sexto día en huelga de hambre por la liberación de Andrés Bódalo, la vida de Cañamero tiene mucho de película. Se ha forjado un personaje protagonista, un héroe o un forajido según quien explique el guión, pero siempre en la primera línea. Cuatro horas después de su detención salió en libertad tras negarse a declarar.

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