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Feria de Abril: un paraíso para la economía sumergida entre 212.000 farolillos
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Feria de Abril: un paraíso para la economía sumergida entre 212.000 farolillos

La semana más festiva en Sevilla genera un negocio de 700 millones de euros y cientos de puestos de trabajo, aunque no siempre las condiciones laborales son las mejores

Foto: Preparativos de la Feria de Abril de Sevilla. (EFE)
Preparativos de la Feria de Abril de Sevilla. (EFE)

A Francisco, ‘Cisco’, le llamó su cuñado, que regenta un bar en un barrio de la capital. Lleva más de tres años parado. Es albañil y padre de familia. “Tengo un trabajo para ti en Feria. ¿Te interesa? Es como portero en una caseta de no muchos socios, sin problemas. Tu horario sería de tres de la tarde a tres de la mañana. Por cada día, 50 euros. Te dan de alta por el mínimo de horas pero es importante estar asegurado porque no quieren multas”. Esta oferta, que supondría trabajar seis días, 72 horas, incluyendo la madrugada, por 300 euros, unos 4 euros la hora, es verídica y no es de las peores. De esta forma surgen muchas oportunidades de empleo durante la semana que más puestos de trabajo genera en Sevilla. A pesar del refuerzo en la inspección de Trabajo que reivindica en los últimos años la Delegación del Gobierno en Andalucía, la Feria de Sevilla sigue siendo el paraíso de la economía sumergida. Subcontratas ilegales, vulneración de los convenios laborales y venta ambulante de tabaco y ‘rebujito’, la bebida más popular, de manzanilla y gaseosa, en mesas de playa y sin autorización. Todo a plena luz, bajo el ‘sol’ de 212.000 bombillas.

Mientras una parte de la ciudad se divierte por todo lo alto, otros trabajan en condiciones que a veces no son las deseables. Las ofertas de empleo durante la semana de feria burlan los convenios y las altas en la Seguridad Social se ‘maquillan’ de forma habitual sin que el cuerpo de inspección de Trabajo dedicado en un dispositivo especial al Real de la Feria de Sevilla dé abasto. Ana María, en la puerta del baño de una caseta muchas horas cada día, admite que viene con su marido, que es cocinero, y que ella cobra las propinas que puedan dar los usuarios del servicio. “No puedo pedir un euro porque hay gente que se enfada. Hay de todo. Personas muy generosas y otras que te tratan con la punta del pie. Pero para estar en mi casa estoy aquí y algo me saco”, admite. Nadie tiene conciencia de explotación laboral ni se alarma por condiciones que en algunos casos son semiesclavas. Es una semana, es un negocio millonario y todo el mundo quiere aprovechar.

400 trabajadores municipales

El Ayuntamiento de Sevilla desplaza al Real 400 trabajadores de las distintas contratas municipales para “mantenimiento y ornamentación” del recinto. Estima unas 125.000 horas de trabajo. La empresa de Transportes Urbanos de Sevilla (Tussam) ha incorporado 73 nuevos conductores. Gracias a ellos, la diversión es posible. Raúl Clemens es director de la delegación de hostelería y eventos de Adecco en Sevilla. Solo su departamento, durante 2015 y estrictamente en la semana de Feria, gestionó unas 300 altas en la Seguridad Social. Este augura que será un buen año, con un repunte del 4% en las contrataciones, según las estimaciones de la asociación de hosteleros de Sevilla. Aunque todo depende, y mucho, de la climatología.

Mientras una parte de la ciudad se divierte por todo lo alto, otros trabajan en condiciones que a veces no son las deseables

Las contrataciones llevan tres años de crecimiento sostenido y Clemens señala que todo apunta a que la crisis ha quedado atrás. “Los clientes, sobre todo hoteles, que trabajan con nosotros han tenido números muy buenos los primeros meses del año, con un crecimiento del 20% respecto a años anteriores. Hay muchos turistas de Reino Unido y Alemania que eligen Sevilla por la presencia de otros conflictos internacionales”, asegura. Las ofertas de empleo más demandadas se inscriben en la hostelería pero también en el sector de distribución, logística y alimentación. Las semanas antes de Feria se disparan las demandas de mozos para el montaje de la caseta, de repartidores y de proveedores por ejemplo de sillas y mesas. Durante la Feria los perfiles más demandados son camareros, vigilantes de seguridad y control de acceso, cocineros y camareras de piso.

Padres parados y estudiantes

La mano de obra contratada es sobre todo nacional, a diferencia de antes de que estallara la crisis, cuando había muchos extranjeros. “Hay muchos padres de familia parados que aceptan porque en una semana pueden hacerse con lo que supondría habitualmente una mensualidad. Estudiantes que buscan ingresos extra y en el sector de la hostelería perfiles profesionales que suelen tener contratos menos temporales y que normalmente son retenes que aguantan toda la temporada alta”, explica este responsable de Adecco en Sevilla. Y aunque debería sobrar recordarlo, en Feria rigen las obligaciones fiscales, los convenios y las garantías laborales suscritas.

“Es verdad que en los últimos años se ha incrementado la inspección de trabajo pero sigue siendo insuficiente. Nosotros, como agencia de colocación privada, cumplimos rigurosamente con todos los requisitos de seguros sociales, cotizaciones, salarios, pero no siempre es así desgraciadamente y debe saberse”, asegura Clemens. Altas de diez horas semanales cuando se echan más de 40, finiquitos o pluses de nocturnidad y peligrosidad que ni siquiera se contemplan... “La Feria sigue siendo un nido muy importante de economía sumergida. La gente no denuncia por temor a perder sus empleos. Para nosotros es imposible competir con empresas que no cumplen con la legalidad vigente. Hay tarifas que vulneran todas las normas”, agrega el portavoz de Adecco.

“Desde nuestro departamento de orientación laboral siempre dejamos muy claro que hay aspectos básicos que es muy importante observar. Aconsejamos que se vigile bien que la oferta de empleo tenga todos los datos cumplimentados. Hay que desconfiar cuando hay datos que no estén reflejados, cuando se prometa una remuneración excesiva para el perfil demandado. Es obligatorio especificar el tipo de contrato, el nombre de la empresa, el puesto, la remuneración”, indica Clemens.

Las grandes casetas suelen acudir a empresas para contratar servicios pero entre los particulares las familias de feriantes siguen llevándose el negocio

Desde el sindicato UGT admiten que la vigilancia de las condiciones laborales en la Feria es complicada. Hay empleo en las grandes casetas oficiales, que contratan 'caterings' importantes que sí están regulados según convenios y tienen, en algunos casos, hasta representantes sindicales. Son grandes empresas que, aún así, en algunos casos recurren a las subcontratas. Pero este es el perfil menos frecuente. Lo normal es que las casetas más pequeñas, de particulares, recurran a los feriantes, familias que hacen una temporada, siete u ocho ferias en cuatro o cinco meses y con eso viven todo el año. “Esto es muy difícil de controlar”, admiten desde UGT. Los particulares cada vez están más concienciados, recurren a empresas de trabajo temporal para por ejemplo contratar los servicios de limpieza pero también sigue funcionando “eso de la misma mujer que trabaja en casa de uno de los socios se viene a limpiar a la feria y se saca un dinero extra”. “Los derechos laborales en la Feria es un tema muy desregularizado”, ilustra Fernando Morillo, desde UGT Andalucía. Hay 1.051 casetas. 532 son familiares y 500 de entidades.

Dos euros por cada uno gastado

Hay pocos estudios en profundidad sobre el impacto económico de la Feria. Uno de los principales estudios es del profesores de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla Luis Palma. Este trabajo habla de un impacto económico de la Feria de Abril de 675,5 millones de euros, muy por encima de los 240,3 millones que se estiman para la Semana Santa. “En el caso de la Feria de Abril, los 195,2 millones de euros de efecto local generan un efecto inducido de 480 millones; aproximadamente el 60% de ese efecto recae sobre la economía andaluza”, recoge este estudio. “Como vemos, el tamaño relativo del impacto económico en porcentaje del PIB para la ciudad es de un 4,66% y para la provincia de un 2,69%”, sostiene el profesor de la Universidad de Sevilla. “Cada euro gastado en la celebración de la Feria de Abril genera 2,46 euros adicionales, permaneciendo 1,51 en el marco de la economía andaluza”, concluye.

Los sectores económicos más involucrados con la celebración de las fiestas de primavera en Sevilla son, el sector público, relacionado con todas las actividades económicas de prestación de servicios públicos; el sector industrial, con actividades del sector textil, artes gráficas, producción discográfica, artesanías asociadas (bordado, taller de escultura, tallado, carpintería, dorado, conservación de obras de arte), alimentación y bebidas; el sector de la construcción, sobre todo vinculado a la arquitectura efímera: casetas, portada de Feria, palcos y sillas en Semana Santa, y el sector servicios: transporte, turismo, hostelería, restauración, información y comunicación.

Para la ciudad efímera el empleo generado tiene un componente altamente estacional aunque cada vez hay más industria fija alrededor de la Feria

“Al ser la actividad de un fuerte carácter estacional, la producción y el empleo asociados también tienen ese carácter, aunque con una actividad de mantenimiento el resto del año, ya que muchas de las industrias localizadas en Sevilla tienen un fuerte componente exportador a otras ciudades donde se celebran fiestas de características semejantes”, señala Palma respecto al tipo de empleo que se genera. “En el caso de la Feria de Abril, y dada la naturaleza del evento, los agentes involucrados son más diversos. Así, tenemos los propietarios y socios de las casetas; los propietarios de carruajes y caballos y los gastos derivados de la múltiple variedad de negocios que se instalan en la Feria (bares, venta ambulante de naturaleza diversa, parque de atracciones)”, todo genera dinero y oportunidad de negocio.

Otro de los focos económicos de la Feria está en la conocida como calle del Infierno, donde 56 'cacharritos' infantiles y otros 63 para mayores hacen su agosto en estos siete días de abril. Los propietarios aseguran que en su caso todo es legal y es difícil encontrar trabajadores sin alta. La seguridad se vigila mucho en este caso. En los 125.000m² que ocupa se puede disfrutar de cerca de 400 actividades diferentes dirigidas a todos los públicos, con especial atención a los niños. Y si antes de marcharte de la Feria te tomas un chocolate con churros o unos buñuelos, también estarás contribuyendo a generar negocio. Tanto como si llevas niños porque para ellos los quioscos de helados o de algodón dulce son parte esencial de la jornada. Hasta puestos de flores y seis espacios autorizados para hacerte una foto, por más que ahora los móviles dejen constancia de casi cada baile por sevillanas.

A Francisco, ‘Cisco’, le llamó su cuñado, que regenta un bar en un barrio de la capital. Lleva más de tres años parado. Es albañil y padre de familia. “Tengo un trabajo para ti en Feria. ¿Te interesa? Es como portero en una caseta de no muchos socios, sin problemas. Tu horario sería de tres de la tarde a tres de la mañana. Por cada día, 50 euros. Te dan de alta por el mínimo de horas pero es importante estar asegurado porque no quieren multas”. Esta oferta, que supondría trabajar seis días, 72 horas, incluyendo la madrugada, por 300 euros, unos 4 euros la hora, es verídica y no es de las peores. De esta forma surgen muchas oportunidades de empleo durante la semana que más puestos de trabajo genera en Sevilla. A pesar del refuerzo en la inspección de Trabajo que reivindica en los últimos años la Delegación del Gobierno en Andalucía, la Feria de Sevilla sigue siendo el paraíso de la economía sumergida. Subcontratas ilegales, vulneración de los convenios laborales y venta ambulante de tabaco y ‘rebujito’, la bebida más popular, de manzanilla y gaseosa, en mesas de playa y sin autorización. Todo a plena luz, bajo el ‘sol’ de 212.000 bombillas.

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